
La arquitecta francesa Anne Lacaton se refleja en la maqueta de unos de sus proyectos. EFE
Mujeres y arquitectura: poco reconocidas y peor pagadas
La brecha salarial, la escasa visibilidad de las mujeres que trabajan en el sector y las dificultades para ser contratadas, acceder a cargos directivos y ser reconocidas profesionalmente son algunos de los problemas a los que se enfrentan en la actualidad las mujeres arquitectas.
Así lo ha explicado a Efe la arquitecta e investigadora argentina Inés Moisset de Espanés, quien ha participado en el Encuentro Internacional “Género, arquitectura y ciudades” (GAC), unas jornadas organizadas por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y la asociación de arquitectas canarias “Marca Púrpura” y en las que se ha debatido sobre el papel de las mujeres en este sector.
La brecha salarial
Uno de los problemas más llamativos a los que se enfrentan las mujeres arquitectas “es la brecha salarial que existe y que puede ser de hasta un 30 % de diferencia dependiendo del país”, ha lamentado Moisset.
La arquitecta forma parte del colectivo “Un día, una arquitecta”, una iniciativa que nació en el año 2015 y que, desde entonces, ha publicado “unas 2.000 historias de arquitectas, una cada día”.
Una profesión de hombres
El objetivo de este colectivo, ha explicado la argentina, es “dar visibilidad a las mujeres en la arquitectura”.
Otras de las dificultades a las que se enfrentan las mujeres es que la arquitectura está considerada “una profesión de hombres” y que, en ocasiones, “los estudios se niegan a contratar a mujeres por el tema de la maternidad“, ha destacado la arquitecta e investigadora.
Asimismo, las mujeres “tienen dificultades para acceder a los cargos directivos de universidades y asociaciones profesionales y tampoco son mencionadas en los libros, han desaparecido de la historia de la arquitectura”.
Premios
Sin embargo, hay mujeres en esa profesión desde que se acondicionaron las cavernas como el primer espacio habitado por la especie y las había en el Imperio Romano, en la Edad Media y en el Renacimiento, ha recordado.
Moisset ha señalado que también existen dificultades “para acceder a los espacios de representación como los premios, donde se valora más la actividad de los colegas masculinos, y las arquitectas tampoco son invitadas a dar la voz o a exponer en congresos”.
Además, en el sector de la construcción la mayoría de los trabajadores son varones y el acceso es muy difícil para las que quieren ser albañiles o formar parte de la mano de obra de la construcción, ha lamentado la arquitecta.
Katherine Briçonnet
Muchas mujeres han colaborado en las grandes construcciones de la Historia pero Moisset ha destacado a Katherine Briçonnet, quien se encargó en el siglo XIII de la construcción del Castillo de Chenonceau, la obra Patrimonio de la Humanidad más visitada de Francia.
En la actualidad, al Castillo de Chenonceau se le conoce también como el castillo “de las damas” o “de las mujeres”, porque a lo largo de los siglos han sido éstas las encargadas de los trabajos de su construcción.