Lina Meruane escritoras

La escritora chilena Lina Meruane. Foto: Mariana Garay

Lina Meruane: ¿Cómo sobrevivir en el futuro? es la “gran pregunta” que hoy se hacen las escritoras 

Cristina Bazán | Madrid - 21 junio, 2023

“¿Cómo sobrevivir en el futuro?” es para la autora chilena Lina Meruane la “gran pregunta de hoy” que está debatiéndose en la palestra pública gracias a las historias que publican las escritoras, especialmente las latinoamericanas, cuya literatura, dice, está pasando por “un buen momento”.

“Creo que ya tocaba que se empezara a leer a las mujeres en general y a las latinoamericanas en particular. Es un momento auspicioso, las mujeres están pensando lo social, lo político y además se están preguntando por el futuro, que es algo que no estaba realmente presente en ese boom masculino que más bien pensaba el presente a partir de la historia”, afirma en una entrevista con Efeminista.

Lina Meruane es parte de estas escritoras que están pensando el futuro y su último libro “Palestina en pedazos” (Random House, 2023) es un ejemplo de ello: “Cuando escribo sobre la comunidad palestina, estoy pensando en cómo hacer sobrevivir esa comunidad que se quiere hacer desaparecer”, agrega.

“Palestina en pedazos”, de Lina Meruane

Pregunta: “Palestina en pedazos” es un libro vivo, que ha ido construyéndose varias veces, ¿por qué ha vuelto a escribir más sobre este tema?

Respuesta: Palestina en pedazos es un libro que he escrito a lo largo de 10 años y he seguido escribiendo posteriormente incluso a su publicación, porque, para mí, este es un proyecto de escritura a largo plazo y también es una reflexión política que estoy haciendo basada en mi propia experiencia, en mi historia familiar, en los viajes que he hecho por Palestina y también conmovida con la situación Palestina.

Es un libro que; por un lado, es crónica de viaje y, por otro lado, de memoria familiar, es ensayo sobre la manera de contar la situación Palestina por lado y lado. La situación Palestina es una situación histórica muy singular, pero a la vez es parte de una tendencia de ciertos desarrollos políticos, coloniales que estamos viviendo en otros lugares. Sin ir más lejos, Ucrania es en este momento un país que está siendo invadido, posiblemente ocupado, es decir no está tan lejos de la situación Palestina aunque por supuesto hay diferencias muy fundamentales.

P: ¿Y el título se debe a la situación política de Palestina o tiene que ver con la estructura y cómo fue construyéndolo?

R: Este libro ha tenido varias publicaciones, se llamó anteriormente “Volverse Palestina” y en esta ampliación y cierre del libro lo que tuve que hacer fue buscar otro título y me di cuenta de que este título juega de dos maneras con el interior del libro, por un lado el hecho de que es un libro que tiene tres partes, que cada parte tiene sus propios capítulos y que de todas maneras en cada capítulo hay fragmentos. Es un libro muy fragmentario en su estructura que me permitía ir cruzando lo personal y lo político, pero por otro lado cuando uno mira el mapa de Palestina en 1948 y lo vuelve a mirar en el 2023 lo que ve es una fragmentación, una atomización del territorio y de las propias comunidades, pueblos, personas y familias allí.

Por un lado está que políticamente Palestina está convertida en una serie de pedacitos, que su historia se cuenta de a pedazos, y por otra parte es que mi propio texto está escrito de fragmentos.

El significado de identidad, de raíz

P: Hay unas palabras que sobresalen en el texto referente a las raíces, a la identidad, a la pertenencia, a la otredad, ¿ qué significan para usted?

R: Yo soy parte de la gran comunidad que llamo “chilestina”, que es parte de una migración que empieza hace un siglo más de un siglo durante el período turco otomano, en ese momento muchas comunidades del Levante viajan a América Latina y se instalan ahí.

Soy parte de ese gran viaje de hace un siglo y sabía que era de origen palestino, pero no fui criada puntualmente como Palestina y en mi familia así como en muchas familias se perdió la lengua árabe, entonces para mí la escritura de este libro es la revisión de qué significa pertenecer a esa comunidad, de cómo se despiertan las identidades cuando están puestas en problemas, que es el que es lo que me sucede cuando viajo a Israel y de pronto soy reconocida como Palestina, es decir, como sospechosa, como posible terrorista y entonces se activa esa parte de una identidad que estaba un poco dormida cuando yo vivía en Chile.

Entonces esas palabras para mí son importantes, la palabra identidad como algo que no es algo fijo, estable, esencial o esencialista, sino que más bien son cuestiones que se van cursando y que se van activando con la conciencia política de que una identidad puede ser un problema. Y así mismo la palabra raíz tiene importancia, pero que para mí es una raíz que no es una raíz, sino que una raíz que está un poco desperdigada, risomática, anclada en diferentes experiencias en diferentes viajes y en diferentes historias.

