El desconocido legado de la artista guatemalteca Margarita Azurdia
Margot Fanjul, Margarita Rita Rica Dinamita o Margarita Anastasia son algunos de los nombres que la artista guatemalteca Margarita Azurdia (Antigua Guatemala, 1931 – Ciudad de Guatemala, 1998), figura emblemática del país y pionera en la escena artística centroamericana, usó para plasmar sus cambios de identidad y su transformación artística, una trayectoria vital que todavía se puede visitar en el Museo Reina Sofía.
El monográfico “Margarita Azurdia. Margarita Rita Rica Dinamita” es una de las exposiciones de 2022 que continúa este 2023 y que estará abierta al público hasta el 17 abril. Recorre la vida y producción de esta artista desconocida en Europa a través de más de un centenar de sus obras, entre pintura, escultura, dibujos, collages y poemas.
Transgresora ecofeminista
Espíritu inquieto, lúdico y transgresor de su época, una de las constantes de su carrera fue la preocupación por la naturaleza y su condición de mujer. Para el director del Reina Sofia, Manuel Borja-Villel, si su trabajo lo hubiera hecho hoy sería considerada ecofeminista y animalista.
Azurdia llegó al mundo del arte pasados los treinta años y cuando ya era madre de tres hijos. En los primeros años, desde mediados de la década de 1960, se dedicó a la de pintura informalista, con abundancia de las formas geométricas inspiradas en los textiles indígenas guatemaltecos.
De esta época es su serie “Geométricas” expuesta en la Galería DS de Ciudad de Guatemala en 1968. A finales de década recibió una mención honorífica en la X Bienal de São Paulo por su serie “Asta 104” (1969) —pinturas escultóricas de grandes dimensiones—, como cuestionamiento de la propia disciplina.
El uso de vivos colores es una constante en su trayectoria. Especialmente en una serie de curiosas esculturas, bautizado como “Homenaje a Guatemala” (1971-1974), que encarga a artesanos locales y que luego ella misma pinta, donde refleja el sincretismo cultural y religioso del país, y que se encuentran entre las piezas más interesantes de la muestra.
La fascinante combinación de estatuas combina figuras zoomorfas, con mujeres vestidas con máscaras, coloridos atuendos y elementos cargados de significados. La artistá retrató a las mujeres como heroínas o guerreras portentosas y autónomas.
Margarita Azurdia, de Guatemala a París
Poco después se traslada a París (1982), donde entra en contacto con el feminismo y la danza contemporánea. Empieza a frecuentas círculos de mujeres artistas que la inspiran a trazar un antes y un después en sus concepciones femeninas y artísticas, y empezará a experimentar con un lenguaje espiritual y ritual propio. Entonces cultiva el dibujo la escritura y la ilustración de varios libros, que integran una parte sustanciosa de la muestra, como “Rencontres” o “Diccionario de imágenes”.
En muchas de estas ilustraciones pueden verse pasajes autobiográficos, sus primeras experiencias con la danza y vistas de París.
Años después vuelve a Guatemala y forma un grupo de danza experimental, bautizado como “Laboratorio de Creatividad” junto a los artistas Benjamín Herrarte y Fernando Iturbe. Deja a un lado las artes plásticas y dedica los últimos años de su vida a impartir talleres que vinculaban la danza con la transformación personal, los cuidados, la naturaleza y el medioambiente.
Mujeres y naturaleza
Muchas de las performance que hizo en esa época se desarrollan de manera espontánea en galerías de arte, donde exponían otros artistas.
En la década de los 90 la guatemalteca se dedicó a estudiar el lugar que ocupan las mujeres en la historia y en la religiosidad y lo hizo a través de rituales como la Ceremonia de amor a la diosa Gaia que celebró en 1994 en el marco de la exposición “Indagaciones” en la galería Sol del Río o el ritual Puente de luz, celebrado en el yacimiento de Kaminal Juyú en 1995.
Las obras de esta época, como”Recuerdos del planeta Tierra”, abordan, desde un enfoque holístico y nostálgico, la relación de las mujeres con la naturaleza y con el plantea. Estos serán también aspectos claves de la última etpa de Margarita Azurdia.