
Foto de archivo de la eurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop. EFE/Jero Morales
Rodríguez Palop pide incluir la perspectiva de género en el impacto de la pobreza energética
El sesgo de género en la pobreza energética, por el que las mujeres se ven afectadas en mayor medida por las carencias de recursos y capacidad de hacer frente a las facturas de suministros, no aparece adecuadamente desglosado en la mayoría de estadísticas, que toman como referencia las “unidades familiares” sean como sean.
Así lo ha denunciado la vicepresidenta de la comisión de Igualdad del Parlamento Europeo, Eugenia Rodríguez Palop, en una conferencia en Barcelona sobre “La perspectiva de género en la pobreza energética en Europa”.
La eurodiputada del grupo europeo de La Izquierda ha explicado que la pobreza energética se sustenta, entre otras razones, en las desigualdades por razón de género y en concreto en las brechas salariales, las brechas en las pensiones, en las limitaciones para trabajar que tienen las mujeres por su rol de cuidadoras, y en la feminización de los sectores más precarios y de la propia pobreza.
Mayor riesgo de pobreza energética
Todos esos factores, ha destacado, agravan el riesgo de pobreza energética y se suman e interactúan con otros condicionantes como la edad o la clase social y económica, también atravesados por la dimensión de género.
Asimismo, ha explicado, las mujeres afrontan y experimentan la escasez de energía de forma diferente a los hombres y tienen una mayor percepción del aumento del coste de la vida y esto influye en sus decisiones vitales y en su capacidad financiera para construir una existencia autónoma.
En el caso de las víctimas de violencia machista esta percepción dificulta la salida de las relaciones violentas, ha subrayado.
Igualmente, ha llamado la atención sobre que en 2022, algunos colectivos sufren especialmente la escalada de precios que está conllevando la guerra: una mayor proporción de mujeres están atrasadas en los pagos de las facturas de energía, con un repunte en la primavera del año pasado, después del aumento del precio de la energía a raíz de la guerra en Ucrania.
Desglosar los datos
Esos elementos provocarían que las estadísticas que no diferencian entre hombres y mujeres y miden la pobreza energética en términos de unidad familiar no estuviera dando “la fotografía” adecuada que pueda servir para tomar más consciencia y estimular al legislador a introducir medidas.
La eurodiputada ha animado a las administraciones de todos los ámbitos a introducir la perspectiva de género como la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), cuyos datos recopilados constatan que en “2022 aumentó el porcentaje de mujeres que se retrasaban en el pago de sus facturas energéticas, y las mujeres solteras y las madres solteras tenían más probabilidades de no poder pagarlas”.
Entre otras medidas que estaría tomando la Unión Europea al respecto, la eurodiputada ha destacado las acciones de atajo de la pobreza energética y su impacto de género recogida en una resolución que se remonta a 2016, así como la resolución de julio de 2022 sobre la pobreza de las mujeres europeas y, en mayor medida, el Pacto Verde europeo.
En el diálogo en la oficina del Parlamento Europeo en Barcelona también han participado la socióloga y miembro de la Alianza contra la Pobreza Energética Mònica Guiteras; la autora del estudio de Ingeniería Sin Fronteras (ISF) “Desigualdad de género y pobreza energética”, Irene González Pijuan, y la presidenta del Instituto Catalán de las Mujeres, Meritxell Benedí.