
Elena García Quevedo, periodista y escritora de 'El viaje de las mujeres' durante una entrevista con Efe. EFE/J.J. Guillen
“El viaje de las mujeres”, el tránsito de la cabeza al corazón
“El Viaje de las Mujeres” es el recorrido de la escritora y periodista Elena Garcia Quevedo a través de los saberes ancestrales femeninos. Un libro que hace un imprescindible tránsito “de la cabeza al corazón” para toda la humanidad.
Para descubrir la relación de las mujeres con el planeta que habitan, la escritora emprendió un viaje por seis países (Egipto, Turquía, Colombia, La India, Nepal y Celtiberia) y por su propio cuerpo y saberes.
En una entrevista con Efe, García Quevedo habla sobre la importancia de poner en valor la menstruación, los ciclos y lo femenino.
Viaje hacia fuera y hacia dentro
P: Acaba de publicar el libro “El viaje de las Mujeres”, (Ediciones Luciérnaga) que ya va por su segunda edición, ¿cuál es ese viaje para ti?
R: Es un viaje hacia fuera y hacia dentro.
Hacia fuera porque cuando descubres nuestro pasado más allá del patriarcado, cuando descubres el poder esencial que existe en lo femenino históricamente, crece tu mente. Al terminar de escribir este libro descubrí otras mujeres que habían tenido una experiencia semejante, para mí fue clave ver que en Turquía, que fue para mí el despertar, había otro tipo de culturas y sociedades más igualitarias. Como periodista dije “yo tengo que investigar esto”, porque aquí hay algo que nos interesa a todas y a todos.
El viaje hacia dentro es cuando conoces tu cuerpo, tus ritmos, tu poder personal y te empoderas. Cuando pones en valor todo lo que se ha identificado con la mujer, que con el patriarcado se ha menospreciado, no se ha dado importancia o no se ha pagado. El valor de esto es tan clave que toda la sociedad depende de eso: del saber, del amor, del parto, de las mujeres.
“Que lo arquetípicamente femenino tome el poder”
P: Líderes mundiales creen que es necesario que las mujeres tomen el poder para que el mundo cambie, ¿por qué?
R: Las manifestaciones de jóvenes están hablando de esa necesidad de cambio para unir fuerzas. Es un cambio hacia la tierra y hacia lo que han estado guardando las mujeres: el cuidado de la tierra, el cuidado de lo importante, de lo pequeño. Esto es lo que necesitamos para que la humanidad siga adelante.
La ciencia nos dice que realmente estamos en un momento crítico para la Tierra. El cambio climático es efecto de una forma de vivir, de un patriarcado que no ha cuidado esas cosas importantes como es el lugar en el que habitamos.
Mi trabajo del libro es periodístico, pero también es personal, porque voy viajando desde mi y voy cambiando, mirando hacia dentro y hacia fuera. En este libro lo que he hecho ha sido en todo momento escuchar a las mujeres, a muchas abuelas y buscar esos saberes. A veces he llegado a pueblos y he preguntado “donde está la persona sabia” para saber qué es lo que hay ahí, qué es necesario conservar.
P: ¿Qué relación tienen las mujeres con la Tierra y la naturaleza?
R: En el caso de las mujeres todo lo que es necesario conservar tiene que ver con saberes esenciales acerca de una misma que se han perdido o que ahora son tabú, por ejemplo, el cuerpo. El empoderamiento a través del cuerpo es súper importante. Para cada mujer conocer su propio cuerpo implica coger las riendas de tu vehículo.
Todos esos saberes de conectarse con la Tierra y con el cuerpo son esenciales. Que lo arquetípicamente femenino tome ese poder en equilibrio, no estamos hablando de que un género tome el poder sobre el otro, estamos hablando de equilibrio.
La tierra, el amor y el cuidado es lo arquetípicamente femenino para que desde ahí se pueda llegar a todo, a las empresas, a la tecnología.
Mujeres circulares y menstruación
“Bajo el patriarcado la menstruación ha sido un tabú, hemos visto los anuncios de compresas y todo lo relacionado con la menstruación azules o verdes”
P: En el libro se incide en la idea de que las mujeres no son lineales, sino circulares y con distintas fases, ¿cuáles son estas fases de la mujer?
R: Es importantísimo las fases de las mujeres. Te voy a hablar de la tierra porque este movimiento por la tierra también es un movimiento por las mujeres. Me parece muy bonito el esquema en el que resumo los saberes esenciales, yo lo llamo el mapa del tesoro, ahí están semillas de lo que ancestralmente se enseña sobre empoderarse.
