
Fotografía de archivo. EFE/J.L.Cereijido
La brecha de género entre el mundo rural y urbano llega también a la agenda europea
Los 365 días del año las mujeres que viven en los pueblos sufren falta de oportunidades laborales y desigualdad en su entorno, una notable brecha de género entre el mundo rural y el urbano, por lo que reivindican unas peticiones que ya han conseguido elevar a la agenda política europea.
Reducir la brecha digital y atajar el problema de la despoblación son algunas de las cuestiones que las mujeres rurales han llevado al Parlamento Europeo de la mano del Pacto Rural en este semestre que coincide con la presidencia española del Consejo de la Unión Europea (UE).
A pie de campo, en los pueblos y desde las diferentes organizaciones, las mujeres rurales enfocan sus reivindicaciones, que son bien conocidas y que se concentra en la desigualdad con diferentes aristas: laboral, del acceso a servicios, del ámbito de los cuidados y la digitalización.
La brecha de género entre el mundo rural y urbano
La digitalización supone una fisura para las emprendedoras rurales, para que puedan trabajar con todas las facilidades en el campo, explica la presidenta de la Federación Nacional de la Mujer Rural (Femur), Juana Borrego.
Uno de los mensajes de la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer) es la búsqueda de un pacto entre lo rural y lo urbano que rompa con las desigualdades y fomente las competencias digitales en el medio rural.
Desde la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (Amfar) pone en valor su papel en el sector agroalimentario que en muchos casos es la base económica de los pueblos.
El papel de la mujer en el entorno rural es “garantía de relevo generacional” y de “supervivencia”, ya que, a juicio de la presidenta de Amfar, Lola Merino, cuando la mujer se incorpora al sector agrario se “crea empleo” y se “fija población”.
La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) recuerda la violencia machista en el entorno rural, pues aún no se ha alcanzado una igualdad de género real.
Desde la Confederación de Mujeres del Mundo Rural (Ceres) en España su presidenta, Inmaculada Idáñez, resalta el papel de las mujeres como “productoras” de alimentos.
Sin embargo, el papel que se les ha impuesto tradicionalmente de “cuidadoras” del hogar, del medio y de los mayores se perpetúa y la brecha de género y la falta de servicios hace que recaiga en ellas las tareas del cuidado.