
El 61% de víctimas de trata en España, seis de cada diez y en su mayoría mujeres, han sido explotadas sexualmente. EFE/Archivo
Seis de cada diez víctimas de trata en España son explotadas sexualmente
El 61 % de víctimas de trata en España, seis de cada diez y en su mayoría mujeres, han sido explotadas sexualmente, según los datos recopilados por la Fundación Mutua Madrileña y el Proyecto Esperanza, de las atenciones que han realizado entre 2018 y 2021.
Esa cifra es parte de un informe en el que ambas entidades realizan una radiografía de las supervivientes de trata en España y que han hecho público este 18 de octubre, Día Europeo contra la Trata de Personas.
El trabajo de las organizaciones está enmarcado en el proyecto “Trata de personas, violación de derechos”, creado con el objetivo de llamar la atención sobre casos concretos de trata de personas que podrían pasar desapercibidos tanto para la población como para la propia víctima.
Solo en el último año, Proyecto Esperanza detectó 136 casos de víctimas de trata, de las cuales 126 eran mujeres, 2 varones y 6 menores a cargo de sus madres. El 36 % de las víctimas atendidas tiene más de 30 años.
El 50 % de esas supervivientes proceden de países de América Latina, un porcentaje que ha aumentado considerablemente en cuatro años, pues en 2018 suponían el 28,9 % del total de víctimas. Le siguen las procedentes de África, que representan el 41 % de los casos atendidos. Colombia y Nigeria fueron los principales países de origen, seguidos de Venezuela y Camerún.
Solo en un 9,5% de los casos hubo trata interna; es decir, la captación y el sometimiento tuvieron lugar dentro de nuestras fronteras.
Víctimas de trata en España
Otra cifra que ha aumentado es la de las llamadas de alerta sobre posibles casos de trata, que ha subido un 54 % en los últimos cuatro años.
Con respecto a la atención brindada por las organizaciones, el 26% de las mujeres necesitó acogida en un recurso residencial. Allí, el 38% permaneció entre 1 y 6 meses.
El 16% de las mujeres atendidas requirió tratamiento psiquiátrico. Mientras que el 46% de las mujeres que ha recibido asesoría jurídico penal interpuso denuncia contra el tratante.
El 22% de las mujeres ha solicitado protección internacional por un temor fundado a sufrir persecución o daños graves si regresa a su país.
En su informe, las organizaciones señalan que la trata de seres humanos “no es neutral en cuanto al género ya que afecta a nivel global de forma desproporcionada a mujeres y niñas”.
“Por tanto, es necesario consolidar la perspectiva que sitúa en el centro a las víctimas y aplicar un enfoque integral, de derechos humanos y de género, que garantice un plus de protección para aquellas formas de trata que suponen además una forma de violencia contra la mujer”.
Para captar a las víctimas, los tratantes las someten a su control con el objetivo de lograr su dependencia e indefensión. Los tratantes no siempre utilizan medios extremos de control y/o fuerza, comienzan utilizando la manipulación y el engaño y recurren a las amenazas, las coacciones, o a la violencia psicológica, si es necesario para lograr sus objetivos.
En los casos más extremos, sin embargo, no dudan en utilizar la violencia física y sexual o el secuestro, en el caso de que la víctima intente rebelarse, se asegura en el informe.
Las cifras de España con relación a la explotación sexual no son distintas a las de Europa. Según el último informe de EUROSTAT, que ofrece datos de las distintas finalidades de explotación a las que fueron sometidas las víctimas identificadas en los 27 países de la UE entre 2017 y 2018, el 60% de víctimas de trata fueron objeto de trata con fines de explotación sexual (un 95% de estos casos afectó a mujeres y niñas).
El perfil de las víctimas
En el informe se señala que no existe un único perfil de víctima de trata. “Cualquier persona puede ser susceptible de convertirse en víctima de trata. Víctimas del delito de trata pueden ser personas de nacionalidad española, comunitaria o personas extranjeras de terceros países. Existe también una gran diversidad en cuanto a los rangos de edad y a los niveles educativos”.
Pero que las personas especialmente vulnerables son aquellas que no tienen acceso a derechos básicos y que no pueden cubrir sus necesidades vitales, o que sufren discriminación, opresión y/o violencia, entre ellas, mujeres, menores de edad, personas migrantes y refugiadas, personas con discapacidad física o intelectual, personas pertenecientes a minorías étnicas o al colectivo LGTBIQA+.
Tampoco hay un perfil único de los autores del delito de trata personas. “Pueden ser personas que actúan individualmente, en grupos informales, o formando parte de redes criminales organizadas y estructuradas (mafias)”.
“En ocasiones, son personas que tienen un vínculo familiar o cercano con la víctima y, en otros casos, son personas totalmente desconocidas para ella. Los tratantes y sus víctimas a menudo provienen del mismo lugar, hablan el mismo idioma o tienen el mismo origen étnico”. Esos elementos comunes, afirman las organizaciones, contribuyen a generar la confianza necesaria para engañar a la víctima y llevar a cabo el delito de trata.