En algunas de estas sociedades, las abuelas enseñan que la tierra es la mujer y las mujeres se identifican. Ellas hablan de los ciclos de la vida, que al igual que la tierra cambia, las mujeres somos cambiantes y ese cambio viene de la menstruación, de la relación con la fertilidad.
Bajo el patriarcado la menstruación ha sido un tabú, hemos visto los anuncios de compresas y todo lo relacionado con la menstruación azules o verdes. A muchas mujeres nos enseñaron a avergonzarnos de hablar de la menstruación y no lo pones en su lugar.
Ir de la cabeza al corazón
“Este movimiento del despertar femenino tiene que ir de la cabeza al corazón, a poder vivir desde el corazón, como mujeres, como hombres, como sociedad, como humanidad”
P: Una frase del libro que llama la atención es que “lo femenino es ir al corazón y afecta a toda la humanidad”, ¿qué quiere decir?
R: Literalmente, las mujeres arquetípicamente paren y amamantan y desde ahí, durante gran parte de la historia, parte del legado es cuidar lo emocional, cuidar a la familia y desde ahí liberarte.
Este movimiento del despertar femenino tiene que ir de la cabeza al corazón, a poder vivir desde el corazón, como mujeres, como hombres, como sociedad, como humanidad. Solo desde ahí podemos dar el siguiente paso, podemos vivir en equilibrio con la tierra y crear empresas humanas para que la vida como mujeres y como sociedad tenga sentido.
El despertar femenino no es solo de las mujeres, es también de los hombres, es ir de la cabeza al corazón. Cada fase de la vida es clave atravesarla desde ahí.
Hay una parte del libro que habla de cómo esto influye en las empresas, en la economía circular y cómo nació la economía circular.
P: El libro es un viaje por seis países (Egipto, Turquía, Colombia, La India, Nepal y Celtiberia), ¿hay algún motivo por lo que decidiste ir a estos lugares?
R: Conocí el yacimiento arqueológico (Catal Hüyük) en el que durante más de 1000 años hubo paz, según los arqueólogos, y hubo aparentemente cierta igualdad. Cuando yo uní esto, para mí fue como un dato, y dije “de aquí hay que aprender”. El mapa vino por ahí, tomé la decisión de hacer ese viaje al conocer ese yacimiento.
Estaba en Turquía, ví que había habido sociedades distintas, que lo que para mí era mito ellos te lo contaban como historia. Y empecé a investigar desde el periodismo y sobre todo, ver quienes hoy en día me pueden enseñar estos saberes, porque no me puedo creer que con lo grande que es el mundo la idea extendida de que solo existe un tipo de sociedad sea real.
“Nena, tráeme tabaco”
P: ¿Has vivido algún episodio de discriminación a lo largo de tu carrera?
R: Por supuesto, puedo contarte tantas que mejor no entro y me emociono al decirlo. Desde “nena tráeme tabaco”, a ser la única mujer rondando en Irak.
A mí eso me rompió los esquemas porque no entendía como hacerlo. O presentar proyectos entregárselos al hombre. Yo eso lo he vivido en primera persona y creo que todas las mujeres. Para mí es hora de trasformarlo desde dentro, me puedo quedar con el enfado, la tristeza o la frustración, pero también tengo el poder de trasformarlo y es lo que he hecho en este libro.
Amarse, nutrirse y tejer
P: Para tí escribir este libro ha sido un aprendizaje, si tuvieras que trasladar algún mensaje a las niñas o adolescentes de todo lo que has aprendido, ¿qué les dirías?
R: El mapa del tesoro es eso y está pensado para eso, para que las niñas puedan utilizarlo y las mayores también. Más que un consejo, diría tres y se lo diría como un susurro. Lo primero sería: ámate, y desde ahí, amándote, nútrete, permítete cambiar, permítete crecer, sé libre, permítete enfadarte, permítete poner limites, ser diferente o ser tú misma. Siempre que creas que todo se acaba date tiempo, porque renaces. Confía en tí misma.
Para mí es ámate y desde ahí todo lo demás. Nutrirte y tejer; el tejer es tan simbólico, es ese poner en el lugar todo los saberes. No es un saber solo para tejer tu ropa, sino para tejer tu mente, para aprender a guiar tu mente, tu eres un hilo y vas a necesitar sumar, vas a necesitar crear redes.
Es abrazarlo todo, desde la gran científica hasta la madre que me alimentó, esto es ser mujer y desde ahí crecer y saber nutrirte y siendo libre para elegir, ese es el mapa del tesoro.