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Mon Laferte: "Tengo miedo de que el auge de la ultraderecha frene o retroceda los derechos de las mujeres"
Con la esperanza puesta en "los avances" de "todos los movimientos feministas" y confiando –dice– en la "fe en la humanidad", la cantante chilena Mon Laferte ha admitido en una entrevista con EFE que tiene "miedo" de que el auge de la ultraderecha global "frene o retroceda" en los derechos de las mujeres.
"Hay miedo a salir de la zona de confort y entiendo que cierto sector diga que las mujeres son demasiado libres, pero aunque tengo miedo a un retroceso, también tengo fe en la humanidad", ha dicho la artista –que se reconoce como feminista– en una entrevista desde Santiago de Chile, durante la presentación a la prensa de su nuevo disco.
"Es una respuesta natural de la humanidad –ha explicado– Sucede algo positivo acá y hay una respuesta negativa del otro lado, y así sucede todo el tiempo, es parte de la evolución".
En un intento de reapropiarse de un concepto que "varias veces" le achacaron los medios, Laferte ha reivindicado el título de su nuevo álbum, Femme fatale, estrenado el 24 de octubre, y ha reconocido que en los años 50 se habría "sentido mal", pero hoy le "encanta" que se lo digan.
"En el 2025 me gusta que me digan 'femme fatale'. Amo ser esa mujer segura, libre y que usa su sensualidad y sus encantos", pero en el pasado –ha precisado– "tenía una connotación negativa, era encantadora, pero siempre tenía la cosa malvada de engatusar a los hombres".
"Una versión rota e incluso trastornada" de sí misma
Laferte (Viña del Mar, 1983) explica que su nuevo disco, que mezcla influencias del jazz, el soul y el R&B con una estética del cabaret, es "muy personal", "oscuro" y que muestra "una versión rota e incluso trastornada" de sí misma.
"Encontré mi propios audios en mi teléfono hablándome a las 5 o 6 de la mañana, no sé con qué intención, pero y contándome todo lo que estaba sintiendo en ese momento, de noche, agarrando la guitarra y tomando mi botella, y eso lo puse en el disco", cuenta la cantante, que acumula múltiples premios internacionales, entre ellos cuatro Latin Grammy.
Años después, la compositora, que ha relatado en varias ocasiones los episodios de depresión que ha atravesado durante su vida, admite que le "da pudor y vergüenza" observar a la Mon Laferte de aquella época, pero por encima de todo rescata su "fortaleza" y "poder de resiliencia".
El personaje que encarna en el nuevo disco surge de titulares en la prensa –"como Mon Laferte, la 'femme fatale' de la música", ha recordado– pero también de su experiencia más reciente como actriz en el musical Cabaret, en el Teatro de los Insurgentes de Ciudad de México, donde representó a Sally Bowles, una mujer a la que también colgaron esta etiqueta.
Entre los catorce temas de su nuevo álbum –tres de los cuales ha estrenado en los últimos meses– cuenta con varias colaboraciones: desde la argentina Nathy Peluso, con quien –ha dicho– se juntaron en ciudad de México "como amiguis" y empezaron a crear "un bolero tropicaloso"; el también argentino Mateo Sujatovich, de Conociendo Rusia; el cantautor brasileño Tiago Iorc o las mexicanas Natalia Lafourcade y Silvana Estrada.
"Fue muy planeado cantar con ellas, quería hacer una canción con mis amigas", dice de ambas.
"A veces es sabio guardar silencio si no tienes nada que aportar"
Sobre el debate abierto en el mundo de la cultura que emplaza a los artistas a utilizar su altavoz para denunciar o condenar la ofensiva israelí en Gaza, Mon Laferte ha señalado que "no todo el tiempo tenemos que estar opinando de todo" y que "a veces es sabio guardar silencio si no tienes nada que aportar".
"Las veces que algo me ha movido el piso –ha dicho– hablo como mortal que quiere dar una opinión, pero no estoy preocupada todo el tiempo de opinar sobre cosas que es mejor, a veces, mantenerse calladita".
Residente en México desde hace 18 años (tiene doble nacionalidad), la intérprete ha reconocido que cada vez le cuesta más irse de Chile, su país natal, que hoy lo "valora más" y lo ve "con otros ojos, más hermoso" que cuando vivió ahí.
"No sé si estoy más vieja y más sensible, pero me dan ganas de estar más tiempo –confiesa–. Estoy extrañando y deseando comer cosas típicas del país, la jerga y lo que más siento en mi corazón: estar lejos de la familia".
Asegura que le gustaría volver a Chile para que su hijo "se empape" de la cultura de su madre y abuelos, aunque no puede precisar cuándo será su posible regreso.