#8M: Sonia Zúñiga Lucas, viróloga e investigadora del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC)

Natalia Ibáñez Guinea | Madrid - 8 marzo, 2021

Cuando en el 2000 la viróloga e investigadora Sonia Zúñiga (Madrid, 1972) empezó a trabajar con coronavirus, no se imaginaba que dos décadas más tarde estaría inmersa en una carrera contrarreloj para desarrollar una vacuna capaz de frenar un nuevo virus que había paralizado el mundo. Desde el posdoctoral, el Centro Nacional de Biotecnología (CNB) se ha convertido en el segundo hogar de Zúñiga, que forma parte del 36 % del personal científico femenino del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

De niña soñaba con ser maestra y fueron precisamente sus profesores de ciencias en la etapa escolar quienes le inculcaron la curiosidad científica y la ayudaron a iniciar una brillante trayectoria ligada a las Ciencias Químicas y la Biología Molecular en la que nunca ha dejado de formularse preguntas y aprender. A veces de artículos y otras de los profesionales que la han acompañado en su trabajo, como Isabel Sola y Luis Enjuanes, con quienes está desarrollando uno de los tres proyectos de vacuna de la COVID-19 en el CSIC y de los once que se han puesto en marcha en España.

Aunque los experimentos en el laboratorio avanzan despacio dada la complejidad de la vacuna, ésta, al estar basada en el propio virus, pretende conseguir una inmunidad más completa, explica la científica del CSIC en una entrevista con Efeminista que este año, con motivo del 8M, Día Internacional de la Mujer, ha elegido a 8 Mujeres como homenaje a las miles de ellas que luchan contra la pandemia en primera fila.

La ciencia en cifras

En España, las mujeres representan el 29,23 % del total de profesionales de la ciencias físicas, químicas, matemáticas e ingenierías, según la Encuesta de Población Activa  (EPA) del último trimestre de 2020, que registra 404.000 hombres frente a 166.900 mujeres en el sector. Por su parte, el informe "Científicas en cifras", elaborado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, revela que se mantiene el techo de cristal en la carrera investigadora, así como en cargos en Organismos Públicos de Investigación (OPIs) donde las mujeres no superan el 21 % de presencia en las cátedras de universidad o del 25 % entre el profesorado de investigación. 

Algo mejores son los datos del CSIC, según los cuales más de la mitad de los proyectos de investigación sobre la COVID-19 están liderados por mujeres. Se trata de un porcentaje muy superior al de personal científico femenino en toda la institución como Zúñiga, que se mantiene en el 35,9 %, según su Informe de Mujeres Investigadoras de 2020.

En cuanto a la enseñanza, el 49 % del estudiantado matriculado en carreras científicas universitarias son mujeres, según el Ministerio de Educación. De estas, la mayoría prefiere ingresar en áreas relacionadas con la salud y los cuidados, dejando carreras como Ingeniería (28 %) o Informática (12 %) con peores datos. Las mujeres matriculadas en grados STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) en Formación Profesional también brillan por su ausencia, con tan solo un 9 %  en Mecánica y un 4 % en Electrónica.

Es necesaria la educación en igualdad

Pregunta (P).- Un año después... ¿Qué ha cambiado desde el 8M de 2020?

Respuesta (R).- Estamos mucho mejor este año que el pasado, que había mucho desconocimiento y no se sabía realmente la extensión de la pandemia. Hemos averiguado muchísimo del virus, por lo cual sabemos mejor qué hacer. También, de alguna manera, hemos perdido esa parte de ingenuidad que teníamos al principio todos de pensar que este virus se iba a comportar como los otros coronavirus que conocíamos.

P.- La pandemia ha visibilizado el trabajo mayoritario de las mujeres en la lucha contra la COVID-19 ¿por qué cree que somos nosotras las que estamos en primera línea?

R.- No creo que seamos solo las mujeres las que estamos en primera línea. Hay muchos trabajadores esenciales en muchos ámbitos que están haciendo una labor tremenda. Creo que lo que la pandemia ha visibilizado en realidad no es tanto el trabajo de hombres y mujeres, sino qué profesiones y profesionales son los que realmente se necesitan y son absolutamente esenciales.

P.- ¿Cómo ve el futuro de la igualdad? ¿Qué es lo más urgente?

R.- Estamos mejorando y quiero creer que se va a seguir. Tiene que haber muchísima educación en igualdad en todos los niveles, no solo en los centros escolares, sino también en las casas. No hay diferencia entre un hombre y una mujer en enseñar desde cómo llevar una casa hasta cómo enfrentar el mundo laboral.

En general se cumple, pero a veces hay reminiscencias del pasado que sin darnos cuenta se nos escapan y hay que ir evitando. Y muchas de esas sorprendentemente creo que vienen de parte de las mujeres, que nos ponemos a veces en una posición que no es la que debería ser.



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