Charo López

La actriz Charo López recibe la Espiga de Honor del Festival de Cine de Valladolid (SEMINCI), en foto de 2020. EFE/ Nacho Gallego/Archivo.

“Me cuesta hablar de mí”, un documental que atraviesa la trayectoria artística de Charo López

Roberto Jiménez | Valladolid - 3 noviembre, 2021

Charo López es una mujer y una actriz valiente, pionera y dueña de su libertad hasta el punto de marcar “un antes y después” en el modo de concebir y gestionar una trayectoria artística son características que reúne la figura de, según el realizador Chema de la Peña, que se ha acercado a ella a través de un documental.

“Me cuesta hablar de mí”, un título que no es sólo la frase que más repitió Charo López (Salamanca, 1943) en las entrevistas de los años setenta y ochenta, donde se documentó De la Peña para este retrato, sino también una declaración de intenciones, una definición propia, una manera de verse.

“Es evidente que ha sido una pionera, una mujer que en los años setenta y ochenta nunca cedió a nada de lo que no quiso hacer. No persiguió la fama sino ser buena actriz y trabajar en buenos proyectos”, ha explicado De la Peña (Salamanca, 1964) en una entrevista con la Agencia Efe.

Charo López

Charo López estudió Filología en la Universidad de Salamanca, subió a las tablas desde el TEU (Teatro Español Universitario) como muchos intérpretes de su generación y en 1965 se mudó a Madrid para protagonizar una carrera principalmente marcada por su paso por TVE a través de series y películas como “Fortunata y Jacinta” (1980), “Los gozos y las sombras” (1982) y “La colmena” (1982).

De la Peña ha resaltado la firmeza de la trayectoria de Charo López, que comenzó en el cine con su participación en “Ditirambo” (1985), el primero de los ocho filmes que rodó con Gonzalo Suárez, y que a través de su protagonismo en “Secretos del corazón” (1997), dirigida por Montxo Armendáriz, obtuvo el Premio Goya a la mejor actriz de reparto.

“Es una de las grandes actrices de España, una de las más bellas, que ha gestionado dos capacidades: como mujer ha tenido un gran sentido del pudor que ha compatibilizado con un punto de exhibición derivado de su faceta artística“, ha analizado.

Sus primeros pasos

El documental, que llegará en enero a las salas comerciales antes de pasar al programa “Imprescindibles” de TVE, ha sido rodado en los principales escenarios de la vida de Charo López, entre ellos el Palacio de Anaya, donde estudió Filología Hispánica en la Universidad de Salamanca.

El cuerpo del documental ha sido rodado sobre el escenario del Teatro Liceo de la capital salmantina, pero también en la Plaza Mayor, la Rúa y otros espacios emblemáticos de la ciudad natal de la actriz, quien ha compartido confidencias en Toro (Zamora) además de en Ledesma y Beleña (Salamanca), algunos de los escenarios del filme “Los paraísos perdidos” (1985), que protagonizó al mando de su paisano Basilio Martín Patino.

Del coraje de Charo López, el realizador ha destacado su capacidad de revertir los obstáculos que su profesión suele poner en España a las actrices que entran en los cincuenta años de vida, en su caso al convertirse en empresaria con “Tengamos el sexo en paz”, la adaptación de una obra de Darío Fo, que estrenó en los noventa.

El antes y el después

“Se metió a empresaria, se reinventó y, a su modo y manera, lidió con los cánones de la profesión pero sin perder su libertad. Ha sido pionera, muy valiente y en este sentido, con su carrera como actriz, ha marcado un antes y un después”, ha reflexionado Chema de la Peña, autor de filmes como “Isi/Disi. Amor a lo bestia” (2004), “23-F” (2011) y “Vive por mí” (2016) que rodó en México.

En su opinión, Charo López sigue siendo dueña de su destino artístico, una “mujer de contrastes” que por una parte ansía la retirada para dedicarse a la lectura, ha dicho, mientras que por otra “hay un punto que le pide seguir haciendo cosas”, como rodar una serie para una plataforma televisiva, recitar poemas de la Generación del 27 y valorar nuevos proyectos cinematográficos.