Lucho Fabbri

Lucho Fabbri, secretario de Formación y Capacitación para la Igualdad en el Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad de Santa Fe (Argentina), en políticas públicas masculinidad durante una entrevista con Efeminista. Foto: EFE/Laura de Grado

Lucho Fabbri: “Para reparar hay que reconocer la violencia y muchos varones no lo hacen”

Laura de Grado | Madrid - 14 marzo, 2023

Uno de los obstáculos en la lucha contra las violencias machistas sigue siendo que muchos de los hombres que las perpetran no lo reconocen, asegura el activista argentino de nuevas masculinidades Luciano Fabbri, más conocido como Lucho Fabbri, y secretario de Formación y Capacitación para la Igualdad en el Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad en Santa Fe (Argentina).

“Si queremos revertir las desigualdades y las violencias de género tenemos que trabajar con todos los actores que configuran las relaciones de género y fundamentalmente con aquellos que ejercen las violencias que estamos denunciando”, ha explicado Fabbri durante una entrevista con Efeminista con motivo de su reciente visita a España para participar en el Encuentro Internacional Feminista, organizado por el Ministerio de Igualdad.

Por eso, Fabbri apuesta por crear espacios de atención a varones que ejercieron violencia para que se responsabilicen y hagan un reconocimiento, ya que se trata del “punto de partida para reparar el daño”, y, además, “suma integralidad” al sistema de atención y protección a mujeres víctimas.

Encuentros Latinoamericanos de Varones Antipatriarcales

Actualmente Lucho Fabbri, como parte del Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad, coordina políticas públicas que abordan la masculinidad, a través de acciones como: talleres de sensibilización y reflexión, formación, campañas de comunicación o espacios de atención a varones que ejercieron violencia, algunos en procesos penales, para reparar el daño individual y social.

Este enfoque tiene en cuenta que la violencia contra las mujeres, que dejó 301 víctimas en Argentina en 2022 (un feminicidio cada 29 horas) tiene impactos individuales, pero también comunitarios y sociales, asevera Fabbri.

El funcionario cuenta con un amplio recorrido en los movimientos sociales, en 2009 creó el colectivo ‘Varones Antipatriarcales’ en la ciudad de La Plata, un espacio de reflexión para ver de qué manera los hombres podían contribuir a la cuarta ola feminista. Este colectivo sentó precedente en la región, en 2012 se empezaron a organizar encuentros nacionales de colectivos de varones y en 2016 comenzaron los Encuentros Latinoamericanos de Varones Antipatriarcales (ELVA), con experiencias de Chile, Uruguay, Paraguay, Argentina, Venezuela, Colombia y Perú.

Políticas públicas para abordar las masculinidades

Pregunta (P).- Como secretario de Formación y Capacitación para la Igualdad en el Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad coordina políticas públicas que abordan la masculinidad, ¿en qué consisten estas políticas?

Respuestas (R).- En el marco de la secretaría de formación que tengo a cargo hemos creado el año pasado el programa de ‘Masculinidad por la igualdad’, que tiene cuatro lineas de acción. Una son las rondas de varones, un encuentro de reconocimiento para que los varones comencemos a identificar cómo los mandatos de género y de masculinidad han ido impactando en nuestras vidas y afectándonos a nosotros mismos y, fundamentalmente, a las mujeres.

Hay otra segunda política que tiene que ver con promover la creación de espacios para la atención a varones que ejercieron violencia con motivos de género. Un poco con la perspectiva de apuntar a la responsabilización y a la reparación del daño ejercido, entendiendo que esa política suma integralidad al sistema de protección contra las violencias hacia las mujeres, y que no tengamos solo la pena como la única respuesta.

En tercer lugar tenemos los programas de multiplicadores para formar a otras instituciones de gobierno y transversalizar el enfoque de masculinidades. Y por último campañas de sensibilización con producciones más artísticas, culturales o comunicacionales que nos permitan construir una conversación social.

