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Rosa María Calaf, en una imagen de archivo. EFE.

Rosa María Calaf: La mujer en la guerra “no solo es una víctima”, es esencial

Clara Gámez | Toledo - 25 octubre, 2022

La veterana periodista Rosa María Calaf considera que la mujer que vive situaciones de guerra “no solo es víctima”, ya que tiene un papel esencial en la reconstrucción y en la reconciliación de la zona en conflicto, así como en la primera línea de lucha.

Así lo ha afirmado la periodista catalana a Efe en Toledo, donde ha ofrecido la conferencia “Mujer en Guerra. Violencia sobre Violencia. Una visión periodística” en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, un acto organizado por la Delegación del Gobierno de España en la región a través de la Unidad de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer.

Calaf (Barcelona, 1945) ha destacado que, en situaciones de conflicto bélico, las mujeres son “la clave de la continuidad de la vida cotidiana” porque “se ocupan de los mayores, los niños, los dependientes y de que la retaguardia siga funcionando”.

Las mujeres, clave en la reconstrucción de los países

Un ejemplo de esto, ha señalado, es el papel que han asumido las mujeres ucranianas ante la invasión rusa, quienes sostienen el día a día del país mientras los hombres han marchado al frente, mientras que en retaguardia las mujeres son “clave”.

“Los hombres que han ido a la guerra han dejado sus negocios, sus puestos de trabajo. Todo eso sigue funcionando gracias a las mujeres”, que, además, han organizado esa salida en masa del país para salvar “a la infancia, a los discapacitados y a las personas mayores”, ha dicho.

La antigua corresponsal de RTVE ha insistido en que es “fundamental” que las mujeres participen de forma activa cuando se inician los procesos de paz tras una guerra: “Se ha comprobado que suele haber una mayor eficacia si se involucran o tienen peso en el proceso de decisión a la hora de la reconstrucción y de la reconciliación”.

“La mujer es víctima, pero al mismo tiempo contribuye de forma esencial a la construcción social y a la salida de esa situación para toda la sociedad, no solo para las mujeres. El activismo por los derechos civiles es eminentemente femenino”, ha subrayado Calaf.

Y ha recordado que en Irán, un país inmerso en una profunda crisis social, económica y política, las mujeres encabezan las protestas contra la doctrina que impone el régimen de los ayatolás, al tiempo que “desafían al miedo porque la represión contra ellas es brutal”.

Calaf ha aseverado que la rebeldía de las mujeres iraníes “no ha cesado nunca”, pues han estado siempre en una situación “de tira y afloja” con el régimen opresor, “corriendo graves riesgos”, por lo que la reconocida periodista ha remarcado que es “vital” que la prensa no olvide lo que está ocurriendo ahí.

“Corremos el riesgo de que olvidemos el asunto y de que, una vez más, los negocios o los intereses económicos primen sobre los derechos humanos”, ha lamentado, por lo que se ha mostrado “escéptica” con que se produzca un cambio de régimen.

Violencia sobre la violencia

La violencia contra las mujeres, ha asegurado Calaf, es “estructural” en todo el mundo a distintos niveles y ha estimado que un tercio de la población femenina sufre violencia, y no solo por las armas, ya que la mujer está “discriminada, oprimida y reprimida en todas partes”.

“La violencia en nuestro entorno va desde no tener las mismas opciones a que tenga una consideración distinta. En los más extremos, llega al asesinato o al abuso como símbolo de posesión de la mujer”, ha relatado, una violencia que se acentúa en los contextos de guerra, en donde el cuerpo de la mujer es empleado “como campo de batalla”.

La violación o el abuso directo del cuerpo de la mujer, ha explicado, es una manera “de humillar al adversario, de cambiar el equilibrio étnico de una región o de permitir que los soldados se desahoguen y las utilicen como objeto sexual”.

“No solo es que los bandos abusen, los propios efectivos de Naciones Unidas, que están para proteger a la ciudadanía, han sido los abusadores”, ha denunciado la corresponsal, a pesar de que la ONU haya aprobado resoluciones para luchar contra la violencia ejercida sobre las mujeres “con un éxito muy relativo porque sigue sucediendo”.

El aborto de los fetos femeninos en la India, los feminicidios y la opresión en Latinoamérica o los asesinatos de honor en Bangladés y Afgasnistán son otras de las “estampas de desigualdad violenta” que Calaf ha cubierto como corresponsal.

La mirada periodística

La corresponsal observa desde hace unos años un cambio en la narrativa del periodismo de guerra que, según ha indicado, coincide con la entrada de un gran número de mujeres en la cobertura bélica.

Respecto a la división de opiniones sobre si hay o no una mirada femenina a la hora de cubrir los conflictos, Calaf ha sostenido que “hay una aproximación diferente”, con una mayor mirada hacia las experiencias de los civiles, los refugiados y cómo afecta la acción militar a la vida de la gente común.

En su opinión, la mirada de las periodistas sobre las mujeres que están sufriendo el conflicto “captan, probablemente, con más matices” lo que ocurre a la vida diaria de esas sociedades y, de hecho, las reporteras “se pueden mover y ser protegidas por el resto de mujeres de la comunidad. Tienes acceso a la vida diaria”.