
La escritora ecuatoriana Mónica Ojeda en imagen. EFE/Jénnifer Gómez
Mónica Ojeda, una literatura marcada por la violencia
La escritora ecuatoriana Mónica Ojeda, autora de novelas de terror gótico, asegura que si hubiera nacido en otro lugar su literatura sería muy diferente al no haber tenido que convivir con tanto nivel de violencia, aunque reconoce que todas las sociedades tienen sus lugares “enfermos”.
“Vengo de un país que es muy violento y, específicamente de Guayaquil, una ciudad bastante hostil de habitar con muchos feminicidios, violencia en la calle, desigualdad social… Todo eso me ha afectado siempre y, al momento de escribir, son las cosas a las que acudo, las que me preocupan”, confiesa en una entrevista con EFE.
En 2017, la lista Bogotá39 incluyó Ojeda (Guayaquil, 1988) como una de los 39 mejores escritores latinoamericanos de ficción menores de 40 años.
La ecuatoriana se caracteriza por escribir sobre temáticas oscuras y perturbadoras relacionadas con la violencia, el género, la sexualidad y la identidad. Temas que ella misma asegura que no elige, sino que son a los que está “abocada”.
Narrar la violencia
La escritora de “Mandíbula” (2018) explica que comienza todos los días comprobando el Whatsapp para corroborar que su familia sigue viva, situación que admite tiene muy “naturalizada”, a pesar de que cuando se lo cuenta a otras personas se estremecen.
Además, señala que de nacer en España -país donde vive hace años- su literatura sería muy diferente, ya que no hablaría sobre el tipo de violencia que se vive en Latinoamérica sino de otra diferente.
Porque, asegura que “cada sociedad tiene sus lugares enfermos, complejos, oscuros y, por lo tanto, genera escrituras muy distintas”.
“Creo que hay una relación cuando se habla de la literatura latinoamericana y la gran presencia de violencia que existe, no es por una cuestión de exotización, sino porque al final no puedes hablar de otra cosa cuando es lo que más te está afectando directamente”, afirma.
El boom de las escritoras latinoamericanas
La novelista es una de las voces más relevantes de la literatura latinoamericana contemporánea, que se caracteriza por usar una prosa cruda y visceral para mostrar la realidad, similar a autoras como las argentinas Samantha Schweblin y Mariana Enríquez o a las mexicanas Brenda Navarro y Fernanda Melchor.
Para Mónica Ojeda, este auge de mujeres escritoras tiene que ver sobre todo con la “recepción” de las obras, ya que siempre ha habido en la región autoras haciendo “trabajos increíbles”, solo que antes era mucho más difícil que se dieran a conocer.
“Si antes los lectores tenían reticencias para agarrar un libro de una mujer porque había todo tipo de estereotipos sobre que estos eran únicamente sentimentales o eróticos, esto es algo que ya no sucede”, subraya.
Sobre Ecuador, revela que, al ser un país muy chiquito, siempre tienen más fuerza las cosas si primero se reconocen desde fuera, lo cual considera es un poco “triste”, pero es lo que ha sucedido.
“Por ejemplo, el fenómeno de María Fernanda Ampuero, el de Natalia García Freire o el mío. Todas nosotras tuvimos que publicar fuera y fue, a partir de eso, que empezamos a sonar en nuestro propio país”, concluye la autora de “Nefando”, publicada en 2016.