Desirée Rubio libera a las mujeres de los bordados en la muestra “Tensar el texto”
Dedicada al mundo de la edición y la creación, Desirée Rubio utiliza el libro y la palabra para construir otras ideas, otras propuestas más allá de las que encierran las hojas de cualquier volumen. Ahora la artista ha creado en la muestra “Tensar el texto” un diálogo, un tira y afloja con hilos entre libros y portadas con el bordado como protagonista, una tarea menor considerada propia de la educación de las mujeres en una época, desde el XVII hasta el XX, en la que coger un hilo y bordar era la única habitación propia aplaudida.
Portadas con rostro de mujer
“Tensar el texto”, que se inaugura en Madrid en la Librería Cervantes y Compañía el 7 de noviembre, reúne una serie de libros que Rubio ha intervenido con hilo y cuyas portadas tienen rostro de mujer con títulos clásicos y muy simbólicos.
Desirée Rubio forma parte del proyecto “Escrito a lápiz”, un laboratorio editorial donde las piezas se crean alrededor del concepto y del
objeto «libro». Reescritura y relectura, ensayo y error.
“Ada y el ardor”, “Madame Bovary”, “Ana Karenina”…
“El bordado lo he utilizado como recurso para la relectura, el subrayado y el análisis de un texto. La muestra reúne todo lo que he ido trabajando en estos últimos años: libros intervenidos en las imágenes de sus cubiertas con protagonistas femeninas, textos subrayados con hilo, páginas tensadas que forman un arco, y constelaciones bordadas de palabras clave de poemas. ‘Tensar el texto’ es mi modo de releer algunos libros, explica Rubio a Efeminista.
“La elección de los libros que he intervenido en las imágenes de sus cubiertas con protagonistas femeninas es deliberada. En cada pieza el hilo reescribe el papel de personajes femeninos para tensar el ángulo de visión desde el que nos relacionamos con esas mujeres y con sus narradores. Se trata de mujeres literarias que han envejecido, sus roles parecen cosa del pasado”.
“El lector contempla la imagen bordada y relee la historia; y el hilo descubre la tensión que late en la imagen original. He bordado portadas donde aparecen mujeres infieles, muertas, amaestradas o desdichadas. Hay mucho de recuperación y reivindicación de esos personajes femeninos desde la mirada actual. La tensión del hilo me permite releer, subrayar, analizar”.
El bordado aquí abandona su carácter de soga
El bordado, como la mujer, siempre ha existido pidiendo permiso, menospreciado en un segundo plano. En esta muestra el hilo no es decorativo ni guarda silencio, el bordado desde su delicadeza tradicionalmente femenina se hace cuerda y abandona su carácter de soga.
En cada pieza, el hilo reescribe el papel de personajes femeninos para tensar el ángulo de visión desde el que nos relacionamos con esas mujeres y con sus narradores. Se trata de mujeres literarias que han envejecido, sus roles parecen cosa del pasado. ¿Lo son? El lector contempla la imagen bordada y relee la historia.
Nueva biblioteca bordada
El hilo descubre la tensión que late en la imagen original. Esa tensión es incómoda. Pero ahora la trampa se hace patente y es posible burlar la condena. Mujeres infieles, muertas, amaestradas, fugitivas, mentirosas, enamoradas, traicioneras, desesperadas, tristes, rabiosas, desdichadas: mujeres recuperadas en el deseo y en su verdad.
Bienvenidas todas a esta nueva biblioteca bordada de personajes reivindicados desde la mirada actual.