
Los ex delegados del gobierno contra la violencia de género: Miguel Lorente Acosta (i), Encarnación Orozco (2i), Rebeca Palomo (3i), María José Ordoñez Carbajal (4i), la actual responsable en el cargo, Victoria Rosell (3d), la presidenta del senado Pilar Llop (2d) y Blanca Hernandez (d). EFE/Luca Piergiovanni.
La educación en igualdad es esencial para combatir la raíz de la violencia
La educación en igualdad es esencial para combatir la raíz de la violencia han señalado todos los delegados del Gobierno contra la Violencia de Género, que se han reunido por primera vez para celebrar el décimo aniversario del Convenio de Estambul y escenificar unidad en la lucha contra la violencia machista en España.
Además, han indicado que el trabajo con los hombres, legislar contra la violencia digital, la atención sanitaria especializada a víctimas de maltrato y el combate del negacionismo son algunos de los desafíos que aborda esta lucha.
La actual delegada, Victoria Rosell, y sus predecesores Encarna Orozco, Miguel Lorente, Blanca Hernández, María José Ordóñez, Pilar Llop y Rebeca Palomo han analizado los avances de España en materia de lucha contra la violencia machista, ámbito en el destacan que ha sido y es referente internacional.
Pero también han identificado debilidades y asuntos pendientes para avanzar en la erradicación de las violencias que padecen mujeres y niñas por el hecho de serlo.
La lucha contra la violencia es una política de Estado
Delegados con gobiernos de distinto signo, todos han coincidido al destacar que este combate es una política de Estado que no tiene apellido partidista.
“Es una política de estado, no de Gobierno ni de partido político. Gobierne quien gobierne, los derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia de género se defiende con una línea en común que nos une a todas aquí hoy. (…) Podemos demostrar en este acto lo mucho que nos une el Pacto de Estado”, ha subrayado Rosell.
“Lo bueno es dar pasos adelante, prescindir de cantos de sirena de tipo político. Hay que seguir en la ruta de erradicar la violencia de género en todas sus formas”, ha solicitado María José Ordóñez, mientras que Pilar Llop ha defendido que el Pacto de Estado es el “gran hito que demuestra que somos una democracia madura”, si bien ha reconocido que es necesario que se haga permanente en el tiempo.
Encarna Orozco ha alertado de que la violencia machista es mutante y tiene capacidad de adaptación para perpetuar el control sobre las mujeres, incluso a través de las redes sociales. Ha enfatizado en que es necesario avanzar en nuevas formas de protección.
La violencia en el entorno digital y la implicación de los hombres
En ese sentido, Rosell ha sostenido que la violencia en el entorno digital y la implicación de los hombres -trabajo con agresores pero también concienciación de la población masculina- en esta lucha son dos ejes que se quedaron fuera del Pacto de Estado y que habrá que abordar en el futuro.
“Las tecnologías de la información y la comunicación han ido invadiendo todo y tenemos que ser muy conscientes de cómo permiten ejercer una violencia que tiene una proyección enorme y la difusión de un discurso de odio sexista que sigue haciendo mucho daño a mujeres y niños”, ha matizado Rebeca Palomo.
A juicio de Miguel Lorente, la formación del personal sanitario es un asunto pendiente tanto para que sea una figura de detección de la violencia de género como para entender este fenómeno como un problema de salud pública que incrementa el riesgo de las mujeres de padecer enfermedades: aumenta la morbilidad y la mortalidad, ya sea por clínica como por homicidios y suicidios.
El exdelegado también ha abogado por trabajar en la formación de los juzgados de familia. A estos lugares acuden muchas víctimas de violencia machista que no denuncian a los agresores tras poner fin a la relación.
La educación en igualdad para combatir la violencia
Todos han reiterado que la educación en igualdad es esencial para combatir la raíz de la violencia, que es la desigualdad. Además, se ha puesto el acento en proteger mejor a los menores y en atender de forma específica a las víctimas atravesadas por la interseccionalidad (migrantes, ancianas, en exclusión social, con discapacidad…). También han mostrado su preocupación por los discursos negacionistas.
La presidenta del Senado ha pedido valentía para combatir el negacionismo. Hernández ha hecho un llamamiento para hacer un discurso “lo más pedagógico e integrador posible” para desactivarlo.