"Un voto para despertar", el documentas de "Imprescindibles" sobre Clara Campoamor

Presentación del documental “Clara Campoamor. Un voto para despertar” en la Cineteca de Madrid. Rafael Alcázar (i), Cristina Almeida, Rosa María Capel y Marcos Hernández (d). Fotografía cedida por Marinero Comunicación.

El documental “Un voto para despertar”, la vida y lucha de Campoamor por el voto femenino

Ane Amondarain | Madrid - 10 febrero, 2023

El documental “Un voto para despertar” ahonda en la vida personal y política de Clara Campoamor, símbolo de la lucha por la igualdad de los derechos de las mujeres en el siglo XX, y gracias a quien en 1931 se aprobó el voto femenino en España.

Desde su exilio en Buenos Aires (Argentina), donde más años estuvo refugiada tras el estallido de la Guerra Civil, Campoamor visita Madrid para saber, de forma confidencial, si puede regresar a España.  Así comienza este documental en el que Campoamor echa la vista atrás y rememora los episodios que marcaron su vida, la lucha feminista y la política española de aquel momento.

Rafael Alcázar, director y productor de la cinta, ha querido grabar este documental en coproducción con RTVE, sobre el legado que dejó Campoamor, porque considera “injusto que esta mujer tan extraordinaria, no solo entre la mujeres de su tiempo, sino también entre todos los políticos y hombres de su época, no haya tenido el sitio que le corresponde”, explica durante la presentación del documental en la Cineteca de Madrid.

Su andadura en salas de cine comenzará con dos proyecciones, una el próximo 19 de febrero en los Cines Embajadores (Madrid) y la siguiente el 1 de marzo en los Cines Verdi (Madrid). Tras ambos encuentros tendrá lugar un coloquio en el que estará presente Alcázar y en el que se conversará sobre la figura de esta pionera feminista y su incansable lucha por el voto femenino.

El Ateneo de Madrid y las primeras conferencias feministas

Nacida en Madrid, el 12 de febrero de 1888, de madre costurera y padre contable, Clara Campoamor tuvo que comenzar a trabajar a una edad muy temprana tras la muerte de su padre.

En sus inicios, Campoamor fue modista, dependienta de comercio y telefonista. En 1909 aprobó las oposiciones de auxiliar femenina de segunda clase del cuerpo de Telégrafos del Ministerio de la Gobernación, lo que la llevó a trabajar en Zaragoza durante unos meses y en San Sebastián durante cuatro años.

Pero como muestra el documental, no fue hasta que volvió a Madrid, tras conseguir una plaza en el Ministerio de Instrucción Pública como profesora de taquigrafía y mecanografía en las Escuelas de Adultas, que Campoamor comenzara a frecuentar los ambientes intelectuales.

Entre estos lugares, destaca el Ateneo de Madrid, que por aquel entonces era el epicentro de la vida cultural madrileña y del republicanismo. Y donde también comenzaron a darse las primeras conferencias sobre feminismo en la capital.

El movimiento sufragista español

“En España se conocía el feminismo, pero era más individual a diferencia de las sufragistas en Inglaterra o Estados Unidos”, explica en el documental Rosa María Capel, historiadora especializada en la vida y obra de Campoamor.

La lucha sufragista en los países anglosajones, el triunfo de la Revolución rusa en 1917 y entrar en contacto con activistas feministas españolas como la sufragista Carmen de Burgos alentó a Campoamor en su lucha por el derecho al voto femenino y por la igualdad de condiciones en el ámbito laboral.

Así es que, tras licenciarse como abogada en 1924, Campoamor participó en la fundación de la Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas y el Instituto de Uniones Intelectuales.

La incansable lucha por el voto femenino

Como se cuenta en el documental, Campoamor fue una de las pocas abogadas españolas de la época y la segunda mujer en incorporarse al Colegio de Abogados de Madrid, un mes después de que lo hiciera la política Victoria Kent. Asimismo, Campoamor también fue la primera abogada en defender un caso ante el Tribunal Supremo.

Pero la alternancia de liberales y conservadores en el ámbito legislativo impedía la implementación real de las leyes por las que luchaba.

En las elecciones de 1931, que llevaron a la proclamación de la Segunda República, las mujeres no podían votar pero sí ser elegidas. Así es que finalmente Campoamor decidió saltar a la política con el republicano Partido Radical de Alejandro Lerroux. Y resultó ser elegida, al igual que Victoria Kent, quien se presentó por el Partido Radical Socialista.

Era el momento y el lugar perfecto para avanzar en derechos de la mujer. Pero la incansable lucha por el voto femenino la llevó a Campoamor a distanciarse de sus compañeros de partido y a enfrentarse con Victoria Kent; quien si bien ansiaba el voto femenino, consideraba que dado los altos índices de analfabetismo y la influencia del catolicismo en las mujeres, no era momento de aprobarlo porque estas votarían a partidos conservadores.

Sin embargo, para Campoamor “las mujeres se tenían que educar en democracia ejerciéndola”, explica la historiadora Rosa María Capel.

“Este argumento se oyó en el Parlamento británico y entre los disputados estadounidenses de la época. Es una idea universal que presupone que las mujeres votamos todas a una y que no tenemos diferencia de criterio, que somos de pensamiento único a diferencia de los hombres”, sostiene la historiadora.

Capel también explica que para Clara Campoamor “el derecho al voto estaba por encima de la tendencia política de cada mujer” .

Su relación con Victoria Kent

Pero la batalla por el voto femenino se discutió en las Cortes, y a pesar de que se convirtió en un debate de beneficio electoral, acabó aprobándose a finales de 1931. Aunque sin los votos del Partido Radical, a excepción de cuatro compañeros de la abogada y política madrileña.

“Así como Campoamor se desilusiona de la práctica política de la República, nunca se desilusionará de su pensamiento ni de los principios de su vida: la igualdad, la libertad y la fraternidad”, asegura Capel.

La presentación del documental en la Cineteca de Madrid, el pasado mes de enero, también sirvió para ahondar en la relación entre Campoamor y Kent, dos políticas con ideas diferentes de las que a menudo se ha destacado su enemistad.

No obstante, la abogada Cristina Almeida, que también presenció la proyección de la cinta, explicó que, en verdad, ambas políticas eran amigas.

“Lo que pasa es que siempre vende algo así y tiene morbo que dos mujeres, las únicas diputadas, se levantaran a defender posturas muy distintas”, precisa Capel.

El exilio en Buenos Aires

Ni Kent ni Campoamor renovaron su escaño en las elecciones de 1933. Y, como se recoge en “Un voto para despertar”, Campoamor nunca tuvo reparos en mostrar su decepción con el que había sido su partido, que al final acabó aliándose con la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), ganadora en las elecciones de 1933.

Tres años más tarde, el golpe de Estado de los sublevados contra el gobierno de la Segunda República, que condujo al estallido de la Guerra Civil (1936 – 1939), llevó a Campoamor a exiliarse; primero en París, después en Lausana (Suiza) y más adelante en Buenos Aires, donde pasaría la mayor parte de su exilio. Nunca más volvería a instalarse permanentemente en España.

Fue entonces, desde el exilio, cuando la abogada y política madrileña se dedicó a la escritura de diversas obras sobre feminismo y su experiencia en el ámbito político, especialmente entre los republicanos, quienes, a su parecer, obstaculizaron lograr un mayor avance en materia de igualdad.

Este documental que recoge el legado de Clara Campoamor se podrá ver a partir del domingo, 19, en cines y se estrenará también en La 2 de Televisión Española el 5 de marzo, con motivo del Día de la Mujer que se celebra el día 8.