
Jóvenes afganas asisten a una ceremonia de graduación en la Universidad Benawa en Kandahar, en Afganistán, el 17 de marzo de 2022. EFE/EPA/STRINGER
Los talibanes prohiben a las mujeres ir a la universidad en Afganistán
Las mujeres no podrán asistir a la universidad en Afganistán, según una orden publicada este 20 de diciembre por el Gobierno de los talibanes, en un nuevo movimiento de opresión del régimen fundamentalista, que ya prohibió hace un año la educación secundaria de niñas.
La decisión emitida por el ministro de Educación Superior de los talibanes, Shaikh Nida Muhammad Nadim, se tomó tras una reunión del gabinete del Gobierno de los islamistas, según una misiva oficial publicada por medios afganos.
La carta dirigida a las autoridades de las universidades del sector público y privado instruye a los centros a prohibir todo tipo de educación para mujeres “con efecto inmediato y hasta nuevo aviso”.
La decisión está precedida de la prohibición a la educación secundaria femenina impuesta desde que los talibanes llegaron al poder en agosto del 2021.
Sin embargo, los islamistas habían prometido en varias ocasiones que permitirían la educación de las jóvenes una vez que encontraran un modelo de enseñanza que se adecuara a la sharía o ley islámica.
A los largo de casi año y medio, estas restricciones se sumaron a otras en un continuo retroceso de los derechos humanos para las mujeres, como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del burka o la obligación de ir acompañadas de un familiar masculino en trayectos largos.
“Me invade la ira, la desesperanza, una sensación de impotencia y culpa. Ningún paso adelante y un retroceso tan inmenso para Afganistán en los últimos 16 meses. Tenemos que encontrar formas nuevas y creativas de mantener la luz encendida, para que la lucha continúe”, ha publicado en Twitter la activista afgana Shaharzad Akbar.
Las mujeres no irán a la universidad en Afganistán
Hace escasamente dos meses que miles de jóvenes de todo el país presentaron las pruebas para los ingresos a las universidades, lo que suponía para miles de chicas una de las últimas oportunidades para acceder a la educación superior.
Entre ellas se encuentra Fatima Amiri, una joven de la perseguida minoría chií hazara, que perdió uno de sus ojos en un ataque suicida en un centro educativo de Kabul y que aún con las heridas de aquel atentado presentó las pruebas de ingreso y logró un puesto en una de las principales instituciones de Kabul.
Estudiar informática “era mi sueño”, relató Amiri a EFE cuando se conocieron los resultados de admisión.
Pese a que prometieron que habían cambiado, los talibanes han repetido el comportamiento de su anterior régimen entre 1996 y 2001, cuando en base a una rígida interpretación del islam y su estricto código social conocido como pastunwali prohibieron la asistencia femenina a las escuelas y recluyeron a las mujeres en el hogar.
Rechazo de la ONU
La ONU ha criticado este martes, 20 de diciembre, la decisión de los talibanes, subrayando que se trata de un movimiento “muy inquietante” que supone “otra promesa rota por parte de los talibanes”.
“Es difícil imaginar cómo un país puede desarrollarse y abordar todos los problemas que tiene sin la participación activa de la mujer y sin educación para las mujeres”, ha dicho el portavoz de la organización Stéphane Dujarric al ser preguntado durante su conferencia de prensa diaria.
“Hemos visto desde su toma del poder, en los últimos meses, una reducción del espacio para las mujeres, no sólo en educación, sino también en acceso a lugares públicos y su exclusión del debate público”, ha recordado el portavoz.
El repudio internacional
Estados Unidos ha amenazado con imponer consecuencias a los talibanes por vetar el acceso a las mujeres en las universidades de Afganistán, sin dar más detalles al respecto.
“Estados Unidos condena en los términos más enérgicos la indefendible decisión de los talibanes de prohibir el ingreso de mujeres a las universidades”, ha expresado el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en una rueda de prensa.
Price ha calificado de “inaceptable” el veto talibán y ha advertido de que habrá “consecuencias significativas para los talibanes, a la vez que los alejará aún más de la comunidad internacional”.
Además, ha asegurado que Estados Unidos y sus aliados cuentan con “una serie de herramientas” para hacer que “los talibanes rindan cuentas”, aunque ha evitado “entrar en más detalles” por ahora.
Quien también ha condenado la decisión fue la relatora especial de la ONU sobre la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, Reem Alsalem, quien en su cuenta de Twitter ha dicho que “el retroceso rápido y completo de los derechos de las mujeres en Afghanistan continúa sin cesar… Una declaración, una política, un paso a la vez. Sin final a la vista”.
Por su parte, la representante de ONU Mujeres en Afganistán, Alison Davidian, ha señalado que esta prohibición “es un ataque directo al futuro de Afganistán”. “El derecho a la educación para todos debe restablecerse de inmediato”.
“Los talibanes dejan claro todos los días que no respetan los derechos fundamentales de los afganos, especialmente de las mujeres”, ha dicho también Human Rights Watch.
Otras restricciones a las mujeres en Afganistán
Esta decisión se ha conocido durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, precisamente, para discutir la situación en Afganistán, cuando la enviada de Naciones Unidas para el país, Roza Otunbayeva, ha denunciado otras restricciones a las mujeres impuestas recientemente por el grupo extremista.
Entre otras cosas, Otunbayeva ha rechazado la nueva prohibición de visitar parques públicos o gimnasios y había asegurado que el “espacio social” para la mujer en Afganistán se está restringiendo ya “tanto como su espacio político”.
Además, Otunbayeva ha llamado la atención sobre el reciente aumento de los castigos físicos en público y el regreso de las ejecuciones públicas en Afganistán tras recientes decisiones de los talibanes.
La enviada de la ONU ha dicho que ha pedido directamente al régimen que aplique la ley religiosa evitando actos de castigo corporal, tal y como hacen muchos países islámicos, después de que los talibanes se defendieran de las críticas internacionales asegurando que eran antislámicas.
Sobre la situación política en el país, Naciones Unidas también ha apuntado que no hay “una oposición visible” a los talibanes y aseguró que los políticos exiliados, pese a ser muy críticos con las actuales autoridades, tienen un eco cada vez menor entre la población del país.
En el aspecto humanitario, mientras, el principal responsable de la ONU en este ámbito, Martin Griffiths, describeuna situación desastrosa, con un 97 % de la población viviendo en la pobreza, dos tercios del país dependiente de la ayuda humanitaria y 20 millones de personas con riesgo de hambre aguda.