
Foto de archivo. Dos campesinas chinas miran unas estatuas en miniatura de Kwan-yin y Mao Zedong durante la feria del templo el miércoles 1 de marzo, en el pueblo Huimin, cerca de Binzhou, en la provincia de Shandong en China. Unas noticias del gobierno chino anunciaron que la situación sanitaria de las mujeres chinas ha mejorado en los diez años pasados, pero la seguridad femenina, la educación, la remuneración de trabajo y la violencia doméstica todavía persisten como grandes problemas. EFE/Wu Hong
La endémica lacra de la trata de mujeres y niños en China llega al Legislativo
La lucha contra la trata y otros crímenes cometidos contra mujeres y niños ha sido este año una de las cuestiones protagonistas de la Asamblea Nacional Popular (ANP) China, donde los legisladores han abordado el endurecimiento de las condenas por estos delitos y se ha sugerido incluso la pena de muerte.
El caso recientemente conocido de una mujer que pasó años encadenada y cuya historia conmocionó e indignó a la opinión pública china ha puesto con urgencia este problema sobre la mesa en la cita política más importante del año en el país asiático, que acaba de celebrarse.
Aunque el tráfico de personas es un problema persistente en China, la dura historia e imágenes de esta mujer de Jiangsu, madre de ocho hijos y obligada a casarse con el hijo de un hombre que la compró, supuso un revulsivo social que acabó en la destitución de 17 funcionarios y ha catapultado el tema al corazón decisorio del gigante asiático.
Tras la huella genética
Así, la prensa estatal ha recogido diversas propuestas realizadas por los legisladores y por los asesores políticos que integran la Conferencia Política Consultiva del Pueblo de China, el principal órgano asesor del Gobierno (aunque sin poder real), que también se ha reunido esa semana.
Entre las iniciativas para enfrentar esta lacra se encuentra la creación de una base de datos nacional de ADN que ayude a identificar a mujeres y niños secuestrados, estableciendo la obligatoriedad de presentar información genética para trámites como la inscripción de personas en el registro de vivienda, un censo policial obligatorio para todos los residentes en China.
También se propuso incrementar las penas y multas para los compradores de personas secuestradas “sin importar cómo les hayan tratado”, ha señalado a la prensa el diputado Qi Mei.
Otra sugerencia fue la de emplear el “big data” y el desarrollo de la inteligencia artificial para erradicar el mercado de compra-venta de seres humanos y crear “consenso social” para que la población no tolere y denuncie ante las autoridades estas prácticas.
Proponen pena de muerte
Pero las palabras más duras vinieron del presidente de la Corte Suprema Popular (CSP) de China, Zhou Qiang, quien en declaraciones citadas por el diario oficialista Global Times avanzó un endurecimiento de las condenas para castigar los crímenes contra mujeres y niños y consideró que en los casos más graves debería aplicarse la pena de muerte.
Durante la rendición de cuentas de la CSP ante el Legislativo chino, el presidente del máximo órgano judicial de China afirmó que “para los crímenes que desafían lo más esencial de la ley y la ética, como aquellos que dañan a mujeres, niños y ancianos, la pena de muerte debe ser aprobada en línea con la ley”.
Zhou prometió para este mismo año “severos castigos” para los delitos de abuso sexual y el tráfico y venta de mujeres y niños. El Ministerio de Seguridad Pública de China ya anunció a principios de este mes una nueva campaña especial que, en los próximos diez meses, intentará acabar con el secuestro y el tráfico de mujeres y niños, identificando a personas vulnerables y mejorando su protección.
Casos atascados durante décadas
Este problema casi endémico en el país asiático se vio agudizado por la antiguamente vigente política de hijo único y por el desequilibrio entre sexos, que ha causado, según el Banco Mundial, que hubiese 42 millones de hombres más que de mujeres en 2017.
Los hombres abocados a la soltería en ocasiones recurren a la compra de mujeres procedentes de zonas remotas de China o de países vecinos como Vietnam. En los últimos años, tecnologías como el análisis de ADN o el reconocimiento facial han contribuido a resolver casos de compraventa de niños y mujeres que llevaban hasta décadas atascados.
Según datos divulgados a inicios de año, la policía china localizó en 2021 a 10.932 niños desaparecidos, de los cuales el 23 % llevaban más de 20 años perdidos.