
Empleadas de un salón de belleza en Kabul se preparan para cerrar tras la prohibición de los talibanes. EFE/EPA/SAMIULLAH POPAL
Los talibanes ponen más restricciones a las afganas y ordenan cerrar los salones de belleza
El Gobierno de los talibanes ha anunciado la prohibición los salones de belleza para las afganas y ha dado un plazo de un mes para el cierre de todos los que estén funcionando en Afganistán, en la más reciente de una serie de restricciones basadas en la rígida interpretación de la ley islámica.
“El ministerio envió una carta a los municipios para cancelar la licencia de los salones de belleza” a partir del 25 de julio, ha dicho este 4 de julio a EFE el portavoz del Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, Mohammad Sadiq Akif Mahajir.
En la misiva, el todopoderoso ministerio fundamentalista instruyó a las autoridades de Kabul y demás provincias afganas a concluir con las actividades en los centros de belleza para mujeres a lo largo de este mes, y una vez pasado el plazo, “estarán prohibidas” en el país.
La medida ha sido ejecutada tras la orden del líder supremo de los talibanes, el mulá Mawlawi Haibatullah Akhundzada.
El cierre de los salones de belleza para afganas
Este veto, otro más que se añade a la lista de prohibiciones impuestas a las afganas desde la llegada al poder de los talibanes en agosto de 2021, supone también una pérdida importante de las pocas fuentes de ingresos.
“Miles de familias encabezadas por mujeres perderán fuentes de ingresos. Esto es realmente difícil para nosotras para sobrevivir y es una especie de tortura”, ha dicho a EFE una maquilladora en un centro de estética de Kabul.
Desde la llegada al poder de los fundamentalistas hace un año y medio, las mujeres han experimentado un retroceso en materia de derechos, con restricciones como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del velo o la obligación de ir acompañadas por un familiar masculino en trayectos largos.
A esta lista de recortes se incluyó el pasado diciembre la prohibición para trabajar en ONG o estudiar en la universidad, una orden que sucede a la prohibición a la educación secundaria femenina impuesta desde que los talibanes llegaron al poder.
La realidad en Afganistán, parecida al régimen anterior
La realidad que viven las afganas a día de hoy se asemeja cada vez más a la época del primer régimen de entre 1996 y 2001, cuando en base a una rígida interpretación del islam y su estricto código social conocido como pastunwali prohibieron la asistencia femenina a las escuelas y recluyeron a las mujeres en el hogar.
Detrás de muchas de estas regulaciones contra las mujeres se encuentra el todopoderoso Ministerio de Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, una institución que entró en vigor durante el primer régimen talibán y se extinguió con la invasión estadounidense, quedando en un mal recuerdo para los afganos durante los siguientes 20 años.
Con la vuelta al poder de los talibanes hace casi dos años, la institución regresó, instalándose, precisamente, en el ahora extinto Ministerio de la Mujer.
La ONU ve casi imposible reconocer a los talibanes
La enviada de la ONU para Afganistán, Roza Otunbayeva, ha advertido a los talibanes que el reconocimiento internacional de su Gobierno será “casi imposible” mientras mantengan en vigor las medidas que violan los derechos de las mujeres.
“Los talibanes piden ser reconocidos por Naciones Unidas y sus miembros, pero a la vez actúan contra los valores clave expresados por la Carta de la ONU”, ha dicho Otunbayeva ante el Consejo de Seguridad el pasado 21 de junio.
La representante de Naciones Unidas ha asegurado que esas restricciones contra las mujeres son muy impopulares dentro de Afganistán y están haciendo perder “legitimidad tanto nacional como internacionalmente” al régimen talibán.
“En mis discusiones con las autoridades de facto, soy directa sobre los obstáculos que se han creado para sí mismos con los decretos y restricciones que han impulsado, en particular contra las mujeres y niñas”, ha insistido.
Desde que recuperaron el poder en 2021, los talibanes han buscado el reconocimiento internacional como Gobierno legítimo de Afganistán, algo que hasta ahora no han logrado, aunque tanto la ONU como numerosos Gobiernos mantienen contactos regulares con ellos.
En ese sentido, Otunbayeva ha explicado que se han creado “canales de comunicación” que funcionan con las autoridades de facto y se han identificado oportunidades para una mayor cooperación en beneficio de la población afgana, pero deja claro que se podría hacer “mucho más si los talibanes rescindieran sus restricciones punitivas contra la población femenina”.