
EFE/Attila Balazs
El 20% de las mujeres sufre depresión perinatal y otro 20% tendrá algún trastorno mental
Una de cada cinco mujeres sufre depresión perinatal y otro 20 % acabará desarrollando un trastorno mental en este periodo comprendido desde justo antes del nacimiento y hasta los 3 años del bebé, como la depresión postparto, que tiene una prevalencia del 15 % pero un infradiagnóstico que alcanza el 75 %.
Estos son algunos de los datos que ha expuesto Dolores Cañossantos, coordinadora de la subdivisión de infanto-juvenil y salud perinatal del Consejo General de la Psicología de España, durante la presentación del documento “Mejorar la salud mental perinatal. Fundamentos, propuestas y peticiones”.
La experta ha alertado del enorme coste que tiene no atender la salud mental desde las primeras etapas. “Es un área muy desconocida incluso para los propios compañeros, que tienen poco conocimiento”, ha lamentado.
Un 7 % de las embarazadas desarrolla depresión durante la gestación y, en el postparto, alcanza a entre el 11 % y el 15 % de las mujeres, si bien entre la mitad y hasta tres cuartas partes de ellas no son diagnosticadas. El suicidio es la primera causa de muerte materna en el primer año después de dar a luz.
Aumento del riesgo de aborto espontáneo
En total, la prevalencia de la depresión perinatal es del 20 %, muy por encima otras patologías como la hipertensión (4 %), nacimientos prematuros (7-9 %) o diabetes (3 %), para las que se cuenta con más recursos de atención.
“Los cambios bioquímicos, hormonales, psicológicos y sociales predisponen a la aparición de trastornos psíquicos”, recalca el documento, que advierte que “la sensación de culpa de las madres deprimidas o padeciendo otras formas de sufrimiento perinatal, en un momento supuestamente tan feliz, y la rigidez de las clasificaciones de los manuales generales de diagnóstico, dificulta la correcta detección y diagnóstico”.
Aunque en menor medida, no es algo exclusivo de la madre, ya que la depresión también afecta al 10 % de los padres.
Las consecuencias se trasladan además al bebé. Los acontecimientos vitales estresantes en el primer trimestre del embarazo aumentan el riesgo de aborto espontáneo, de alteraciones congénitas, parto prematuro y bajo peso al nacer.
Así, la ansiedad materna prenatal se asocia a alteraciones cognitivas, conductuales y emocionales en los hijos o del vínculo materno-filial, a problemas de relación de pareja y familiares y a los filicidios.
Falta de atención perinatal pública
Siete de cada diez infanticidios son fruto de psicosis o depresión puerperal. Uno de cada 200 bebés nacen sin vida. Y uno de cada cuatro bebés prematuros desarrollan autismo.
Pese a estos datos, existe una serie de obstáculos de la implementación de la atención perinatal pública. Falta sensibilidad de los gestores sanitarios, conocimientos específicos en los profesionales, inversión en investigación, divulgación y prevención.
A todo ello se añade el estigma social de las enfermedades mentales y la idealización de la maternidad, ha lamentado Cañossantos.
A diferencia de otros países del entorno, España no dispone de planes específicos de salud mental perinatal. Solo existen algunas actuaciones parciales relacionadas con la misma. Tampoco hay redes públicas interdisciplinares y solo hay una unidad madre-bebé de hospitalización de día.
Elaborado por Conecta Perinatal, una Alianza Hispanohablante por la Salud Mental Perinatal y de la Familia que engloba asociaciones nacionales e internacionales de familias, sociedades científicas, federaciones y confederaciones públicas y privadas sin ánimo de lucro, el documento presentado analiza todo tipo de situaciones, desde la lactancia a la reproducción asistida o la retirada de custodia, que pueden incidir en la salud mental perinatal.
A partir de ahí, realiza una serie de propuestas que van desde la creación de una Comisión de Salud Mental Perinatal a la formación de matronas que puedan llevar a cabo la entrevista prenatal, con la madre y el padre, desde el segundo mes de gestación y en los meses siguientes al parto, y de otros profesionales de la salud, para que hagan lo propio en los 12 meses posteriores.
También la evaluación de recursos, la formación de redes interdisciplinarias de proximidad o el evitar costes. “Invertir en esto es rentable”, ha concluido Cañossantos.