“La política reparatoria más importante es la no reincidencia”

P.- Habla de la creación de espacios para la atención a varones que ejercieron violencia, ¿ cómo se trabaja ahí?

R.- Para poder reparar hay que reconocer que hay una violencia y un daño, y en la gran mayoría de los casos nos encontramos con que los varones no reconocen ese daño generado. Creemos que hay una primera aproximación a una política reparatoria que consiste en el reconocimiento, en hacerse cargo de la violencia ejercida. Sin embargo, la política reparatoria más importante es la no reincidencia.

Estos espacios permiten erosionar los pactos de complicidad entre varones formando sujetos activos que promuevan, que multipliquen y que intervengan. Y nos permite empezar a pensar en una reparación ejercida en términos comunitarios donde esos varones puedan llevar los aprendizajes de los feminismos a los espacios de sociabilidad masculina.

P.- ¿Cómo se llega a esos espacios de sociabilidad masculina?

R.- Hay una gran tarea que es formar a más varones en feminismos para llevar los feminismos ahí donde nosotros habitamos y donde las mujeres feministas no suelen tener llegada. También creo que las campañas comunicacionales tienen que tener un sentido muy orientado hacia la juventudes, que sean breves, creativas, divertidas… Campañas donde los varones nos hablemos a otros varones, donde busquemos una estrategia de interpelación que no sea desde la superioridad moral. No hablar por fuera ni por encima del problema.

Nuevas masculinidades, jóvenes y redes sociales

P.- ¿Qué obstáculos cree que hay a la hora de interpelar a los chicos jóvenes?

R.- Muchas veces es el miedo a la intemperie o quedarse por fuera lo que frena a esos varones, que de algún modo no quieren ponerse en el foco de la atención del grupo. Las violencias entre varones son quizá las formas más eficaces de disciplinamiento que tiene el patriarcado para que nosotros no saquemos los pies de del plato.

Estamos en un proceso paradójico donde muchos jóvenes se han acercado a los feminismos, pero ese proceso no es lineal y tiene esta reacción, este ‘backlash antifeminista’.

P.- ¿Qué papel están jugando las redes sociales en esto?

R.- Hay un discurso efectista corto que apela a la emocionalidad que explica en 140 caracteres todo lo que les pasa a los varones. Y eso es algo que todavía no hemos sabido contrarrestar desde los feminismos y donde pareciera que darles una versión distinta implica invitarlos a leer un paper o a ver una conferencia. Entonces creo que hay que ser más audaces, más creativos y creativas, breves y sintéticos en el mensaje que queremos construir. De lo contrario son sujetos que quedan servidos para una política de acumulación de las nuevas derechas. Hay que empezar a destinar esfuerzos a hablarles.

Alianzas y acuerdos feministas

P.- ¿Qué desafíos quedan por delante desde las masculinidades?

R.- Que todos esos otros varones que sí están sensibilizados con los feminismos conviertan esa sensibilización en acción política, que se organicen. Necesitamos que no solamente se identifiquen públicamente como antipatriarcales, sino que lleven los feminismos a todos los campos de intervención posibles. Necesitamos más varones haciendo feminismo.

Y hay un desafío importante que tiene que ver con asociar la feminidad y su ‘genitalidad correspondiente’; y la masculinidad y su ‘genitalidad correspondiente’ y que termina siendo transexcluyente. En muchos espacios de elaboración política de masculinidades pensamos que este es un debate entre las compañeras feministas y que nosotros deberíamos respetar y abstenernos. Pero creo que no intervenir sobre un conflicto que nos implica es una posición de comodidad e incluso de privilegio. Nos implica porque asocia la masculinidad a una esencia original de la cual pareciera que la feminidades trans no pueden deshacerse y de algún modo las estabilizan en ese lugar. Y hace lo mismo en un sentido contrario con las masculinidades trans.

Las políticas de alianzas de los sujetos feministas tienen que poder construirse y consolidarse a partir de nuestros acuerdos y no a partir de volver a la diferencia sexual genital como la frontera de nuestra de nuestras alianzas.