EFE/ Cristina Fabré

Cristina Fabré, la española que lidera la investigación sobre violencia de género en la UE

Violeta Molina Gallardo | Madrid - 21 noviembre, 2023

La investigadora Cristina Fabré es la española encargada de liderar el equipo que analiza las violencias contra las mujeres en toda la Unión Europea. Figura clave del Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE), su objetivo es recopilar datos que permitan conocer la magnitud de estas violencias con el fin de diseñar políticas eficaces para erradicarlas.

Si lo que no se nombra no existe, para la clase política y las instituciones lo que no se cuantifica tampoco existe. Por ello, es necesario disponer de datos sobre el machismo criminal y a esto se dedica Cristina Fabré junto a su equipo en Lituania. EFE ha hablado con ella con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Cristina Fabré investiga sobre violencia de género en la UE

La tarea de Fabré es "muy costosa" ya que no hay unanimidad en los Estados miembros en el abordaje y posicionamiento frente a este problema. Hay países que han penalizado la violencia de género como un delito, como es en España y Suecia, otros que se han limitado a categorizarla como violencia doméstica sin reconocer su dimensión de género y algunos que ni siquiera tienen leyes de violencia doméstica.

El negacionismo y la reacción a los avances feministas en ciertos países también dificultan esta recolección de datos.

"Fue chocante para nosotras ver que había tan pocos países que pudieran recoger datos sobre violencia contra las mujeres en la pareja. (...) La mayoría de los países nos entregaban datos sobre violencia doméstica sin desagregar por el sexo de la víctima y del agresor ni la relación de parentesco", subraya Fabré.

Un problema heterogéneo

Recopilar datos es esencial para reconocer el problema. "Cuando muchos de los países hablan de violencia doméstica, no reconocen que la magnitud está en la violencia en la pareja, que se asienta en el desigual poder y el control", señala.

Finlandia, Dinamarca y Eslovaquia son los países en los que la prevalencia de la violencia machista en la pareja es mayor, mientras España es de los estados con menor incidencia.

"Las políticas tienen que adecuarse a las características del crimen. Si no conoces la extensión del crimen, ni las causas y el impacto de ese crimen, difícilmente vas a poder establecer unas políticas que sean efectivas", añade.

Fabré pone como ejemplo el homicidio y como las medidas de prevención que se implantaron tuvieron impacto en su reducción. Sin embargo, los datos recogidos demuestran que los feminicidios no han disminuido, se han mantenido estables o incluso han crecido en la UE.

Avances a pesar del negacionismo

En 2013,  Cristina Fabré aterrizó en el EIGE en Comisión de Servicios desde el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, donde estuvo  más de 15 años con el objetivo de investigar la dimensión europea de la violencia contra las mujeres.

En este tiempo, aunque no ha habido grandes avances legislativos hacia la introducción del maltrato en la pareja de forma específica en los distintos códigos penales, Fabré confiesa que ha percibido un esfuerzo por parte de mucho países en recoger estadísticas de las distintas formas de violencia machista.

Además, Bélgica, Chipre y Malta están trabajando para introducir el feminicidio como un asunto penal en sus leyes. Otros países ya han incluido el parentesco o el género como agravantes en sus códigos penales.

Sin embargo, no en todos los países se percibe el mismo impulso. En Croacia, la mayoría de agresiones contra las mujeres son consideradas faltas, ni siquiera delitos. Estos desequilibrios inciden en las estadísticas y en la impunidad de las conductas.

Los estados que integran la UE esperan la primera directiva que abordará de forma específica la violencia contra las mujeres. El texto está todavía en la fase final de la negociación y supondría, según Fabré, un antes y un después. Esta directiva obligará a todos los países a legislar sobre violación, entendiéndola como agresión sexual sin consentimiento, y ciberviolencia. Además, blindará por ley la recogida de datos del EIGE, dejando atrás las "trabas" actuales.

Actualmente las investigadoras del Instituto se topan con resistencias políticas, que han aumentado últimamente por el auge del negacionismo. Algunos países son reacios a compartir sus datos y en otros, donde las políticas estatales son contrarias a reconocer el maltrato machista, los técnicos proveedores de estadísticas al menos cooperan con el EIGE.

Fabré reconoce que el Instituto ha tenido que dar un paso atrás en la terminología que utiliza. En lugar de hablar de violencia de género, deben emplear "violencia contra las mujeres",  para complacer a todos los países y así poder acceder a los datos, extremadamente necesarios.

"Antes podíamos hablar perfectamente sobre violencia de género y ahora supone entrar en un laberinto, nos preguntan por qué excluimos a los hombres. Nosotras no negamos la violencia contra los hombres, pero dados los pocos recursos y las dificultades para recoger los datos, nos centramos en los crímenes más prevalentes. Es recurrente que desacrediten nuestros informes por no incluir a los hombres", lamenta.

Nuevo Ejecutivo en España

Ante la inminencia de un nuevo Gobierno en España, país que define como "un gran ejemplo" en la lucha contra las violencias machistas, Fabré sugiere que se trabaje en materia de violencia digital y económica, que se proteja a los menores de la violencia vicaria y que se aborde, por fin, la violencia institucional.

"Me da igual el nombre de la ministra, pero que mantengan el Ministerio de Igualdad y se le asigne presupuesto y personal", asevera Fabré.



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