La representante de ONU Mujeres en Ecuador, Ana Elena Badilla (2izq), interviene durante la presentación del informe. Foto: ONU Mujeres

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Una de cada tres mujeres en Ecuador no tiene ingresos propios, según el informe ISOQuito 2024

Ane Amondarain | Quito - 29 septiembre, 2024

Una de cada tres mujeres en Ecuador no tiene ingresos propios, lo que representa al 33 % de ellas frente al 14 % de los hombres que viven en el país, según el informe ISOQuito 2024, presentado este 27 de septiembre en la capital ecuatoriana.

Los datos del estudio Autonomía y empoderamiento de las mujeres en Ecuador: Monitoreo ISOQuito 2024, elaborado por las organizaciones Articulación Feminista Marcosur y Cotidiano Mujer, con el apoyo de ONU Mujeres, se han dado a conocer en la sede de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), en Quito.

Constanza Moreira, política uruguaya y parte del equipo técnico del informe, ha alertado de las consecuencias de esta brecha de género en la vida de las mujeres.

"Lo más importante para las mujeres es la autonomía económica (porque) una persona que depende de las decisiones económicas de otros está subordinada en casi todos los ámbitos", ha expresado Moreira, quien ha asegurado que "esta conquista está pendiente todavía".

La autonomía económica, física y política de las mujeres

ISOQuito es un ránking que nació en 2007, y que se realiza con distintos indicadores para medir la desigualdad de género en la región latinoamericana de acuerdo a los consensos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Se creó con el fin de garantizar el seguimiento de la situación de las mujeres y desde el inicio se propuso definir dimensiones que sustentaran la comparabilidad entre los países apoyándose en tres pilares: la autonomía económica, la autonomía física y la autonomía en la toma de decisiones.

La propuesta ISOQuito surgió como una iniciativa de la Articulación Feminista Marcosur para establecer las bases del seguimiento de los acuerdos alcanzados en el Consenso de Quito, en agosto de 2007, en el marco de la X Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, organizada por la CEPAL.

Crece la feminización de la pobreza

En lo que respecta a la autonomía financiera, Moreira también ha apuntado que la tasa de participación de las mujeres de entre 25 y 59 años en el mercado laboral fue del 64,3 % en 2020, en comparación con el 94,7 % de los hombres.

Y ha anotado que la maternidad y las tareas de cuidados, que recaen en mayor medida en las mujeres, influyen en que éstas no participen en el mercado laboral en la misma proporción que los hombres.

Con el fin de revertir esta situación, la uruguaya ha pedido mayor flexibilidad en las licencias laborales, así como adoptar una perspectiva feminista en el diseño de las políticas públicas.

En este sentido, Moreira ha recordado que estos datos no representan del todo la realidad, ya que este monitoreo no refleja el porcentaje de mujeres que trabajan en la economía informal, lo que impide que éstas puedan acceder al sistema público de salud o a derechos laborales. Es por ello que ha llamado a "formalizar el mercado laboral".

También ha señalado que el índice de la feminización de la pobreza (la proporción de mujeres que se encuentran en pobreza respecto al de los hombres) en el país alcanzó el 118,3 % en 2020, la cifra más alta desde que se realiza este informe, ya que en 2007 el índice era del 109,8 %; en 2010, del 111,5 %; en 2014, del 117,6 %; y en 2018, del 116,1 %.

Pocas mejoras en la salud sexual y reproductiva

En torno a la autonomía física, el informe ISOQuito 2024 concluye que Ecuador ha logrado pocos avances en derechos sexuales y reproductivos, pues sólo está permitido abortar en caso de que esté en peligro la vida o salud de la mujer embarazada o si el embarazo es resultado de una violación.

Ante este contexto, Moreira ha señalado que el 16,4 % de los embarazos en el país corresponden a maternidades adolescentes. Es por ello que ha alentado a las organizaciones feministas a que continúen con su lucha por la despenalización total del aborto, ya que el acceso al aborto por violación no siempre está garantizado.

"La despenalización del aborto ayudaría a bajar la tasa de maternidades adolescentes, así como la educación sexual integral", ha expresado.

"Hay que contar lo que nos pasa. Hagamos que nuestros números también cuenten. Si vale el número del PIB y de déficit fiscal para tomar decisiones políticas, que también cuenten nuestros datos para identificar los principales problemas de las mujeres en Ecuador y en toda América Latina", ha enfatizado. 

Avances en la paridad política

En cuanto a la educación de las mujeres, Moreira ha destacado que el 53 % de ellas tiene el nivel secundario, si bien ha reconocido que hay que seguir trabajando para que el mayor número posible de mujeres mejore su formación educativa.

Por su parte, en lo relativo a la autonomía en la toma de decisiones, la técnica de ISOQuito 2024 ha compartido que Ecuador ha vivido una evolución en relación con la paridad política.

Según los datos que ha aportado, en 2023, las mujeres representaron el 38,7 % en el órgano legislativo nacional, el 50 % en los gabinetes ministeriales, y el 38,1 % en la Corte Suprema.

Tras exponer todos estos datos, Moreira ha llamado a las organizaciones sociales y feministas a que tomen en consideración estas cifras para realizar sus demandas de cara a las próximas elecciones generales de 2025.

En la presentación del informe también ha participado la representante de ONU Mujeres en el país, Ana Elena Badilla, quien ha incidido en la necesidad de recopilar todos estos datos para exigir políticas públicas con enfoque de género y facilitar así la rendición de cuentas.

Por su parte, la recién nombrada directora de Flacso Ecuador, Gioconda Herrera, la primera mujer en encabezar esta institución universitaria desde su apertura en el país en 1974, ha destacado la importancia de que las organizaciones sociales, las instituciones educativas y los estados trabajen en conjunto para erradicar las múltiples formas de violencia de género y exigir que se cumplan los derechos de las mujeres.