Aurora Freijo vuelve con "Cuerpo vítreo", un relato duro y poético sobre el miedo y la soledad

Carmen Sigüenza | Madrid - 11 junio, 2023

Tras "La ternera", un libro delicado al tiempo que punzante que, con el mínimo de palabras, consiguió romper el silencio de una niña víctima de abusos, Aurora Freijo vuelve con "Cuerpo vítreo", donde la filósofa y escritora da un paso más en su constante deseo de retirar el velo a temas como el miedo, la soledad, la enfermedad o la muerte.

Así, "Cuerpo vítreo", publicado por Anagrama, es también un libro sobre el amor y la muerte, una narración que tiene ecos de "La ternera", incluso en su estructura fragmentada. "Un disparo seco al corazón", como dice Juan Barja en la contraportada del libro, que protagoniza una mujer que cae enferma y comienza un viaje hacia lo más profundo de su ser.

"Este es un libro ontológico, habla del ser. Pueden parecer palabras muy sonoras, pero es que eso es el ser, el amor y la muerte. Yo creo que la filosofía es un paseo por el amor y la muerte, entonces es un libro ontológico", explica la autora en una entrevista con Efeminista.

P.- Vuelve con un segundo libro, "Cuerpo vítreo" después del éxito de "La ternera". ¿Lo ha escrito con alguna presión o expectativas tras las buenas críticas de su primer título?

R.- Pues con ninguna expectativa, porque yo no sabía si después de 'La ternera' iba a escribir. Pensé que a lo mejor 'La ternera' era algo anecdótico y cuando me preguntaban: '¿Pero tú eres escritora?', yo me decía: 'Pues no lo sé', y entonces expectativas cero, de hecho estuve bastantes meses, incluso un año, sin escribir nada. Luego apareció ahí como un grumo... y me dije: 'Voy a escribir esto',  y ahí está, así que ninguna presión; porque además no escribo para nadie y tampoco para nada, con lo cual está ahí y estoy muy contenta. Espero que funcione bien. 

Soledad, miedo y terror al sufrimiento

P.- ¿Tiene este alguna relación con 'La ternera? ¿La protagonista puede ser la niña aquella...?  

R.- Yo creo que sí, cuando me han entrevistado ahora me he dado cuenta de algunas cosas, yo creo que eso pasa siempre que uno escribe, está uno muy pegado al texto, entonces no sabe bien, pero hablando sobre el libro creo que sí, que hay un posible carnicero dos y, bueno, la que habla es una voz adulta y es posible. La primera estaba muy acompañada de la soledad y yo creo que esta está muy acompañada del miedo, de mucho miedo.

La soledad está igual que en la primera novela, pero aquí, además, ella está como muy abandonada, muy encerrada también. Está asustada y entonces no puede casi pensar, no puede hablar. Solo puede estar tumbada, como un lagarto. No puede ni sentir, así que la soledad estaba y está, y luego ese miedo que acabo de decir, un terror a la fragilidad, al sufrimiento y a la muerte. Es temor y temblor, como el  título de Kierkegaard.

P.- Sí, hay cierto aroma de Kierkegaard

R.- ¿Te ha recordado? Me alegro mucho. Pues está ahí el título, y de hecho hay una frase que ella está diciendo lo poco que puede decir y dice y 'cómo no temblar'.  Bueno, como siempre están ahí los filósofos rondando, porque los filósofos son muy poetas, los lees y algunos son poetas.

P.- ¿Cómo nace esta historia fragmentada, la historia de una mujer frágil? 

R.- Sí, es una secuencia de fragmentos. Pero, más que con la enfermedad de su ojo, tiene que ver con un acontecimiento de vértigos. Ella sufre unos vértigos que son del oído, pero algo tan focalizado en algo tan físico le procura una desorientación absoluta en todo, en la percepción de la realidad. Cuando uno sufre vértigos eso sí que es físico, porque a mi me sucedió y todo se trastorna, uno no sabe cuál es en verdad la realidad, cómo está situado. Y aparecen muchos miedos porque hay una distancia con las seguridades. Ella pierde todas las seguridades, las afectivas, las físicas, las sensoriales, y tiene que reencontrarse y es camino de ¿podré reencontrarme?.

Luego está una enfermedad en un ojo, que me pareció que era muy propicio para hablar del miedo también. Porque realmente ella no está profundamente enferma, solamente es un soplo de enfermedad leve, pero ella se deshace, no puede soportarlo porque adivina y avecina una enfermedad que hace que el sufrimiento sea posible. 

Es darse cuenta de que somos mortales. Es Heidegger y es el ser para la muerte, es que somos seres para la muerte. Yo creo que a una edad a todos nos pasa. ¡Ah, pues es eso, esto es la carne, el cuerpo! Hay hay mucha carne en este libro.

P.- Y todo entreverado también con esa relación tóxica que mantiene la protagonista

R.- Es Eros y Thanatos. Yo creo que está la muerte absolutamente presente y es el ángel de la muerte. Está ahí todo el rato. En 'La ternera', el ángel de la soledad, y aquí en un momento dice: “Se levantó el ángel de la soledad, pero dejó el hueco de la muerte”. Entonces está siempre con ella ahí como abrazándola, pero también es Eros, está el amor. Bueno, un amor muy opaco, como en un bosque oscuro, en el que ella ya no está, pero lo recuerda. 

