acoso revista musical española

Foto de archivo de Carolina Figueras Pijuan.

La bailarina Carolina Figueras saca a la luz el acoso sexual en la revista musical española de los 80

Laura de Grado | Madrid - 15 septiembre, 2023

Lo describió en su libro "Memorias de una Corista: Luces y sombras de las varietés" y la corista, bailarina y coréografa Carolina Figueras Pijuan lo repite ahora: "el acoso sexual en el trabajo y la precariedad laboral en los espectáculos de variedades y en la revista musical española ocurrieron aunque estas cosas hayan quedado olvidadas y calladas".

Así lo ha explicado a Efeminista Pijuan (Barcelona, 1961), que ha decidido compartir su experiencia en el mundo de la revista musical española -un género escénico y musical- y el Music Hall de las décadas de los 80 y 90, revelando tanto los momentos más brillantes como las sombras ocultas tras de los escenarios.

Figueras ingresó en este mundo del espectáculo cuando aún era una adolescente, con apenas 16 entró en un ballet en una academia de Provençals, en Barcelona, lo que la llevó a trabajar en diversos espectáculos de verano. Más tarde, con veinte años pasó a la revista musical española, y descubrió -dice- "un mundo aún mas fascinante".

Desde Sant Martí hasta el Paralelo, pasando por el Teatro Apolo, el Teatro Arnau, el Teatro Victoria, TVE y TV3, su trayectoria la ha llevado a recorrer pueblos de Cataluña y ciudades de toda España durante estos años.

Este género musical que nació en 1865 y tuvo sus momentos de apogeo en los años 20 y tras la guerra civil, estuvo marcado en los 80 y 90 por la proliferación de programas de televisión de variedades que incluían música, baile, comedia y otros números, y por una creciente apertura social y cultural con la llegada de la democracia en España.

"Estaba totalmente idealizada con el mundo del tutu y muy influenciada por Rafaela Carrá y los programas de televisión de aquella época de las variedades y el musical norteamericano", reconoce la bailarina y actriz en espectáculos como “Las alegres chicas de Coslada”, “Ballet Elite's Show” o "Tal para cual".

La precariedad tras los escenarios

Y destaca a figuras icónicas de la revista musical española como Celia Gámez, Lina Morgan, Lita Claver, Norma Duval y Concha Velasco, ejemplos, para ella de "el empoderamiento en su forma más cruda".

Sin embargo, Figueres afirma que detrás del telón se escondían condiciones laborales precarias, accidentes laborales y machismo arraigado. "Era un mundo inestable", comenta y relata un incidente durante un ensayo en el Teatro Principal de Alicante el 1 de marzo del 84, donde una parte del escenario se derrumbó dejando heridos. A pesar de las lesiones, se les obligó a seguir actuando. "No teníamos seguridad social ni cotizaciones", recuerda.

"Nadie, excepto los nombres más reconocidos, podía afirmar que vivía cómodamente de esto. Viajábamos, pasábamos hambre y frío, y a menudo no podíamos comer cuando queríamos porque no teníamos estabilidad", señala la creadora.

Este episodio, cuenta, está extensamente descrito en su libro "Memorias de una corista", que figuró entre los más vendidos en Amazon durante sus primeros dos meses de lanzamiento en 2021.

Acoso y agresiones en la revista musical española

Las memorias también incluyen episodios de abusos de poder, como la agresión que sufrió por parte de un colega.

"En un cambio de escena en una zona oscura me plantó las manos en las tetas. Y dijo 'ay, perdón, me he tropezado'. Yo me fui al regidor y le dije 'quiero una amonestación por abuso', pero el regidor le hizo caso a él y no escaló", relata.

"Un día este señor, como le había dado calabazas, aprovechó la primera que pudo y me agredió en el autobús de la gira y nadie dijo nada", agrega y asegura que "había actores que eran auténticos depredadores".

Aunque denunció la agresión, asegura que la falta de testigos y el encubrimiento en la industria dificultaron la búsqueda de justicia.

"Estando en TV3 hubo un productor que en un viaje me quiso magrear delante de dos tíos y yo dije que no. Al día siguiente de ese bolo recibí una llamada de mi productor diciéndome: 'me han pedido que no te de más trabajo'", cuenta. Y asegura que esa era la "mano negra" que obstaculizaba la carrera de las artistas.

Entonces, dice, no te querían dar trabajo ya que "eras la problemática porque levantabas la esquinita de la alfombra donde está toda la porquería".

"Estas cosas que quedaron olvidadas y calladas", lamenta. Por eso, a pesar de que han pasado muchos años y ya no se dedica profesionalmente a ello, ha querido contarlo como "legado profesional y personal".

Su testimonio, asegura, también arroja luz sobre la importancia del movimiento #MeToo y respecto a las historias de abuso que están emergiendo en el mundo del fútbol bajó el lema #SeAcabó, dice que "son solo la punta del iceberg".



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