
Portada del cómic 'El secreto de la fuerza sobrehumana' RESERVOIR BOOKS
Alison Bechdel, pionera de las viñetas de género, regresa con “El secreto de la fuerza sobrehumana”
Tras nueve años de silencio, la escritora e ilustradora estadounidense, Alison Bechdel, pionera de las viñetas de género, regresa con su nuevo cómic “El secreto de la fuerza sobre humana”. Un libro en el que realiza un recorrido que permite al lector conocer en profundidad cómo se ha ido adaptando en cada etapa de su vida y las expectativas a las que se enfrenta.
La ganadora de cinco premios Tony y creadora del “Test de Bechdel”, que evalúa la brecha de género en las películas, sorprende con una nueva obra en la que ilustra temas a los que suele hacer referencia, como el poliamor o la libre sexualidad, desde un enfoque personal, donde la protagonista de la obra es la relación de la autora con el deporte.
Desde Vermont (1960, Estados Unidos) y con su gato merodeando entre sus manos, Bechdel reconoce que en su tercera obra de memorias gráficas -tras “Fun Home” y “¿Eres mi madre?”- le resultó “bastante difícil” manejar todos los conceptos que incluye en este cómic, publicado por Reservoir Books.
“Pensé que me iba a centrar más en el ejercicio físico, pero a medida que fui avanzando otros aspectos de mi vida parecía que iban conectándose: mi vida creativa, mi vida sentimental, y esta idea fundamental en la búsqueda para trascender en mi yo cotidiano y dejar atrás mi yo doloroso, y llegar así una especie de estado de éxtasis en el que yo pudiera librarme de mi misma”, comentó la autora durante la presentación telemática del volumen.
Y de ahí esos ocho años de trabajo, “un proceso larguísimo”, que es fruto no sólo de que lo que aborda es su “vida cotidiana”, sino porque en estos años también sufrió un “bloqueo”.
“Digamos que duró mucho tiempo porque me quedé atascada, que es lo contrario a fluir. Me estaban pasando muchas cosas en mi vida, como que “Fun home” se convirtió en un musical en Broadway y me transformó la vida. Fue bonito pero me distraía, y al mismo tiempo apareció Donald Trump. No pensé que esto fuera a influir en mi carrera profesional pero me fue difícil concentrarme”, reconoce.
Eso y que, según precisó, se “permitió” esa tranquilidad porque no tenía prisa: “fue un lujo porque el libro desarrolla décadas de mi vida y por esa misma razón necesitaba tomarme mi tiempo porque tenía que vivir los diez años del último capitulo y necesitaba cumplir mi cincuentena. Cumplí 60 al final del libro”.
De niña a adulta
Pionera en la viñeta de género con las tiras de “Unas lesbianas de cuidado” (publicadas desde 1983 a 2008), Bechdel cuenta al lector en “El secreto de la fuerza sobrehumana”, un tema importante que es el de hacerse mayor y ver que el cuerpo ya no siempre te sigue. Una realidad a la que encuentra explicación, la de aceptar que uno de hace mayor.
“En el capítulo final es cuando estoy en la cincuentena y cuando empieza la menopausia, que fue un periodo muy difícil para mí en el que se produjeron cambios físicos, pero sobre todo lo que noté es cambios de humor, tenía depresiones o tristezas. Afortunadamente fue algo temporal pero fue un momento en el que abrí los ojos y fue como echar un vistazo a lo que puede ocurrir, me pude dar cuenta de cómo es el proceso de envejecimiento de cara al futuro”, relata.
“Perder la fuerza física en parte afectó e influyó en el libro. Siempre he hecho mucho deporte y tenía esa ilusión de que iba a poder y que el ejercicio me iba a permitir seguir siendo fuerte y de repente en la cincuentena me di cuenta de que no, que cada vez era más frágil y más rígida, pero no es algo terrible”, ha confesado.
La autora ha contado también, como plasma en su cómic, que ella hace ejercicio para sentir “esa especie de flujo y fluir”. Una manera de conseguir ese estado “en el que uno está conectado con lo que hace y no se da cuenta de que pasa el tiempo y se olvida de sí mismo”.
Por eso, recomienda, que ante algunos problemas como la menopausia y el insomnio lo mejor es “salir a correr”.
Cómics con relatos de verdad
Con una carrera que arrancó a principios de los años 80, Bechdel (Lock Haven, Pensilvania, Estados Unidos, 1960) ha recordado cómo en estos años los cómics empezaron a ser no solo de superhéroes, sino para contar “relatos de verdad”.
“Y yo fui una de las personas que me beneficié de ese cambio. A lo largo de mi carrera el cómic se empezó a tomar en serio, como literatura; pero a mí lo que me parecía atractivo era que no era literatura, sino que estaba fuera de la literatura y todo se analizaba y se criticaba, y era más libre. Si el cómic hubiera formado parte del mundo literario, cuando empecé, no me hubiera metido en ello, como artista joven que era no me hubiera atrevido”, ha dicho.
Por eso, ha concluido, fue en estos años cuando arrancó sus tiras sobre la vida de dos lesbianas, una etapa en la que este relato “no era normal“, pero ella se sentía “muy a gusto” estando en “la sombra”.
El test de Bechdel
La autora también fue partícipe, junto con unas amigas, de la invención del test Bechdel. Se trata de un método en el que se evalúa la brecha de género en las películas. Una de sus compañeras declaró que vería aquellos films en los que “aparecen al menos dos personajes femeninos, hablan entre ellas y lo hacen sobre un tema que no sean los hombres”.
Este sistema ha sido aceptado por importantes instituciones del mundo del cine. Esto ayudó a comprobar que, en la época en la que se ideó, la mayoría de cine no pasaba este test, ya que “antes el personaje masculino era el personaje universal y el único que importaba. Y ahora las películas cuentan cosas de todo el mundo”, concluye Alison.