Carolina Pecharromán recupera a las primeras periodistas y su lucha por la igualdad

Laura de Grado | Madrid - 24 octubre, 2023

Rosario Acuña, Consuelo Álvarez Pool, Robustiana Armiño, Carmen de Burgos, Eva Canel, Luisa Carnés, Matilde Cherner, Ana María Martínez Sagi, Francisca Clar, María de Echarri, Teresa de Escoriaza, Angela Grassi y Techi, Consuelo González, Gertudris Gómez de Avellaneda, Carme Alfonsetti, Cecilia Guilarte, Rogelia León, Teresa Mañé Miravent, Margarita Nelken, Isabel Oyarzábal, Margarita Pérez de Celis, Emilia Pardo Bazán, Matilde Ras, Belén Sarraga, Faustina Sáenz de Melgar, María del Pilar Sinués, Eulalia Vicenti, María Josefa Zapata…

Ellas fueron algunas de las periodistas pioneras que a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando las voces públicas femeninas apenas eran audibles y la tinta de la historia la copaban los hombres, comenzaron a tejer redes de colaboración para publicar en prensa y elevar la defensa de los derechos de las mujeres al debate público en España, Francia y Reino Unido.

Ahora, la periodista e historiadora Carolina Pecharromán pone su aguda mirada sobre la vida y obra de estas más de sesenta profesionales en su recién publicado libro “Las Primeras Periodistas (1850-1931). Profesionalización y activismo en España, Francia y Reino Unido”.

Una investigación de Pecharromán sobre las periodistas

“La voz de las mujeres no se escuchaba en el espacio público, pero estas periodistas empezaron a posicionarse y fueron introduciendo las cuestiones que les preocupaban”, cuenta Pecharromán (Madrid, 1969) en una entrevista con Efeminista.

El libro, recientemente publicado por Renacimiento con prólogo de Anna Bosch, es el resultado una tesis profunda y exhaustiva de la editora de Igualdad de TVE y directora de ‘Objetivo Igualdad’.

“Quería investigar en historia de las mujeres y aprovechar las dos patas académicas que tengo, la historia y el periodismo. ¿Qué mejor manera de hacerlo que investigar a las mujeres periodistas, a todas estas maravillosas antecesoras de las que no nos hablaron en las facultades de periodismo?”, explica la también escritora de “8 caballos, 40 hombres” y coautora de “Nietas de la Memoria”.

Esta tesis, que comenzó en 2017 bajo la dirección de Pilar Díaz Sánchez, le ha permitido evidenciar que las periodistas se convirtieron en pieza clave para la defensa de los derechos de las mujeres en el espacio público.

Reivindicaron los derechos de las mujeres

“Ellas fueron las que permitieron que fuera imprescindible dar respuesta a la reivindicaciones de las mujeres, las que no se callaron y las que exigían esos cambios legislativos y esos cambios en la sociedad que les permitieran la igualdad de oportunidades y ser más libres“, asegura.

La investigación de Pecharromán arroja luz sobre figuras olvidadas como Margarita Pérez De Celis (1840-1882) y Josefa Zapata (1822-1878), dos periodistas gaditanas de quien la autora se enamoró desde el principio porque desafiaron las normas de su tiempo y consiguieron sacar adelante una serie de periódicos bajo el nombre de pensiles a pesar de los cierres y prohibiciones que iban sufriendo.

A través de sus publicaciones, abordaron temas cruciales como la educación para las mujeres, el derecho al trabajo o la igualdad salarial “con un empeño y un tesón envidiable en aquella época en la que lo tenían todo en contra”, explica.

“En estos periódicos se publicó un manifiesto que se llamó “La mujer y la sociedad”, firmado por Rosa Marina, que es el primer manifiesto feminista de la historia de España“, añade.

U otras de la época isabelina como María del Pilar Sinués, Robustiana Armiño o Angela Grassi, quienes además fueron poetas. Inicialmente, cuenta la periodista de TVE, su intención era rescatar a las pioneras de principios del siglo XX, pero poco a poco fueron apareciendo ejemplos anteriores que hizo que remontara la orquilla temporal hasta 1850.

Red de sororidad de periodistas

Pecharromán también explora el papel fundamental que tuvo el apoyo entre periodistas en un momento histórico en el que eran muy pocas, estaban en en lugares geográficos muy lejanos y recibían muchos ataques simplemente por publicar en prensa.

“Esta red de sororidad de periodistas fue muy importante también para la profesionalización, para que ellas mismas tuvieran suficiente trabajo como para vivir de ello, porque a medida que cada una de ellas alcanzaba un puesto de responsabilidad, iba llamando a las demás para que colaboraran”, describe.

Parte de este espíritu de hermanad  y compañerismo ha llegado hasta la actualidad, dice Carolina Pecharromán, especialmente gracias a movilizaciones como “Las Periodistas Paramos”, en el contexto de huelga feminista del 8 de marzo de 2018.

“Nos apoyamos mutuamente, compartimos contactos y oportunidades laborales. Es bastante habitual que nos ayudemos entre nosotras, y creo que es vital para nuestra profesión”.

Espacios propios

Además de analizar el papel de estas mujeres pioneras, “Las Primeras Periodistas (1850-1931)” también examina la creación de espacios propios como Langham Place en Londres o el Lyceum Club (1926-1936) y la Residencia de Señoritas (1915-1936) en España, donde las mujeres pudieron compartir ideas, escucharse, colaborar en proyectos y luchar por sus derechos en un entorno seguro y alentador.

“Hacían falta espacios compartidos. Los espacios compartidos con los varones eran prácticamente inexistentes porque la sociedad los penalizaba o en ellos los asuntos de las mujeres se veían como secundarios. Entonces hacian falta espacios propios en los que compartir y crecer en proyectos y reivindicaciones” expresa la autora.

Por allí pasaron figuras como la prolífica Isabel Oyarzábal, traductora, periodista, escritora, actriz y diplomática; hasta que cerraron por la guerra civil española.

Asignatura pendiente en las facultades de periodismo

Además de ser una revelación histórica, el libro es un llamado a revisar y expandir las narrativas del periodismo y de las facultades universitarias más allá de figuras conocidas como Emilia Pardo Bazán o Carmen de Burgos.

“Las historias del periodismo tienen una asignatura pendiente que es incluir a las periodistas en pie de igualdad con los periodistas y todas estas publicaciones en las que ellas escribían al principio pero que se ha considerado prensa menor”, reivindica.

En ese sentido, reconoce y celebra que durante los últimos años se hayan publicado muchas investigaciones, aunque -insiste- sigue faltando “divulgar todos estos conocimientos para que lleguen a la gente, al estudiantado y al imaginario colectivo”.