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Marta Suria cuenta su historia en el libro 'Ella soy yo'. Foto: Editorial Círculo de Tiza.

‘Ella soy yo’, cuando la escritura da voz a una víctima de abuso intrafamiliar

Cristina Bazán | Madrid - 21 noviembre, 2019

Para Marta Suria escribir fue recuperar su voz. Cuando los recuerdos del abuso sexual que sufrió desde su infancia por parte de su padre le llegaron de forma explosiva a los 30 años, el terror le impidió hablar de esa realidad confusa que su memoria había ocultado inconscientemente, por lo que plasmarla en papel fue “la única manera” de unir las piezas y contar su verdad, una historia que ahora comparte en su libro ‘Ella soy yo’.

“Al final no somos otra cosa que lo que nos contamos, y para mi este libro es ese ejercicio de recuperar el poder y de contar con mis propias palabras lo que me ha sucedido”, explica Suria en una entrevista con Efeminista.

El silencio ante el abuso sexual infantil

La autora confiesa que al principio se negó a creer lo que le había hecho su padre porque “era algo que les pasaba a otras”, pero tras asimilarlo, decidió narrar su historia en ‘Ella soy yo’, publicado por Círculo de Tiza, por si pudiera ayudar a alguien.

“Solo ahora sé que el abuso se perpetra en las casas de mis vecinas y también en la mía”, señala Suria al inicio del libro en el que relata, en primera persona, su doloroso recorrido “hacia el mundo de las vivas” en una sociedad que, asegura, prefiere no hablar del abuso sexual infantil dentro del círculo familiar.

“No se habla del abuso porque es algo que te interpela directamente. Es decir, puede que haya alguien que lo sufra en tu entorno familiar o social, puede que tú seas quien lo haya visto o lo sospeches, pero no dices nada (…) sin ser consciente de que ese silencio es el que hace a todo el mundo cómplice“, argumenta la autora.

El libro se divide en 25 capítulos que relatan dos historias que al final concluyen en una. Los capítulos pares cuentan a una Marta “a medias”, la que tenía una vida estable fuera de España y la que había borrado, de forma inconsciente, el horror y el sufrimiento que vivió durante los años en los que su padre se metió en su cama.

Y la otra Marta, que aparece en los impares, resume “su viaje más largo”, doloroso e introspectivo. Un duro paseo por el túnel, que duró cinco años, y en los que escribió en tiempo real todo lo que iba recordando sobre su infancia y adolescencia.

“Escribí para encontrarme, para juntar muchas piezas que no tenían sentido, para intentar juntar esas dos vidas que había vivido”, precisa la autora, cuya identidad queda oculta en libro bajo un pseudónimo.

“Yo he decidido narrarme desde mi verdad”

Suria cuenta que la decisión de publicar un libro llegó de la suma de elementos externos, entre ellos, manifestaciones como las de “Yo sí te creo”, la iniciativa #Cuéntalo de Cristina Fallarás, que llenó en 2018 las redes sociales de testimonios de mujeres que habían sufrido agresiones sexuales, y la historia del pianista James Rhodes, quien en 2014 reveló en su exitoso libro, ‘Instrumental: memorias de música, medicina y locura’, que sufrió abusos por parte de un profesor de su escuela cuando era pequeño.

“Cuando fui a comprar el libro, lo busqué en novedades y no lo encontraba. Le pregunté al librero y me dijo que estaba en la sección de música. Entonces le dije: ‘pero si esto va de otra cosa’ y él me dijo: ‘ya, pero él es músico'”, recuerda la autora, y asegura que el miedo a publicar se fue cuando se percató de que podía contar lo que le había pasado sin ser etiquetada o definida por eso.

La esencia es poder haber escrito, ponerle palabras desde mi perspectiva y descubrir quién soy y qué significa esta experiencia para mi. Yo he decidido narrarme desde mi verdad”, sostiene Suria, quien confiesa que se inscribió en cursos de escritura para poder convertir su testimonio en una obra literaria.

“Tú decides cómo cuentas tu historia y yo invitaría a todas a hacer un ejercicio similar, se publique o no”, subraya.

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‘Ella soy yo’ narra el duro testimonio de Marta Suria. Foto: Círculo de Tiza.

“El monstruo no es el que viene de afuera”

La autora inicia el libro con cifras duras que evidencian la realidad del abuso sexual infantil en España, pero ella ha querido ir más allá en su mensaje, precisa.

“Es una historia sobre la recuperación de la memoria; de encuentro, de identidad de la familia, y con un hilo que marca todo eso, que es el trauma”, sostiene Suria, cuyo deseo es que el libro no se quede solo en las personas que sufren, que agreden o que observan los abusos sin decir nada.

Quiero que de alguna manera nos sintamos todos apelados a hablar sobre este tema y dejemos de responsabilizar a las víctimas. Hay que cambiar los mensajes, el monstruo no es el que viene de afuera. El peligro está dentro y eso es algo que cuesta mucho asumir”, recalca.

Además, la autora reclama también que en las protestas contra la violencia y abusos, se pida la protección de los menores dentro del hogar, “porque cuando ellos deciden hablar nadie les cree y dependen de los adultos para hacer escuchar su voz“.

“La protagonista del libro es la vida”

Suria explica que su terapeuta, su trabajo y las personas que la acompañaron en su viaje hacia la verdad han jugado un papel fundamental en su vida.

“Si hay algo que me salvó fue el vínculo con las personas, con las que me creyeron y apoyaron”. Por esta razón espera también que los especialistas que trabajan con víctimas de abuso puedan encontrar en su historia cierta inspiración o “comprensión a ciertas maneras de trabajar”.

Pese a su desgarradora vivencia, asegura que este no es un libro sobre maltratos ni violaciones, “la protagonista es la vida”, con todo lo que da y quita, dice esperanzada.

“Esa es la conclusión a la que llego después de haberlo escrito, que es darme cuenta de que a pesar del horror que yo vivía, la vida se abrió paso, yo tuve esa suerte. Sigo teniendo secuelas con las que voy a convivir siempre, pero estoy aquí“, sostiene.

Y así, en medio de su batalla contra el miedo y la desmemoria, Suria ha ido recuperando fuerza y valentía para dedicarse en la actualidad a luchar contra la pobreza y la desigualdad, y ha podido salir adelante junto a su pareja, hermano y amigos.