
La escritora Leticia Martin, galardonada con el I Premio Lumen de Novela por "Vladimir", durante una entrevista con Efeminista. EFE/Laura de Grado
Leticia Martin: “Muchos de los abusos a menores se producen intrafamiliarmente”
A través de una narrativa tensa e incisiva donde subyace continuamente una “violencia sutil y menos explicita” la autora argentina Leticia Martin explora los límites del deseo, el abuso a menores y las relaciones de poder en el thriller “Vladimir”, galardonado con el I Premio Lumen de Novela, y que es además un guiño al clásico de la literatura del siglo XX “Lolita”.
“El problema fundamental en el abuso es que la persona abusada no termina de notar los límites“, explica a Efeminsita Martin (Buenos Aires, 1975) con motivo de la publicación de su novela en España por Lumen.
“Vladimir” narra la vida de Guinea, una profesora universitaria cuya carrera se desmorona cuando su relación con un estudiante más joven sale a la luz. Huyendo del escándalo llega a Buenos Aires y se encuentra con un apagón masivo, lo que la lleva a refugiarse con un hombre y su hijo adolescente, Vladimir, hacia quien desarrolla un turbio deseo.
Bajo este argumento, que surgió a partir del testimonio de un chico que tuvo esta experiencia con una mujer mayor, la autora se adentra en las dinámicas de poder que se dan en las relaciones humanas.
“Tengo un especial interés en entender qué pasa con las relaciones de poder, cómo se van trastocando y se van configurando de otra forma con el tiempo”, explica la poeta y crítica cultural.
Martin es conocida por abordar temas controvertidos y desafiantes relacionados con los roles de género y el poder, como ya hizo en “Estrógenos”, donde los hombres quedan embarazados, o en “El Gusto”, que narra la historia de una bailarina que escapa de un matrimonio aburrido a través de una relación amorosa clandestina.
Violencia y abusos a menores
En esta ocasión, construye una obra cargada de violencia, que aunque silenciosa y sutil “no deja de ser violencia” y que está presente en el deseo de una mujer adulta a un niño adolescente en un contexto de convivencia.
“El problema fundamental en el abuso es que la persona abusada no termina de notar los límites”, asegura la autora del ensayo “Feminismos”, y eso dificulta su identificación.
Y recuerda que gran parte de los abusos a menores son por parte de un familiar o un conocido: “Se habla un montón de abuso pero se dice poco que muchos de estos abusos se producen intrafamiliaremente, siempre es un conocido el que abusa de un menor y eso habla mucho de la dificultad que hay en la persona que está en la situación de debilidad y en esa relación de poder que es asimétrica siempre”.
“Es todavía un territorio muy áspero y conflictivo porque hay una psiquis de un menor que termina destruida en este tipo de historias tan trágicas, entonces me parece que es bueno volver a pensar en eso”, añade.
Esta “violencia sutil” es un tema que le interesa mucho, explica, y considera que es el tipo de violencia que más sufren las mujeres actualmente.
Un guiño a “Lolita” de Nabokob
De esta manera y en un guiño a “Lolita” de Vladimir Nabokov -aunque salvando las distancias en lo que se refiere a estructura y desarrollo argumentativo- pone sobre la mesa las dinámicas de poder en las relaciones intergeneracionales.
A la vez que hace una invitación a “revisitar los clásicos de la literatura del siglo XX, recuperar todo ese valor y volver a entender que se estaba diciendo ahí, leerlos con más atención”.
Con un estilo influenciado por Marguerite Duras, Silvina Ocampo, Sara Gallardo, Jack Kerouac o Julio Cortázar, Martin ha reconocido que narrar de forma verosímil el abuso y mantener la tensión dramática ha sido todo un reto de escritura.
En cuanto al contexto distópico de la novela, la autora argentina ha explicado que quería acelerar los procesos narrativos colocando a los personajes en una situación de urgencia y de vulnerabilidad extrema debido a un apagón eléctrico generalizado.
“Me parecía como muy importante tener algo externo que acelere el proceso de la trama”, explica.
Un premio para el fomentar al talento literario femenino
La novela, que también se ha publicado en su país natal, fue seleccionada en junio como I Premio Lumen de novela, un galardón que retoma el histórico premio celebrado durante los años 1994-1999 con el objetivo de descubrir y fomentar el talento literario femenino.
En esta primera edición se recibieron 407 manuscritos procedentes de Argentina (33), Colombia (23), Chile (10), España (272), Estados Unidos (18), México (37), Perú (7) y Uruguay (7).
El jurado, que otorgó el premio a Leticia Martin por mayoría, destacó “cómo la atracción y seducción de un hombre maduro hacia una mujer joven ha sido representada muchas veces en la literatura, pero el deseo de una mujer madura hacia un joven, no”.
La escritora ha querido destacar que este premio ha supuesto “un respaldo significativo” a su dedicación y pasión por la escritura, así como un empujón para arriesgar en sus próximas obras.
“Estoy muy contenta con el premio y estuve contenta con la edición, pero me interesa mucho qué pasa cuando se lee, ver la devolución de los lectores, ese pequeño intercambio”, finaliza.