Yo traigo una historia amorosa como podía ser otra, en la que hay alguien muy tóxico, y ella está muy encerrada y en un momento dado le llama 'morgue', 'T' es 'morgue' y eso se lo he cogido a la escritora parisina Linda Lê, que ha muerto recientemente.

En el libro de Linda hay una historia de una mujer cuyo padre muere y ella tiene una relación muy enferma, muy entristecida, muy acorralada con un hombre al que llama 'morgue' todo el rato y le robé solo una frase, no me he atrevido más, pero me pareció fantástico, un amante que es una morgue.

"Cuerpo vítreo", de Aurora Freijo

P.- El libro tiene una música, un ritmo…

R.- No lo sé, pero me gusta, no lo adivino así. Son secuencias tan pegadas una a la otra, como secuencias, entonces se origina una música diferente, claro, a lo mejor en otros libros la música ha sido una música épica, pero aquí no puede serlo, no, aquí seguro que no, pero me sugiere una música más japonesa seguramente y como más en sordina y seguramente sí.

"La enfermedad es muy indigna y muy inhumana"

P.-  Dice en un momento que  "estamos preparados para padecimientos que ni sospechamos"

R.- Sí, sí, es verdad, no sé, supongo que esto lo habrá dicho mucha gente, pero me pareció tan evidente como  también pasa en 'La ternera'. Allí  es una niña y lo padece, pero no lo acusa demasiado, es como si se dijese: 'Bueno, es lo que hay'. Aquí, la protagonista se da cuenta de eso: 'Cuántas cosas pueden pasarnos y las voy a soportar todas, no voy a tener más remedio que soportarlas. Bueno, pero hay algunos padecimientos insoportables, muy indignos, además. Yo creo que la muerte lo que hace es dar una lectura a la vida, con lo cual se puede ser muy jubiloso y vivirla muy felizmente, pero la enfermedad no, la enfermedad es muy indigna y es muy inhumana. No creo que nos valga para nada.

P.- ¿Y la madre? ¿Es la madre de la ternera?

R.- La madre yo creo que es la muerte. Y la muerte que más duele -sin hablar de la muerte de un hijo, porque no es el caso ni estamos en ello-, la de ver morir a una madre... y a todos nos llegará ver morir a una madre.

Un libro que habla del ser

P. ¿Es un libro de ideas filosóficas? 

R. - Creo que  'Cuerpo vítreo' es un libro ontológico, habla del ser. Es que va del ser, pero esto que puede parecer así como unas palabras muy sonoras... es que es la muerte, es el amor y la muerte. Yo creo que la filosofía es eso, un paseo por el amor y la muerte, entonces es un libro ontológico.

Escribí sobre la enfermedad y luego aparecieron otras cosas, esa lucidez que ella alcanza, porque tiene miedo a quedarse ciega, entonces también hay un juego ahí. Con la ceguera puede iluminarse, puede tener la lucidez de ver qué está pasando, la lucidez de la muerte, de la enfermedad, la lucidez de lo qué va a ser de nosotros, la lucidez del daño que puede ocasionar una relación tan terriblemente nefasta como el amor que tiene con ese hombre, el amor que forman los dos.

P.- Cuéntanos un poco del título del libro, "Cuerpo vítreo"

R.- Pues, mira, el título en principio era otro, era “Un soplo más”, que es ese verso de Rilke que siempre lo tengo en la cabeza porque él dice: 'Al menos un soplo más, al menos un soplo más', un poquito más, da un poquito más... y entonces el título era ese; pero luego vimos mi editora y yo que tenía que ir por algo físico, y el ojo es muy importante, la ceguera, el miedo a no poder ver, a quedarse ciega, y 'Cuerpo vítreo' habla de cuerpo, o sea, es una parte del ojo. Vítreo es como frágil, como de cristal y yo creo que es un acierto.

P.- Es duro y suave a la vez, es como dice el escritor Juan Gracia Armendariz, como un 'puño de hierro en guante de seda'. ¿Así es su libro? 

Yo creo que sí.  Es que eso me gusta mucho, yo creo que la poesía es así, he leído mucho a Panero, me gustan mucho Panero y Emily Dickinson, porque me gustaría escribir como los dos juntos. Panero visita los sepulcros, que son a veces terroríficos, aunque él lleva flores, y luego eso tan lírico de Dickinson, que habla de la muerte todo el rato, pero también habla del campo, de las abejas, de las colinas, de los pájaros. Entonces esa delicadeza de Dickinson y lo terrible de Panero me parece que son una bomba, así que los leo juntos. Es una muy buena combinación que está en mucha literatura. Eso es lo terrorífico y lo poético, eso que dice también Juan Barja, que es 'un disparo al corazón'. El libro es como un disparo al corazón, eso es lo que me gusta.



Descubre más desde EFEMINISTA

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo