
La directora de cine española Isabel Coixet (dcha) y las actrices Natalia de Molina (izq) y Greta Fernández posan para los fotógrafos durante la presentación de la película "Elisa y Marcela" en 2019 y portando los abanicos de CIMA para reclamar la igualdad en el cine. EFE
Solo el 7% de los Goya a la dirección fueron para mujeres entre 2000 y 2020
El próximo 11 de febrero se celebrará la gala de los Premios Goya con más nominaciones a directoras hasta la fecha, al haber una nominación adicional en cada categoría. Y con la dirección de dos mujeres entre las nominadas a mejor película, Alauda Ruiz de Azúa por “Cinco lobitos” y Carla Simón por “Alcarrás”.
Sin embargo, un estudio elaborado por dos investigadoras de la Universidad de Málaga revela que, entre 2000 y 2020, solo el 7,14 por ciento de los Goya a la mejor dirección fueron para mujeres. Cifra que asciende al 9,09 por ciento entre 2000 y 2010, pero cae al 5 por ciento de 2011 a 2020.
Las investigadoras Paula Meliveo y Carmen Cristófol analizan algunos antecedentes al periodo estudiado, como “El perro del hortelano”. Con esta película Pilar Miró se hizo con el premio a mejor directora en 1996, ha informado la Universidad de Málaga en un comunicado.
Dentro del periodo analizado, en la categoría de mejor dirección, en 2004 Icíar Bollaín fue galardonada por “Te doy mis ojos”. Mientras que Isabel Coixet fue premiada en dos ocasiones, por “La vida secreta de las palabras”, en 2006, y por “La librería”, en 2018.
Aportaciones feministas y de denuncia social
Por su parte, en mejor dirección novel, los galardones fueron en 2003 para Ángeles González Sinde por “La suerte dormida”. Y en 2010, para Mar Coll por “Tres días con la familia”. De manera consecutiva, Carla Simón recibió el Goya en 2018 por “Verano 1993”, Arantxa Echevarría en 2019 por “Carmen y Lola”. Y Belén Funes se alzó también con el Goya a mejor dirección novel en 2020 por “La hija de un ladrón”.
El estudio enfatiza además que el 75 por ciento de estas mujeres premiadas realiza aportaciones feministas en sus largometrajes. Sus contribuciones acogen así mensajes claros y directos de denuncia social y discriminación de género. Como sucede con “Te doy mis ojos”, cuya temática principal es la violencia machista.
La investigación también recalca que esta escasa representación de las cineastas en las dos primeras décadas del siglo XXI frena, potencialmente, la visibilidad de sus denuncias.
Si bien los datos de la publicación reflejan los resultados obtenidos hasta 2020, Paula Meliveo matiza que, en la última edición, “no se aprecia avance o evolución en la situación desigual de la mujer en el caso de las directoras de cine según la valoración de la Academia”.
La investigadora concluye que estos datos podrían tenerse en cuenta “para las votaciones o para reformar los estatutos e incentivar una forma menos desigual para valorar los trabajos en cada edición y paliar la discriminación de género”.