
La escritora madrileña Almudena Grandes.
Almudena Grandes: “En carrera de los honores hay un techo de cristal antibalas”
Almudena Grandes, una de las escritoras más queridas por el público –solo hay que ver las largas colas que se forman con sus incondicionales en la Feria del libro-, es una mujer combativa que siempre tiene el ojo atento a la actualidad. Acaba de publicar “La herida perpetua” (Tusquets), donde reúne 10 años de artículos y columnas para El País, en los que habla de todo, la crisis y la situación de España.
De las mujeres considera que “la realidad no se puede esconder”.
“Las mujeres somos la mayoría de la población, algo de lo que muchas parece que no se dan cuenta y se comportan como si no lo supieran. Somos la mayoría de la población y estamos reclamado una parte del pastel que controla la minoría. No tiene sentido”.
“El feminismo es la única revolución con expectativas de crecer”
“El feminismo, ya de entrada, es la única revolución social del siglo XX que triunfó y eso no se puede olvidar. De todas las revoluciones del siglo XX, la única que ha llegado viva y con expectativas de crecer en el XXI es el feminismo”.
“Pero yo creo que este empuje de los últimos años ha consolidado el movimiento, que es imparable y transversal. En los últimos años, un montón de mujeres que decían que no eran feministas, incluso reaccionarias, mujeres que se consideraban conservadoras han empezado a preguntarse qué ha pasado con ellas. Sí ellas nunca han pagado un precio por ser mujeres y la respuesta es que sí”.
P.- Pero ante este avance del feminismo, frente a esta acción también se ha despertado una reacción, ¿cómo lo ve?
R.- Claro que hay una reacción, naturalmente. Ahora creo que hay mucho menos hombres feministas. Cuando teníamos el techo de cristal más lejos, había más hombres feministas, a medida que nos vamos acercando ya empieza lo de: ‘os estáis pasando’… Pero eso es inevitable, y al tiempo no se puede esconder.
Machismo en la literatura
P.- ¿Hay machismo en el mundo del libro?
R.- En el mundo del libro sí, como en todos los sectores de las sociedad. Hay techos de cristal, pero es distinto. Para empezar muchas mujeres trabajan en las editoriales. Pero todos los jefes en España son hombres, la cúpula máxima de las editoriales son hombres, hay muchas mujeres en puestos bajos e intermedios e intermedios altos. Hay muchas directoras de editorial, y desde el punto de vista de las escritoras, que es lo que controlo, lo que sí es evidente es que hay un techo de cristal, que es más invisible que otros.
Y es más invisible porque no tiene que ver con el éxito editorial, ni con las ventas, ni con el número de lectores, porque es verdad que partiendo de la base de que las lectoras de ficción son muchas más que los lectores de ficción, aquí tu vales por lo que venden tus libros. Pero lo que ocurre es que en lo que se llama la carrera de los honores hay un techo de cristal antibalas.
Cuando yo gané el Premio Nacional este año, no me podía creer que fuera la séptima en noventa años. Es que hice el ridículo, porque me preguntaron qué me que parecía ser la séptima y yo decía es imposible es un error. Ahí es donde se ven los problemas, en la carrera de los honores, puede ser que te de un premio, que te hagan homenajes que decidan poner tu nombre, pero todavía hay una gran diferencia, como pasa como con Ana María Matute, que opta al titulo de mejor escritor español del siglo XX sin distinción de género y Ana María está como por ahí…
Almudena Grandes: “España es un problema para los españoles”
P.- ¿Vienes a firmar a la feria “La herida perpetua”, un libro donde analizas los problemas de este país. ¿ Te duele España, como a Unamuno?
R.- Bueno, como a Unamuno no. Pero sí me duele, y a veces mucho. Me parece que España es un problema para los españoles y eso se debe a que es un país anormal, no es un país como los demás. España es solo un país como los demás cuando la selección juega un mundial de fútbol, pero durante todo el resto de tiempo hay muchos millones de personas que se apellidan García, que se apellidan López, que nunca serán más que españoles, que no tendrá nunca otra nacionalidad; que no se reconocen en la bandera, en los símbolos nacionales y piensan que España es algo que no tiene nada que ver con ellos y eso es una anomalía y una herida abierta.
Media España considera que medio país es suyo porque lo han heredado de sus abuelos y que los únicos que pueden tener poder son ellos y que los únicos patriotas son ellos porque llevan un pulserita con la bandera y media España tiene estos problemas. Y a nadie se le ocurre que el patriotismo puede ser también pagar impuestos, para que en España se conserve la magnifica sanidad pública que tenemos, para que se mejore las infraestructuras, la investigación o la enseñanza o la educación.
Y este libro trata un poco de eso. Son las columnas que he escrito sobre España en lo últimos 10 años y aquí la palabra clave es crisis, pero no hablo solo de la crisis económica, porque yo creo que la crisis económica ha sido solo una de las muchas que han coexistido en este país en esta década. Ha habido una crisis territorial, una crisis institucional con instituciones sagradas. Creo que hay una crisis moral, de falta de fe de los españoles en las instituciones, en la Democracia. Hay una crisis de desprestigio de la política y de todas esas crisis trata este libro.