Salve Regina, una obra de teatro sobre las dudas en torno a la maternidad

Fotografía de la obra "Salve Regina" escrita por Ángela Palacios y Paloma Remolina, e interpretado por la primera y dirigido por la segunda. Cedida por el Teatro del Barrio de Madrid

“Salve Regina”, un monólogo de humor punzante sobre la presión social de la maternidad 

Ane Amondarain | Madrid - 23 junio, 2023

“Salve Regina” es un monólogo en el que, con un humor punzante, se ahonda en la presión social de la maternidad, y se comparten dilemas y reflexiones sobre el deseo de ser madre y cómo serlo, con una latente crítica a las consecuencias que los procesos de estimulación ovárica en reproducción asistida pueden tener en el cuerpo.

En este monólogo de una intimidad extrema, escrito por Ángela Palacios Paloma Remolina, e interpretado por la primera y dirigido por la segunda, el público es partícipe del recorrido de una reflexión profunda sobre una decisión que determina el curso de una vida.

“Estaba interesada en hacer algo sobre violencia de estado, pero en ese momento estaba viviendo un dilema personal sobre la maternidad, sobre plantearme si yo quería ser madre o no y de qué manera. Improvisando y tratando el otro tema, no paraba de salir este. Es lo que ocurre con la creación, sale lo que tiene que salir. Aquí hablamos de la violencia y la presión sobre la mujer para que sea madre”, comparte a Efeminista la actriz Ángela Palacios, que interpreta a Regina.

Este espectáculo unipersonal de la plataforma “Los espejos son para mirarse” estará en el cartel del Teatro del Barrio de Madrid hasta el 1 de julio.

La presión social sobre la maternidad

“Salve Regina” muestra cómo la decisión de ser madre puede estar condicionada por la biología, por la presión social, el modelo familiar en el que una está criada o la situación económica. Y, en definitiva, puede ser una inercia que nos lleva a algo que quizás no es lo que realmente deseamos.

“Es la presión de la sociedad según la cual una mujer le da sentido a su vida únicamente a través de la maternidad y del matrimonio. Y como no cumplas con ello, por muy liberal y feminista que seas y muy trabajada que estés, hay algo ahí en tu cabeza que dice que estás haciendo mal”, agrega Palacios, quien expresa la angustia por saber que seguramente jamás vaya a ser “libre de tomar esa decisión” por el “condicionamiento social”.

“Para mí ha sido muy importante darme cuenta de que ser madre no me va a hacer feliz, que si lo soy perfecto y si no lo soy también. Los hijos no te van a dar la felicidad, igual que no te la da una pareja, un trabajo o la ciudad en la que vives. La felicidad es algo interno. Pero desde niñas nos lo ponen fuera, en los hijos”, denuncia.

Agresividad de los procesos de reproducción asistida

La obra también retrata la agresividad de los procesos de estimulación ovárica en reproducción asistida y denuncia que muchas veces no se advierte de los efectos secundarios que puede tener en el cuerpo.

Palacios considera que “las técnicas que se utilizan son violentas. Es verdad que a veces no queda más remedio y es una suerte, por otro lado, que la ciencia pueda crear vida y que haya otra manera de ser madre, pero no deja de ser violento. Creo que muchas veces esta parte no se hace consciente y no se cuida”.

En este sentido, la actriz y dramaturga apunta que hay “una falta de cuidado” y que no se advierte previamente de que es un proceso “muy duro y violento para el cuerpo y tu estado emocional”. “Además de pasármelo muy bien haciendo la obra, quiero que otras mujeres se puedan sentir acompañadas. No están locas, tienen razones para pasarlo mal”, aclara.

Maternidades plurales

Regina se nos presenta en el escenario con un carro de la compra lleno de muñecos de bebé de plástico. La puesta en escena se completa con una especie de cuadrilátero de boxeo delimitado por un neón rosa fucsia a modo de símil de la lucha interna con la que Regina batalla frente a la opción de la maternidad.

La actriz Ángela Palacios interpretando “Salve Regina”. Cedida por el Teatro del Barrio

Parte del público rodea este cuadrilátero y conforma el grupo de mujeres que asisten a la terapia “Grupo de Apoyo para Mujeres con Dudas sobre el tema de la Maternidad Sí o No Anónimas”.

Palacios celebra que en los últimos años haya más apuestas culturales que aborden este tema y lo atribuye a la última ola feminista gracias a la cual, declara, “nos estamos atreviendo a hablar de la maternidad de una manera más irreverente, más libre”.

“Lo interesante es que no sólo hay una manera de vivir la maternidad, que es a lo que se nos ha constreñido durante todos estos años”, asevera Palacios.

Apuesta por la creación multidisciplinar

“Los espejos son para mirarse” es una plataforma de creación multidisciplinar barcelonesa que utiliza todas las disciplinas artísticas a su alcance para expresar lo que sus integrantes consideran que necesita ser contado. El colectivo nace del imperativo de mirarse a una misma con el fin de comprenderse y crecer.

Esta plataforma entiende el arte como una herramienta de autoexploración individual y colectiva y reivindica el “mirarse al ombligo” para encontrar la esencia más auténtica de una misma y relacionarse más honestamente con el mundo.

Su primera producción fue la obra de teatro “Mirta en espera”, multipremiada pieza alabada por la crítica y el público que estuvo en cartel durante siete años desde su estreno en 2015. La segunda fue la película documental, “De eso no en hablábamos”, un viaje íntimo que retrata el duelo por la muerte de la madre de la autora.