La Monja Alférez y la defensa del ecosistema protagonizan la novela de Gabriela Cabezón

Laura de Grado | Madrid - 8 diciembre, 2023

La escritora argentina Gabriela Cabezón Cámara consolida su prominencia en la literatura latinoamericana a través de "Las Niñas del Naranjel", una envolvente novela que, con la Monja Alférez como eje central, aborda la resistencia ante la opresión, los cuidados, la transformación y las relaciones personales, al tiempo que interpela a la acción frente a la destrucción de los ecosistemas.

"La conquista hoy está organizada en torno a la extracción de materias primas", explica a Efeminista Cabezón Cámara (San Isidro, Argentina, 1968), quien recuerda que "no se tala la Amazonía gratis, el planeta entero padece eso".

La también autora de "Las aventuras de la China Iron", finalista del Booker International Prize, y de "La Virgen Cabeza" explica que en esta historia ha querido construir "toda una dimensión luminosa y tierna", a través de una exuberante selva, dos niñas guaraníes y los animales que acompañan al personaje de Antonio, antes Catalina de Erauso o Monja Alférez, en su huida de la horca y su radical transformación.

Y reivindica que "encontrar algo de luz y algo de alegría en la vida diaria, buscarla, construirla, es también una posición política y una forma de lucha".

La viveza y utopía de "Las niñas del naranjel", publicada en España por Random House, la logra Cabezón con un registro lírico en el que mezcla conversaciones en lengua guaraní, el euskera, el estilo epistolar o frases que evocan al Siglo de Oro.

De la Monja Alférez a Antonio

P.- En la novela aparece la figura de Catalina de Erauso, nacida en 1592, conocida como la Monja Alférez, que con quince años se escapa del convento, se hace pasar por hombre para ir a América y acaba siendo parte de la conquista. ¿Cómo descubre a este personaje y que le interesó?

R.- Conocí este personaje en la casa de un amor, había una acuarela en la que se veía una persona con armadura dorada asesinando a alguien y abajo decía "la Monja Alférez". Armadura, monja y lanza no son cosas que imaginemos juntas, entonces me pregunté de quién se trataba, investigué y me pareció un personaje fascinante. Horrible en muchos aspectos, porque unirse a la conquista es unirse un genocidio. Y a la vez completamente fascinante por su determinación a seguir su deseo contra toda ley, no sólo contra las leyes de género de la época, contra cualquier ley que se le interpusiera.

También me interesa pensar la conquista, no solo en el periodo en que los territorios de Abya Yala estuvieron bajo el dominio de España, sino todos los años que siguieron, en los que la conquista no se acabó nunca.

P.- ¿Cómo abordó la complejidad y dualidad de este personaje?

R.- Yo tomo este personaje (Antonio) en un momento en que él se detiene en una situación que no es la de esperar. Se detiene en la selva, que es tal vez una de las formas exuberantes y proliferantes que tiene la vida de la Tierra para manifestarse. Se detiene junto a dos niñas, junto a una perrita, dos caballos, dos monos y en esa detención se le arma como un pliegue en esta personalidad que está siempre actuando en defensa propia.

Él llega a América porque quiere ver mundo y empieza trabajando como tendero, pero termina en el ejército participando de la conquista de la Araucanía. Conquista que felizmente no terminó de realizarse y ahí están los mapuches resistiendo a mucha violencia de los estados coloniales latinoamericanos, que son colonizados y coloniales.

La conquista hoy es "la extracción de materias primas"

P.- El protagonista huye con dos niñas guaraníes -Michi y Mitakuña- por la selva, experimentando una convivencia que revela otras realidades. ¿Cómo influyó la relación con estas niñas en la narrativa y el desarrollo de la historia?

R.- Los niños y los animales son una forma hermosa y luminosa del amor. Y además las niñas son personajes de otra cultura, de la cultura invadida, entonces en ese diálogo hay como una fricción de culturas.

