
La activista y jugadora de baloncesto afgana Nilofar Bayat, EFE/Javier Etxezarreta
Nilofar Bayat, deportista y refugiada afgana: la situación de las mujeres “es lamentable”
La activista y jugadora de baloncesto adaptada afgana Nilofar Bayat ha destacado la importancia de que se conozca la “lamentable” situación de las mujeres en Afganistán y ha mostrado todo su apoyo al pueblo ucraniano, en el 19 Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián.
Nilofar Bayat ha sido invitada al festival donostiarra para hablar de su experiencia. En una rueda de prensa, que se celebró el pasado 30 de marzo, la afgana relató como han sido estos meses de estancia en Euskadi desde que llegó a VIzcaya el pasado agosto, donde tanto la capitana del equipo paralímpico de baloncesto afgano como su marido se han integrado en los equipos femenino y masculino del Bidaideak Bilbao BSR.
La toma de Kabul por parte de los talibanes, el pasado 15 de agosto de 2021, obligó a Bayat a huir del país junto a su marido. En ese momento, la capital afgana fue el centro de toda la cobertura informativa, pero el paso del tiempo y la guerra de Ucrania han desplazado el foco y han dejado al país asiático casi fuera de la actualidad.
No obstante, la deportista afgana lo comprende.
“La guerra es la guerra, todas son iguales y la peor parte siempre la paga la gente inocente. Los ucranianos nos necesitan ahora, necesitan nuestro apoyo. Entiendo su situación y me alegra ver cómo la gente está reaccionando con Ucrania”.
Además, elogió eventos como este festival porque “muestran al mundo las consecuencias de la guerra”.
La situación “es lamentable”
A Bayat, cuando era niña, un obús lanzado por la milicia talibán, que cayó sobre su casa, la hirió gravemente y le dejó como secuela de por vida importantes problemas de movilidad. Uno de sus hermanos murió en el ataque.
En su país, dijo, “la guerra ha adoptado otro formato” y recalcó que es importante que el resto del mundo sepa lo que ocurre ahora allí, “donde no hay comida ni dinero ni trabajo y las mujeres no tienen rol en la sociedad”.
Explicó que mantiene contacto con sus colegas y amigas del equipo de baloncesto, quienes afirman que la situación “es lamentable” y se sienten “tristes y decepcionadas”, especialmente aquellas que estaban estudiando, que se ven “impotentes”.
Una de sus amigas trabaja en un hospital porque sí se permite a las mujeres emplearse en el sector sanitario, “pero cada vez que va sola por la calle tiene que justificarlo”.
Proyectos colaborativos con afganas
Nilofar Bayat aseguró que en este medio año largo en el País Vasco ha “crecido como seis años”. Ha sido una etapa “muy dura” en la que todas las mañanas, durante los cuatro primeros meses, cada vez que se despertaba le decía a su marido: “Tenemos que volver”.
Cuando la Policía le comunicó que no podría regresar en diez años, tuvo que empezar a aceptar la situación y ahora ya es capaz de ver un futuro aquí.
Con otras mujeres ha constituido Free Women for Afganistan “para desarrollar proyectos de colaboración con grupos de mujeres de su país con discapacidad y para denunciar la situación a las que las quiere llevar el gobierno talibán”.
Pero lo que no podrá hacer es ejercer la profesión para la que se preparó en su tierra. Estudió Derecho, una carrera que no puede convalidar porque la ley islámica nada tiene que ver con la española. Y para engancharse a los estudios en España primero tendría que aprender un idioma que aún no habla.
Bayat ha participado el 4 de abril en un coloquio organizado por el Festival de Cine y Derechos Humanos tras la proyección de la película “El pan de la guerra”, de Nora Twomey, un filme de animación que explora “la cultura, historia y belleza de Afganistán desde un punto femenino”.