Lideresas de Bolivia, Ecuador y Colombia exigen una "nueva ruralidad" libre de violencias de género

Lideresas comunitarias y rurales de Bolivia, Ecuador y Colombia han participado en el diálogo regional 'Mujer: Fortaleza y Liderazgo desde lo local, inspirando al mundo', en Quito. Fotografías cedidas por la organización del diálogo regional.

Lideresas de Bolivia, Ecuador y Colombia exigen una "nueva ruralidad" libre de violencias de género

Ane Amondarain | Quito - 1 mayo, 2024

Medidas concretas para erradicar la violencia de género en los entornos rurales o asegurar jubilaciones que reconozcan los trabajos no remunerados son algunas de las exigencias que han realizado lideresas de comunidades rurales de Bolivia, Ecuador y Colombia a sus respectivos Estados, con el propósito de construir una "nueva ruralidad".

Las lideresas se han reunido en Quito del 24 al 26 de abril en el marco del diálogo regional Mujer: Fortaleza y Liderazgo desde lo local, inspirando al mundo, organizado por la Asociación de Mujeres por la Equidad de Género y Autonomía MEGA, con el apoyo la Red de Mujeres por la Democracia.

En un manifiesto difundido, las mujeres han asegurado que las violencias que sufren por el hecho de ser mujeres se ven amplificadas por otras realidades, como "ser indígenas, negras, hablar otra lengua, tener una condición económica vulnerable" o "vivir en una diversidad territorial".

"Somos mujeres, lideresas, rurales y comunitarias; además de artesanas, trabajadoras del campo, mantenemos la economía del cuidado, somos cuidadoras del ambiente, y de las semillas nativas y constructoras de paz en nuestros territorios; seguimos viviendo violencia basada en género, la misma que se ve agravada por las diferentes interseccionalidades con las que convivimos", han expresado.

Las mujeres, "territorio de conquista en medio de una guerra"

Las lideresas han señalado que el crimen organizado y el narcotráfico aumentan los niveles de violencia e inseguridad, lo que -explican- favorece que las mujeres sean "tomadas como un instrumento, un territorio de conquista en medio de una guerra".

También denuncian enfrentar violencia política y rechazan que las leyes de paridad se hayan reducido a "cumplir cuotas" en cargos de elección popular, sin incluir a las administraciones comunitarias.

Exigen así a sus gobiernos una "nueva ruralidad" que garantice su presencia en la toma de decisiones y que reconozca el derecho al territorio, así como a las lenguas nativas.

Acciones concretas contra la violencia de género

Con el objetivo de combatir la violencia de género, solicitan medidas concretas que incluyan datos actualizados y desagregados por sexo y etnia, entre otros indicadores, para conocer la dimensión real de estas violencias.

Reclaman también la creación de centros de atención integral y casas de acogida para víctimas de malos tratos en sectores rurales.

En esta línea, solicitan la implementación de mecanismos tecnológicos efectivos para que las medidas de protección establecidas en la ley, como el botón de pánico o las líneas de atención y alerta máxima, funcionen sin incidencias.

Para todo ello, consideran indispensable que se aseguren presupuestos diferenciados con enfoque de género dirigidos al entorno rural.

Otra de las reivindicaciones es la creación del Ministerio de la Mujer en los países de la región que aún no exista y fortalecer el presupuesto en caso de que se cuente con este organismo.

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Jubilaciones que reconozcan el trabajo no remunerado

En Bolivia, el 87,7 % de las mujeres rurales trabaja en el sector agropecuario, en Colombia el 36,2 % y en Ecuador el 61,30 %, según datos de la Fundación Alternativa, con sede en Madrid.

Esta misma fundación señala que en Bolivia, el 55 % de las mujeres rurales trabaja de manera no remunerada, en Colombia el 92,9 % y en Ecuador el 45 %.

Por este motivo, defienden implementar una jubilación diferenciada entre hombres y mujeres que equipare el trabajo no remunerado realizado por éstas últimas durante toda su vida.

Entre otras peticiones, se incluyen proteger el acceso a la salud y a la educación, desde una perspectiva intercultural, para los hijos e hijas de las familias del sector rural, así como garantizar el acceso a una educación sexual y reproductiva basada en el consentimiento.

La delegada del Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos del Ecuador Verónica Carrillo ha expresado su compromiso de trazar una agenda orientada a las mujeres rurales.

Por su parte, las organizaciones firmantes del manifiesto se comprometen a darle seguimiento a estos planteamientos a través de la construcción de una red regional andina.



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