Todos son una manada, es un lugar excepcional, es una paréntesis, una suspensión del tiempo de la guerra. Es el lugar de la transformación. En el libro vos ves como todo se transforma y el personaje de Antonio termina teniendo una capacidad de transformación radical que supera con mucho lo transgénero.

P.- Decía antes que la conquista no se acabó nunca.

R.- En esa fricción entre culturas, en ese diálogo entre Antonio y las niñas, en esa selva que prolifera, hay una manifestación de lo que resiste a la conquista que hoy está organizada en torno a la extracción de materias primas. Argentina es una zona de sacrificio y los primeros sacrificados son los ecosistemas y en los ecosistemas viven personas, en general, de pueblos originarios, o sea, los mismos sacrificados, asesinados, masacrados hace 500 años.

"No se tala la Amazonía gratis"

P.- En el libro aparecen varias lenguas, el guaraní, el euskera, pero también hay vocabulario que evoca al Siglo de Oro..¿Cómo trabajó la incorporación de todos estos elementos lingüísticos en el libro?

R.- Yo tengo como una noción orgiástica de la literatura, me gusta que todo se mezcle, que todo se friccione, que todo se meta una cosa dentro de la otra y aparezcan cosas nuevas. Tengo una tendencia a esa música que mezcla distintos registros y con la complejidad de hacerlos legibles.

P.- La selva aparece como un escenario importante. ¿Es también una reivindicación del ecosistema?

R.- Yo intenté que fuera mucho más que un escenario, que estuviera completamente tramado con los personajes y con la historia. Y sí, es una reivindicación y además quise transmitir el goce, el placer que se siente en estar tan claramente viva entre lo vivo. En la selva se siente mucho eso.

Hablar de la selva hoy, es hablar de algo que nos compete a todos con urgencia, globalmente. Lo que se ha talado de la Amazonía, lo que se ha desmontado del bosque Chaqueño o de la selva Paraneense, eso tiene consecuencias inmediatas para las personas humanas y no humanas que viven ahí, pero mediatas para todo el globo. No se tala la Amazonía gratis, el planeta entero padece eso. Y me parece que es urgente que nos despertemos y dado que decimos amar a nuestros hijos, hijas e hijes, podríamos empezar a hacer algo para que sigan teniendo agua y aire.

"El enemigo de la ultraderecha somos las mujeres"

P.- Respecto a la actualidad política argentina, ¿ cómo valora la victoria electoral de Milei y cómo cree que impactará en los derechos de las mujeres en el país?

R.- En base a los discursos de Milei, la ultraderecha para cohesionarse busca enemigos y el enemigo de la ultraderecha somos las mujeres y las diversidades sexuales. Ya dijo que quiere derogar el aborto.

Es muy serio, es una limitación a los derechos de las mujeres, es un procedimiento de sometimiento de las mujeres. Y me parece que con eso estoy como como haciendo una síntesis de cuál va a ser la situación de las mujeres según lo que él dijo. Creo que va a ser una situación muy dura.

P.- ¿Creen que hay posibilidad de que se vuelva a la anterior legislación del aborto?

R.- Ningún derecho está garantizado nunca, en ningún lado, acá tampoco. Creo que sí que puede suceder y ya te digo para la ultraderecha restaurar algo del orden patriarcal, que ellos ven como garante, parece ser fundamental. Hace no mucho "El cuento de la criada" tuvo tanto éxito porque es algo que Occidente en su núcleo tiene. O sea, somos frutos de las religiones monoteístas que son de un machismo espeluznante y eso late en cada una de nuestras sociedades.

Lo que se ve difícil es cómo vamos a sortear la amenaza de represión total. Hablan de hacer intervenir en las represiones incluso al ejército. En Argentina hay una ley que prohíbe que el ejército actúe en inteligencia y en represión. Si esa ley también se cambia y si entra el ejército...bueno, el antecedente que tenemos, que es el de la dictadura, asusta.



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