20 años sin Gloria Fuertes, una poeta adelantada a su tiempo
Hace veinte años que Gloria Fuertes murió en Madrid, la ciudad donde también nació, en el castizo barrio de Lavapiés, que alimentó su mirada libre e irónica hecha de carencias y esfuerzos en un España en blanco y negro.
Después, y poco a poco, se convirtió en una de las voces femeninas más carismáticas y televisivas en los años 60, 70 y 80, en parte gracias a programas como “Un globo, dos globos y tres globos”.
Bonachona, compleja, desternillante y desprejuiciada, Gloria Fuertes era una mujer, de voz cascada y rota, pacifista y adelantada a su tiempo. También feminista y lesbiana en la sombra, porque la homosexualidad se pagaba cara.
La poeta del “Postismo”
Fuertes participó en el movimiento del “Postismo“, una corriente literaria y artística de renovación de las vanguardias de principios de siglo XX, junto con Edmundo de Ory, Francisco Nieva o Fernando Arrabal y, además, fue profesora de español en Pennsylvania (Estados Unidos), gracias a la ayuda de su gran amor, la hispanista Phyllis Turnbull.
Una poeta que comenzó con voz propia, y una voz adulta que fue eclipsada por sus cuentos, poemas y ripios para niños; por su imagen tierna, caracterizada por sus corbatas y cigarros en mano que marcó a toda una generación. Recibió el prestigioso Diploma de Honor del Premio Internacional Andersen, entre otros galardones, en este sentido
“Los juguetes son para jugar (de verdad)/No para Jugar a Matar (de mentira) Las pistolas (ni de agua)/El revolver (ni de broma)/La escopeta (ni tocarla)/ Los juguetes para todo/Y las armas para nada”, escribió.
Jorge Cascante escribió en el prólogo del ambicioso volumen “El Libro de Gloria Fuertes”, que publicó Blackie Books en 2017, cuando se cumplió su centenario de la poeta que Gloria Fuertes “era una Emily Dickinson, pero en chula”.
Además aseguraba el editor del volumen que en las páginas del libro estaba la esencia de Gloria Fuertes, ese personaje tan rico, lleno de sentido del humor y coraje, que remó a contra corriente de sus orígenes y en una España casposa, y en la que sobrevivió a los tres años de la Guerra Civil y a la dictadura franquista.
“El libro de Gloria Fuertes” contiene textos inéditos e incluye más de 300 poemas, 80 fotos nunca vistas, 12 dibujos hechos por la poeta, notas y recortes de prensa, páginas de sus cuadernos de notas y la biografía de Gloria más completa hasta la fecha.
Este volumen se podría considerar el “libro canónico” de la poeta.
“Gloria Fuertes devolvió la poesía al pueblo, porque en su momento, la poesía estaba encerradas entre cuatro intelectuales que se repartían los premios y las publicaciones, además de dictar lo que estaba bien y lo que no. Para mí fue una genia en tiempos difíciles”, asegura a Efe la poeta Belén Reyes considerada su heredera poética.
“Mujer de verso en pecho”, como a ella le gustaba denominarse y título de uno de sus libros, Fuertes escribió: “No quiero ser maestra de nada/me conformaría/con ser una lección/de algo”.
La poeta también compuso varios chotis, entre ellos “Chula sentimental” (autobiográfico) y “Made in Spain”, cantados habitualmente por Olga Ramos; villancicos como “El camello”, al que puso música Ismael; o la canción “El carpintero”, también cantada por Ismael. Y en 1975 editó el disco “Poeta de guardia”.
Colaboradora habitual de diversas Organizaciones No Gubernamentales, en octubre de 1995 fue nombrada presidenta de honor de la Asociación para los derechos del niño y la niña, PRODENI.
“Gloria se murió con la sensación de que no se le reconocía como poeta, sino más por el tema de los cuentos de los niños”, comentó a a Efe con motivo del centenario e la poeta Marta Porpetta, albacea literaria de Fuertes, aunque también reconocía que en los últimos años y los actos de la celebración del centenario han servido para que la gente la haya descubierto como una gran poeta.