Ceres Machado

Ceres Machado, directora de cine y teatro. Foto: cedida por Ceres Machado

Ceres Machado: La dirección de largometrajes es un sumidero donde desaparecemos

Laura de Grado | Madrid - 6 julio, 2023

A falta de una escena por filmar, la directora de cine y teatro Ceres Machado (Melilla, 1987) está a a punto de finalizar el rodaje de su primer largometraje “Reflejos en la habitación”, donde aborda las desigualdades de género y sociales y la sexualidad que el patriarcado impone a las mujeres, temas que caracterizan su trayectoria profesional y su voluntad por hacer cine para “visibilizar” y “reflexionar”.

Un primer film que ha tardado diez años en realizar debido a las dificultades que encuentran las directoras para dar el paso de dirigir cortos a hacer un largometraje, que son como “un sumidero” y un agujero negro donde las mujeres desaparecen, explica durante una entrevista a Efeminista.

Esta película que interpretan Adriana Ozores y Alejandro Vergara surge a partir de la semilla de su exitoso cortometraje de 2019 “Una mujer completa”, que cuenta con 23 premios y ha sido seleccionado en 101 festivales a nivel nacional e internacional. Y que ha sido fundamental para que se posicionase en la escena cinematográfica o para poder explorar el tipo de cine que le apasiona.

Ahora, confiesa, se ve con otra “madurez” y “encaminaría desde otro punto de vista y desde otra mirada” la discusión que plantea la película: el sistema prostitucional.

Temas silenciados

La directora de teatro y creadora de la productora Sibila Films, Ceres Machado, explica que su selección de temas no es necesariamente una propuesta activista, sino que surgen de una preocupación. Por ello, en su filmografía aborda cuestiones como las relaciones de pareja, la desigualdad, el porno o la violencia de género.

“Lo que a mi más me ha ido conduciendo para hablar de ciertos temas es que no estuvieran hablados, porque la invisibilización ha hecho que algunos aspectos se normalizasen o se silenciasen en cualquiera de los dos aspectos”, explica la melillense.

Es el caso del corto “Amateurs”, escrito por Salva Martos Cortés e interpretado por Miguel Ángel Martín y Vivy Lin. Una comedia que hace una crítica social a algunas premisas preestablecidas en el sexo y el porno y donde se ha servido de la comedia para “poner encima de la palestra ciertas cuestiones”.

“Una herramienta para reflexionar”

“Tenemos una herramienta muy poderosa, que es la comedia, que es la ficción, que es el cine, que es un gran aliado para poder hacer reflexiones sobre algunos aspectos”, añade Machado, que también ha dirigido los cortos “Escribe cuando llegues”, “Mormón”, “Plétora” o “Candela”.

Una herramienta que, añade, permite poder hablar sobre temas y cuestiones “que están en el candelero” pero en los que todavía no hay acuerdos dentro del movimiento feminista.

“Ahí también llega el cine, ahí también llegamos nosotras con películas particulares”, explica Machado. Asegura que este arte permite contar, desde la empatía, “casos particulares y situaciones concretas que normalmente se quedan fuera del debate público”.

Otro de los proyectos en los que Machado se encuentra inmersa es la obra de teatro “La noche eterna”, un proyecto “ácido, duro y crítico” que cuenta cinco historias de mujeres en situación de prostitución en la calle y en clubs, y que espera llevar a Madrid a final de año.

Confiar en el cine de las creadoras

En cuanto a la brecha en el cine, la creadora ve “un progreso” y un aumento en la presencia de historias protagonizadas por mujeres y en la representación de sus voces en el cine.

“El año pasado tuvimos un cine español magnífico y vimos las historias de las creadoras, de las mujeres, que fueron fantásticas y de las más interesantes del año; y no solo por la temática en sí, sino por ser películas muy potentes con historias muy interesantes”, asegura Machado.

Parte de ese éxito, asegura, fue que las grandes productoras cinematográficas confiasen en el trabajo e historias de las creadoras.

“Otra parte ha sido que seamos capaces de identificar nuestras historias. Antes no teníamos manera de identificar que ciertas cuestiones nos pertenecían o que incluso éramos víctimas de ciertas situaciones”, explica.

“Antes ni éramos, ni estábamos”

A pesar de estos pasos hacia la equidad en el cine, los principales festivales audiovisuales aún tienen una falta de presencia femenina significativa. El Festival de Cannes de este año, que se ha celebrado entre el 16 y el 27 de mayo, y que ha concluido con Justine Triet como ganadora de la Palma de Oro por “Anatomía de una caída”, contaba con 7 directoras de 21 en su competición oficial, es decir, un tercio del total.

En el Festival Internacional de Berlín, conocido como Berlinale, fueron 6 las cineastas de 19 películas que competían por el Oso de Oro, es decir, un porcentaje similar al de Cannes. En el Festival Internacional de Cine de Venecia, de 23 películas en liza por el León de Oro, 8 fueron dirigidas por mujeres.

Unas cifras, que sin embargo, Ceres Machado valora con optimismo. “Antes estábamos totalmente tachadas de la ecuación, o sea, no es que fuéramos invisibles, es que ni éramos, ni estábamos. Pero ahora ya empezamos a estar”, asegura y confía en que “vaya a más”.

La dirección de largometrajes, un sumidero de mujeres

Una de las brechas que sigue latente y que hay que atajar es la diferencia entre la dirección de largometrajes y cortometrajes. Mientras que en el ámbito de los cortos hay una mayor presencia femenina en dirección, en los largometrajes la cifra está estancada en torno al 20 %, según los últimos informes de la Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales (CIMA).

Por ejemplo, en el caso de la animación, las mujeres fueron el 40 % de las las directoras de cortometrajes en 2022 y el 41 % de series, mientras que solamente dirigieron el 26 % de los largometrajes de ese tipo, según un informe de Mujeres en la Industria de la Animación (MIA).

“Si en el cortometraje hay tanta presencia femenina y en el largometraje no, significa que hemos encontrado un sumidero, uno de esos agujeros negros donde desaparecemos“, lamenta Ceres Machado.

Apoyo y financiación

Esto puede deberse, sostiene, a diversos factores como la conciliación familiar, la falta de apoyo hacia las directoras o la dificultad de mantenerse en la industria durante largos periodos de tiempo.

En su caso, cuenta, ha tardado más de diez años en hacer su primera película desde que se lo planteó seriamente. Ahora está a punto de terminar su primer rodaje y de comenzar, a finales de año o principios del 2024, el segundo bajo el título “Si las paredes hablasen”.

“Nosotras lo tenemos un poquito más difícil para soportar toda esa presión o todo el tiempo que necesitas para conseguir una película”, subraya la directora, que asegura que muchas mujeres abandonan el camino hacia la dirección de largometraje.

Por eso, insiste: “Hace falta que las productoras sigan apoyando y financiando nuestras historias porque les interesen, que ya lo están haciendo en parte, pero sigue siendo necesario”.

Y recuerda que “no hay edad” para hacer cine y que no es necesario debutar con 30 o 35 años, que se puede hacer con 50 o con 60. “Otro de nuestros sumideros es la edad”, critica.