
Foto de archivo en una manifestación frente a la Embajada de Irán en México. EFE/Mario Guzmán
Sara Amiri, iraní en España: “Pedimos a Europa que aísle a Irán”
“Me fui de Irán hace cuarenta años por la misma falta de libertades. Me parece increíble que las cosas hayan cambiado tan poco”. Sara Amiri conoce bien el contexto en el que se están produciendo las manifestaciones que desde hace un mes recorren el país persa, y que según la ONG Irán Human Rights han acabado con 108 muertos, entre ellas 23 menores. Nacida en Teherán, pero residente en España desde hace casi cuarenta años, Amiri es una de las convocantes a la manifestación que este sábado, 22 de octubre, recorrerá Madrid para pedir a Europa “que corte la relación con Irán”.
“La convocatoria es una manifestación por todo el mundo, a la vez: en Europa, Estados Unidos, Canadá… incluso en Irán. Lo que pedimos son más acciones, que les aíslen. Que, pese al interés en su petróleo, los gobiernos europeos corten sus relaciones (con Ebrahim Raisol-Sadati, el actual presidente de Irán)”, explica en una entrevista con Efeminista.
Aislar a Irán para salvar a su población
Amiri, miembro junto a otra decena de personas del grupo por los derechos humanos en Irán “Mahsa Amini” (en homenaje a la joven iraní que murió el 16 de septiembre tras ser detenida por la Policía de la Moral por no llevar bien el velo, y cuyo fallecimiento impulsó las movilizaciones en el país), reconoce que los mensajes que les llegan desde Irán le generan una tristeza inmensa.
“La gente simplemente está pidiendo un poco de libertad”, explica. “Nos están llegando vídeos horribles, que además está costando mucho que lleguen, porque a la población le han quitado internet, les están aislando”.
“Estoy preocupada por mi familia, tienen miedo y no pueden contarme mucho”, añade.
Y explica las movilizaciones en Irán como el producto de la ira y la falta de oportunidades para su población: “La gente joven no tiene motivos para vivir”, asegura. “No puede hacer nada, así que se echan a la calle: que sea lo que dios quiera, dicen, pero en casa no me voy a quedar”.
“Yo cuando veo los videos me asusto, echan mucho valor. Pero es que están tan hartos de todo que les da igual morir”, apunta. “No tienen trabajo, no pueden estudiar, no pueden hacer nada… la generación de los nacidos en los ochenta y los noventa está siendo muy valiente, ojalá que la sangre derramada no se quede sin contestar”.
Una situación “reversible”
La propia Amiri llegó a España, hace cuarenta años, huyendo de una situación que le recuerda mucho a la que se vive hoy en día en Irán: la Revolución de 1979, que derrocó a la Dinastía Pahlaví e impulsó el régimen islámico que sigue vigente en el país.
Esto llevó, entre otros, a la obligatoriedad del velo para las mujeres, justificándolo con escritos del Corán.
“Antes de eso, nosotras teníamos todas las libertades que hay ahora mismo aquí para las mujeres, incluso más: conducíamos, estudiábamos, había ministras…”, enumera Amiri. “Pero llegó la revolución y empezaron a meternos el pañuelo. Fue poco a poco: primero funcionarias, luego las estudiantes, después fue obligatorio en el transporte público… hasta que llegó un momento en el que el pañuelo se tenía que llevar en todas partes”.
“El primer día que yo salí con el pañuelo obligatorio sentí mucha vergüenza: el pañuelo no me había tapado la cabeza, sino la boca”, recuerda.
“Entonces tendría unos 18 o 17 años, salíamos a protestar… y fueron revueltas muy agresivas, muy violentas. Nos llamaban de todo, incluso cortaban las manos”, explica. “Así que tuve que venir a España. Lo elegí porque era el único país que todavía nos concedía visados, porque el resto de los países nos fue cerrando fronteras. Salí con un visado de diez días, pero después empezó mi lucha”.
Amini tardó más de una década en regularizar su situación en España. “Yo no elegí España, lo único que quería era irme de allí. Y, aunque llevo aquí cuarenta años, Irán es mi país y una nunca se desvincula del todo”.
Por eso, este sábado, 22 de octubre, marchará en Madrid “por la libertad de Irán” hasta el Ministerio de Asuntos Exteriores. La manifestación comenzará a las 17 horas en la Plaza de Colón, esquina con la calle Goya.