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La trata de mujeres con fines de explotación sexual está "gravemente asentada" en España, asegura la Fiscalía. Foto: EFE/Archivo

Supervivientes de trata y explotación piden a Igualdad papeles y respeto

EFE | Madrid - 23 septiembre, 2022

“Si no trabajo, no como”, “yo me sentí una delincuente”. Tres mujeres que fueron traficadas y explotadas sexualmente subrayan la necesidad de dar papeles a las víctimas, la mayoría extranjeras, para poder salir del infierno, pero han pedido también ser tratadas con respeto por parte de la sociedad y las autoridades.

Las tres han expuesto sus reivindicaciones ante la ministra de Igualdad, Irene Montero, en el acto de presentación del Plan Camino, un programa de políticas públicas para detectar y dar alternativas económicas, laborales y sociales a las víctimas de trata, explotación sexual y mujeres que ejercen la prostitución.

Respeto y reparación

Paola llegó a España en 2019 y fueron las Adoratrices las que le hicieron creer que podía salir, tener una vida nueva, ayudar a su familia. Su listado de peticiones es similar al de sus compañeras: apoyo psicológico, físico y jurídico, regularización administrativa, cursos de formación, ayuda para encontrar un empleo y un alquiler…

“Necesitamos también reconocer que cada una de las chicas que llegan a los centros requiere una atención totalmente diferente; reconocer que tenemos temor a hablar de lo que nos ha pasado”, ha apuntado.

Andrea también llegó en 2019, en su caso a Jaén. Vive en un piso protegido y ha sobrevivido gracias a Mujeres en Zona de Conflicto. Además de reclamar una atención individualizada y documentación, subraya la necesidad de ser tratadas con más respeto por parte de las autoridades que “usan sus placas y su autoridad para tratarnos como si fuéramos delincuentes”.

Su denuncia ha sido clara: hay personas con placa que forman parte de la mafia de la prostitución y que avisan a los locales cuando se acerca una redada para que escondan a las chicas.

“Yo me sentí una delincuente; fui juzgada por una falta administrativa”, ha denunciado Daniela, que desde hace años trabaja con las unidades de rescate de APRAMP.

Su sueño era erradicar el sufrimiento que ella había vivido, pero con el paso de los años, advierte, están viendo cómo aumentan las víctimas y baja su edad. “Es lo que piden los demandantes de la prostitución. Una mujer de 25 ó 30 años ya no sirve”.

Daniela ha reivindicado una ley integral contra la trata, pero ha pedido también “sensibilidad” a la ciudadanía y acabar con la hipocresía: hay quienes giran la mirada para no ver las “putas” en la calle y luego dan dinero a sus hijos para que “vayan de putas”.