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Carolina Marin en el partido contra la japonesa Akane Yamaguchi en el campeonato de bádminton All England. EFE/EPA/TIM KEETON

Carolina Marín, entrenamiento y solidaridad

Lucía Santiago/EFE Huelva - 18 abril, 2020

Lleva semanas sin tocar la raqueta, entre jornadas de descanso, recuperación activa y entrenamiento en una bici estática. Su memoria escapa a un pabellón, raqueta en mano y rodeada de volantes en la residencia Joaquín Blume, que comparte con trescientas deportistas más. Entiende, en todo caso, que sería imprudente que habilitasen la práctica deportiva. La COVID-19 no entiende de pasiones, entrenamientos ni Juegos Olímpicos.

La vigente campeona olímpica de bádminton Carolina Marín está confinada en Huelva. En cuanto terminó su participación en el All England, tomó un vuelo a Sevilla. Allí la recogió su madre y en coche cubrieron juntas un recorrido casi fantasmal hasta su casa.

Consciente de que la lucha contra la COVID-19 es cosa de todos,  y tras participar en la iniciativa de recogida de fondos promovida por Rafael Nadal y Pau Gasol, junto a Cruz Roja, la Fundación Andaluza Beturia para la Investigación en Salud (Fabis) le transmitió la necesidad de comprar mascarillas, guantes, equipos de protección, respiradores y material sanitario para los profesionales de los centros hospitalarios de la provincia de Huelva.

Apoyo a los hospitales onubenses

Y decidió poner en marcha su propia iniciativa para ayudar “a la gente y a los hospitales de Huelva” y dotarlos de  material sanitario a través de una donación a la Fundación Fabis.

Con un vídeo que ha colgado en sus redes sociales ha hecho un llamamiento a participar en esa iniciativa en la que ya se han implicado varios amigos y personajes relevantes de Huelva, como los cantaores flamencos Arcángel y Argentina o el deportista Emilio Martín, bicampeón mundial de duatlón.

Marín destaca la importancia de aportar un “granito de arena” en estos momentos “muy difíciles”, en los que hay “mucha gente cuidando” de todos: equipos sanitarios, miembros de cuerpos y seguridad del estado, supermercados, farmacias, limpieza y seguridad, entre otros servicios.

“Ahora más que nunca toca quedarse en casa y armarse de paciencia”, señala la deportista, que asegura que tiene “la suerte de poder estar en Huelva, en casa y con la familia”.

Desde los 14 años en un Centro de Alto Rendimiento

Se fue de casa con 14 años para adentrarse definitivamente en el bádminton en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Desde ahí, no recuerda haber pasado “tres semanas seguidas en casa”.

De hecho, hacía tanto tiempo que no convivía con su madre que ya no recordaba los pequeños roces entre ambas. “¡Pero lo llevamos lo mejor posible!” bromeaba durante su intervención en el Santander Talks 123aCorrer, organizado por el Banco Santander junto a diferentes medios de comunicación, entre ellos EFE.

Sin Juegos Olímpicos hasta 2021

Antes de que se decretara el estado de alarma, nos lo tomábamos un poco a cachondeo, por lo menos yo”, reconoce. “Pero fíjate ahora la cantidad de muertos y de contagiados. Y las cifras siguen creciendo”, lamenta.

Esta situación ha alterado sus planes por completo. Los Juegos Olímpicos han desaparecido de su radar, al menos hasta el verano de 2021. Desconoce cuándo fijará la federación mundial el reinicio de su calendario competitivo. Entretanto, llena su tiempo con recetas, series, libros y manualidades. “Mi madre tenía unas sillas por pintar en la terraza y le dije: ‘trae para aquí la brocha'”, apunta sobre su nueva afición por el bricolaje.

“A día de hoy, la mejor solución es la que se ha tomado, que nos quedemos en casa. Aunque seamos deportistas, más que nunca tenemos que unirnos a la sociedad española y ser una piña para luchar contra esto“, subraya.

Una trayectoria con piedras en el camino

De la situación rescata algunas cosas positivas. Los últimos meses, según expone, han estado llenos “de piedrecitas en el camino“. Ha pasado una lesión de rodilla, un virus que mermó su rendimiento y, más recientemente, “un problema familiar bastante grave“, que le impedía tener la mente concentrada “al cien por cien” en el juego.

Por eso asegura que el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio le puede venir bien. “Tendré más tiempo para reconectar conmigo misma y para seguir mejorando cosas”, recalca.

Por delante tiene dos grandes desafíos, ya para 2021. El Mundial de septiembre, en Huelva, cerrará un verano marcado por el desafío de revalidar el oro olímpico.

Miedo a su regreso

“Nunca sabremos si este verano hubiera conseguido la medalla de oro. En 2021, con más ganas que nunca, iremos a por ella”, advierte.
Sí le preocupa el regreso a la pista y, especialmente, esa “primera toma de contacto”. “El primer día va a ser casi como la primera vez que empecé a jugar a bádminton”, afirma.

Entrena con garrafas de agua, cartones de leche y bolsas de arroz y de garbanzos improvisa las pesas, aunque ya dispone de las máquinas de entrenamiento que su entrenador, Fernando Rivas, le envió desde Madrid a través de un transportista para continuar su plan de trabajo físico. Y es que este coronavirus está poniendo a prueba la capacidad de adaptación de Carolina Marín.

“Creo que con todo esto vamos a saber valorar mucho mas a toda esa gente que está al cuidado de nuestra salud, a los trabajadores del sector de la alimentación, a los farmacéuticos, a los camioneros. Por supuesto, a los enfermeros, a los médicos y a todas esas personas que se están exponiendo por ayudarnos. También hay que valorar el cuerpazo que tenemos de Policía, Guardia Civil y el Ejército“, concluye la onubense.