8M | María Cristina Campos: Necesitamos seguir sacando los abortos del clóset

Cristina Bazán | Guayaquil - 8 marzo, 2023

Acceder a un aborto, incluso en los países en los que está despenalizado, supone un desafío para las niñas, adolescentes, mujeres y otras personas con capacidad de gestar en América Latina. Y es en medio de esos obstáculos, e incluso de la criminalización de este derecho, donde nacen las redes de acompañamiento de aborto, colectivas feministas que se han erigido como un soporte emocional, legal, médico y psicológico para quienes necesitan interrumpir su embarazo, y que, sobre todo, ayudan a salvar vidas.

“En realidad las provida somos nosotras, porque estamos velando por la vida de esas mujeres y de sus crías que ya nacieron, para que sus vidas sean las vidas que ellas desean”, sostiene María Cristina Campos, psicóloga chilena y parte de la Red Compañera -Red feminista latinoamericana y caribeña de acompañantes de abortos-, en una entrevista con Efeminista.

Campos, que también forma parte de la red “Con las amigas y en la casa”, la más grande de acompañamiento de abortos de Chile, es una de las 8 mujeres que, con motivo del 8M, Día Internacional de la Mujer, Efeminista ha querido visibilizar por abanderar de manera anónima causas o luchas a favor de los derechos de las mujeres y niñas en diferentes partes del mundo.

Ella coordina el área de acompañamiento psicológico post aborto, hasta donde llegan pacientes con el peso del estigma que durante años, y aún ahora, ha criminalizado socialmente a las personas que han tomado la decisión de interrumpir un embarazo.

“La gran mayoría de las mujeres que llegan a mí para esos post lo hace precisamente porque está sintiendo esta carga que incluso es invisible. Algunas ni siquiera logran visualizar del todo de dónde viene porque muchas no fueron criadas en familias conservadoras o en contextos religiosos. El objetivo es que puedan retornar al alivio, porque muchas de ellas sienten mucho alivio después de abortar”, explica.

Acompañar abortos en América Latina

“Con las amigas y en la casa” nació hace siete años, cuando las causales para el aborto legal (vida de la mujer, inviabilidad fetal y violación) aún no estaban aprobadas en Chile. “Las acompañantes de aborto sabemos que incluso con ley, aunque sean leyes que sean en causales, hay que seguir acompañando, porque también hay restricciones”, asevera.

Así que además de acompañar a personas cuyos abortos no entran en las causales también son soporte para las que, incluso cumpliendo con las causales, tienen trabas para acceder al servicio.

“Cuando empezamos a hacer esos acompañamientos nos dimos cuenta de que no estaban las condiciones, no había habido suficiente capacitación a los profesionales, por ejemplo, en técnicas de aborto”.

Durante estos años han detectado las dilaciones que existen dentro de los hospitales, de los procesos burocráticos que tienen que atravesar quienes quieren abortar, de los comités de éticas que deciden no dar paso a un aborto por causal, “y así un montón de obstáculos más”.

Por eso han desarrollado una serie de estrategias, como capacitar al personal médico, fortalecer lazos con el personal que realiza el procedimiento en los hospitales, y sobre todo, informar a las mujeres y otras personas gestantes de sus derechos.

En ese contexto nace la Red Compañera, que hoy agrupa a 23 movimientos en 17 países de la región, cuyo objetivo es aunar criterios y protocolos de acompañamiento. “A nosotras nos sirve para mirar lo que están haciendo las compañeras de Argentina, de Ecuador… y analizar qué pasa en los distintos territorios en torno a legalizaciones y despenalizaciones, cómo empezar a levantar estrategias territoriales y una gran estrategia en toda América Latina y el Caribe para poder acompañar procesos de aborto y procesos de despenalización y legalización”.

Un trabajo especialmente complejo, dice Campos, en países centroamericanos donde el aborto está totalmente penalizado. “Lugares donde las acompañantes no pueden decir que son acompañantes porque son criminalizadas, porque son perseguidas y encarceladas. Sin embargo, estamos ahí acompañando también los procesos de esas compañeras, acompañándonos entre todas, levantando estrategias que les permitan seguir siendo acompañantes y seguir haciendo abortos”.

Las redes y colectivas que hacemos parte de Red Compañera se reunieron recientemente en Ecuador. Foto tomada de la Red Compañera

Reivindicaciones en el 8M

P: ¿Cómo ha visto la evolución de los derechos de las mujeres en el último año?

R: Respecto de la región siempre estamos mirando el fallo en Colombia, que claramente nos llama mucho la atención porque instala algo nunca antes visto esto de las 24 semanas. Siempre estamos mirando el contexto latinoamericano porque nos sirve mucho para mirar cómo avanzamos en Chile, sobre todo en procesos de legalización y despenalización, como tenemos contacto desde Red compañera con redes de acompañamiento de todo Latinoamérica y el Caribe eso nos permite compartir experiencias de avance.

Constantemente se está avanzando y también retrocediendo, como por ejemplo, lo ocurrido en Estados Unidos.

En Chile siento que hay avances en materia de cómo se está incorporando al movimiento feminista en las conversaciones políticas con el Gobierno actual. Este es un Gobierno que se nombra como feminista y que viene a instalar la mirada de género de manera transversal en todos sus ministerios y eso es algo que también acompaña la ministra. Eso nos parece interesante porque sabemos que en materia, por ejemplo de educación, hay que avanzar mucho en temáticas de género, lo mismo en salud y en vivienda y en distintos ministerios en los cuales las mujeres siempre quedamos en desventaja, en desmedro, se nos ve y considera menos también.

P: ¿Qué reivindicación haría en este 8M?

R: Creo que este sistema está tan en deuda con las mujeres que es complejo mirarlo así. En lo personal y a propósito de mi activismo, siento que mi máximo pedido es seguir avanzando en materia de derechos sexuales y reproductivos, que las feministas tengamos la capacidad también de poder difundir la existencia de redes de acompañamiento. Solo el año pasado, la Red acompañó casi 10.000 abortos en Chile, fuera de todos los abortos que acontecen por fuera de las acompañantes de la Red con las amigas y en la casa, que deben ser un montón más.

Nosotras sentimos que todavía desde el movimiento feminista se está en deuda con lo de cómo involucrarse más en temas de aborto. Es verdad que hoy existe un pañuelo verde y la gran mayoría de las mujeres lo usa, pero siento que nos falta involucrarnos más. Siempre hace falta manejar, por ejemplo, información sobre cómo se utiliza una medicación y que, si llega una mujer a ti, tranquilizarla y decirle que va a estar todo bien, que hay compañeras que van a saber decirle qué hacer.

Uno de los principales temas que nos aquejan a las mujeres es la vivencia de un embarazo no deseado y hay que saber cómo podemos acompañar esos procesos, cómo podemos sugerir ciertas organizaciones de acompañantes o colectivas feministas que pudieran asesorar a esas mujeres, porque hoy día siguen habiendo muchas estafadas por otras mujeres, incluso con medicación que es falsa o con utilización de protocolos que no son los apropiados.

Necesitamos seguir sacando los abortos del clóset. No basta con el pañuelo verde, hay que conocer qué es lo que están haciendo las acompañantes de aborto y cuáles son sus experiencias, porque nosotras recogemos testimonios de mujeres violentadas todos los días, violentadas por el sistema, por las personas que las estafan, violentadas en los hospitales, por sus parejas, por sus familias que las obligan a maternar, o que las obligan a mantener embarazos que no desean o de parejas que están en la misma lógica.