Para mí, por supuesto que la identidad es importante, pero me gusta siempre aclarar que no es encontrarme con mi identidad, sino descubrir que las identidades son múltiples, son flexibles, viajeras, activadas y desactivadas por las circunstancias en las que uno vive.`

“La distopía total es un discurso que le conviene a la ultraderecha”

P: Ahora en Chile la derecha se ha impuesto en las elecciones de los consejeros y consejeras que redactarán la nueva Constitución. ¿Cómo vive usted este proceso?

R: Con dramatismo, casi con negación. Me parece que realmente es tan difícil de entender cómo pudimos movernos de un estallido social que pedía reivindicaciones puntuales, pero que también tenían que ver con la articulación de la Constitución del año 80, que es la constitución de la dictadura, y qué va pasando en ese trasiego es muy largo de explicar que creo que simplificaría muchísimo cuál es la complejidad de esta situación, pero ya veremos, porque así como se ha movido de izquierda a derecha también puede volver a moverse hacia la izquierda.

P: Al movimiento feminista le preocupa que no se incluyan algunos temas que se habían incluido en la propuesta constitucional anterior…

R: El movimiento feminista en Chile siempre ha sido muy de avanzada, lidera incluso los movimientos sociales y genera una gran adhesión de sectores que no necesariamente tendrían que identificarse con las causas del feminismo, incluidos muchos hombres, entonces para mí eso ha sido muy importante. Yo misma estoy educada en ese feminismo, que es un feminismo que ha estado siempre de pie en las reivindicaciones sociales, políticas, incluso antes de la dictadura.

Lo que está pasando ahora es que la oleada de ultraderecha negaría las reivindicaciones. O sea, si es que pueden escribirse en esa nueva Constitución de alguna manera negarían ese progresismo, esa necesidad de cambios para las mujeres, pero no solo, también cambios para los indígenas y para los derechos de la naturaleza. Es que una ideología no está apuntando siempre a un solo lugar, sino que es una transformación integral de todos los derechos sociales, que incluyen a los niños, a las mujeres, a los indígenas y por supuesto a la gente más desfavorecida y a la propia tierra.

Por supuesto que la preocupación es legítima, pero yo tiendo a pensar que siempre hay fracturas y fisuras y que además la ultraderecha en la escritura de la Constitución no está sola y no es mayoría, entonces ya veremos qué pasa, ya veremos.

P: Tiene esperanza en ese sentido…

R: Siempre digo que no puedo trabajar sin esperanza, no puedo pensar sin esperanza, la distopía total es un discurso que le conviene muchísimo a la ultraderecha. Esa sensación de crisis, de pánico, de que no hay alternativa, de que la única alternativa es la más radicalmente ultraderechista no sirve para pensar, no nos da energía para pensar y para seguir trabajando.

Las escritoras latinoamericanas y el futuro

P: Las escritoras latinoamericanas están teniendo gran reconocimiento a nivel mundial y hace poco varias de ellas decían que no les parecía correcto que se las compare con el boom masculino, ¿cómo analiza este auge?

R: Creo que ya tocaba que se empezara a leer a las mujeres en general y a las latinoamericanas en particular. Es un buen momento, es un momento auspicioso, las mujeres están pensando lo social, lo político y además se están preguntando por el futuro, que es algo que no estaba realmente presente en ese boom masculino que más bien pensaba el presente a partir de la historia.

Y no es que las escritoras no estemos pensando lo que nos precede, sino que también estamos pensando en cómo sobrevivir en el futuro, que es la gran pregunta de hoy. Esa pregunta me parece fundamental en esas nuevas escrituras latinoamericanas escritas por mujeres, no solamente cómo nos estamos muriendo y cómo estamos desapareciendo, que es una gran narrativa del pasado en la que de hecho las mujeres no estaban o se hacían desaparecer, sino que cómo vamos a hacer para vincularnos con las otras especies y con la sobrevivencia del planeta. A mí me parece que esa es una pregunta que han puesto las mujeres a lo largo de la historia y sobre todo con mucha urgencia hoy.

P: ¿Y usted tiene pensando también escribir algo sobre esa pregunta?

R: Bueno, cuando escribo sobre la comunidad palestina, estoy pensando en cómo hacer sobrevivir esa comunidad que se quiere hacer desaparecer. Esa es una pregunta por la futurilidad. Y cuando he escrito algunos de mis libros también me estoy preguntando por el futuro. De hecho la última novela: “Sistema nervioso” es una novela en la que la pregunta con la que cierra es a dónde podríamos irnos para sobrevivir. Esa es una pregunta que tiene una cierta urgencia hoy.