
La catedrática de anatomía humana María Trinidad Herrero, durante su intervención en la mesa redonda Mujeres: El camino hacia la ciencia biosanitaria en Murcia, con motivo del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, en el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. EFE/Marcial Guillén
La conciliación laboral y familiar de las científicas no es posible, aseguran investigadoras
La directora del Instituto de Investigación en Envejecimiento de la Universidad de Murcia, Trinidad Herrero, afirma que ser soltera y no tener hijos le da “libertad para investigar”, pues considera que “las condiciones estructurales y culturales de la sociedad no permiten la conciliación laboral y familiar de las mujeres”.
En la jornada del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia celebrada en el hospital universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, la catedrática de Anatomía Humana ha apuntado que este problema solo se puede solucionar a partir de la “educación desde el nacimiento”.
En este sentido, Herrero alude a un experimento publicado por la revista “Science” en 2017 ,”en el que se demostró que a partir de los 6 años las niñas empiezan a verse menos capaces que los niños, influenciados por los estereotipos de género como la idea de que la genialidad o la inteligencia es más común entre los hombres”.
Estereotipos de género
Herrero, quien también es presidenta de la asociación de mujeres científicas de la Región de Murcia Lyceum, hace hincapié en que esta creencia se va afianzando “durante toda la vida”.
La médica rememora que cuando empezó a estudiar la especialidad de cirugía, los profesores avisaban a ella y a sus compañeras de que era “una labor muy sacrificada para las mujeres” y que nunca llegarían a ser jefas de servicio.
Respecto a lo anterior, reconoce que se ha mejorado mucho en términos de paridad en los últimos 20 años. Pero declara que a día de hoy “sigue sin existir igualdad de oportunidades real, ya que las ideas de mujer y de hombre son machistas”.
Asimismo, explica que aunque “la tijera”, la edad media a la que las mujeres son madres, ha pasado de los 27 años en 1995 a los 32 en 2015, la maternidad sigue impidiendo desarrollar su labor a muchas investigadoras.
Por ello, ha defendido que se lleven a cabo políticas y planes de igualdad que se adapten a las necesidades de cada momento, con acciones dirigidas a las mujeres jóvenes. Para conocer así las dificultades a las que se enfrentan en la actualidad para poder avanzar hacia una igualdad de oportunidades que “va a tardar mucho en llegar”.
Conciliación familiar
Por su parte, la jefa de sección de Genética Médica de la Arrixaca, Encarna Guillén, recuerda que siempre va a haber diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres. Y que la maternidad en época de lactancia dota de una mayor responsabilidad a la mujer en esa fase de la crianza. “Un hecho natural que fragmenta la vida de la mujer con falta de sueño y desordenes fisiológicos que afectan a la productividad”.
Así, reclama políticas activas que ayuden a hacer que esa situación sea “más igualitaria”. Y alerta de que la conciliación familiar de las investigadoras médicas resulta casi imposible cuando, además, hay que ver pacientes y dar clase en la universidad.
Como ejemplo, recurre a su propia experiencia, ya que su responsabilidad científica le obliga a “dejar de lado” aspectos de su vida personal y familiar, al mismo tiempo que sus hijos se han tenido que acostumbrar a que su madre no esté en momentos importantes.
Igualmente, Guillén declara que también se ha enfrentado a situaciones machistas a lo largo de su carrera. Como la que vivió en una de sus primeras guardias en urgencias cuando un paciente solicitó la asistencia de un médico varón que, tras ser tratado por ella debido a la ausencia de sanitarios masculinos, le espetó: “Lo has hecho muy bien, me has atendido como si fueras un hombre”.