Mónica Rouanet

‘No oigo a los niños jugar’, la nueva novela de Mónica Rouanet

Mónica Rouanet explora las leyendas de un antiguo orfanato en ‘No oigo a los niños jugar’

Carmen Naranjo | Madrid - 28 mayo, 2021

Hace cinco años, su labor como trabajadora social le llevó a un escondido edificio que en la década de los 70 albergó un orfanato para menores con problemas auditivos. Ahora, las leyendas de esta antigua residencia para niños sordos son la inspiración para la nueva novela de Mónica Rouanet.

‘No oigo a los niños jugar’, editado por Roca, es el título de esta novela de misterio de Mónica Rouanet, autora también de ‘Despiértame cuando acabe septiembre’ y que desde hace más de veinte años atiende a personas en riesgo y dificultad social.

Adolescentes con adicciones, obsesiones, dependencias emocionales que no saben cómo gestionar y niños abandonados por su sordera son el presente y el pasado de un mismo edificio, en cuyas plantas superiores todavía habitan unos menores que solo Alma, la protagonista de esta historia, puede ver.

Basada en las leyendas del orfanato

Cuando en 2017 fue enviada al edificio, que en la actualidad es una clínica psiquiátrica para adolescentes, exploró esas plantas mientras le contaban leyendas de apariciones como la de la “monja de la campana” o un niño llamado “Fernandito”, que sufrió un accidente, y en las que todavía había habitaciones intactas con camas hechas, juguetes y dibujos dejados en las paredes de esta residencia que funcionó hasta principios de los 2000.

En la novela, Mónica Rouanet mezcla dos tiempos: el del edificio mientras fue una antigua residencia para niños sordos, y su uso posterior tras ser rehabilitada como clínica psiquiátrica para adolescentes.

Alma, su protagonista, es una joven de 17 años que, tras un grave accidente de coche, sufre un shock postraumático y es ingresada en esa clínica psiquiátrica, donde convivirá con otros adolescentes. Entre ellos Luna, adicta a cualquier droga; Mario, que cree que le espían; Ferran, adicto al sexo; Gabriela, obsesionada con la comida, y Candela, en crisis permanente.

Rouanet explica que se sigue ocultando si padeces algún trastorno psicológico “como si fuera algo terrible” y que por eso ha querido acercar a los lectores a estos adolescentes, en los que se junta esa edad en la que “duele el alma” con alguna diferencia respecto a los demás que convierte su situación en “terrible”.

Mayor apoyo psicológico para los jóvenes

En las plantas superiores del edificio se esconden dos niños para poder seguir viviendo donde siempre han estado desde que les abandonaron por ser sordos.

Dos niños que interactúan con Alma y de los que no se sabe si existen realmente o solo son imaginaciones de la joven. “Nunca sabes si es fantasía o realidad”, indica Rouanet, que reconoce que le encanta jugar con el lector, pero siempre mezclando esta trama con el problema social que sufren sus protagonistas.

Considera la autora que debería haber un mayor apoyo psicológico para los jóvenes y los niños, especialmente en la actualidad, ya que con la pandemia de coronavirus han crecido muchísimo las consultas a especialistas.

“De tener dos o tres en lista de espera, hemos pasado a diez o doce”, asegura Mónica Rouanet: niños con problemas hipocondriacos y de identidad, que han vivido meses solo relacionados con su familia y con las redes sociales en las que falta el contacto verbal.

“Se ven casos de inseguridad, angustia, crisis y depresión”, indica la escritora y trabajadora social, que subraya también la situación de los niños nacidos durante la pandemia, desde enero de 2020, que han pasado meses sin interactuar más que con su familia más cercana.