¿Es Suecia el campeón de la igualdad?

Patricia Crespo - 4 noviembre, 2019

Presume de ser el país con el gobierno más feminista del mundo, lidera los ránking sobre igualdad y tiene una experiencia de décadas en medidas para fomentar la conciliación. Pero Suecia quiere más. Con “retos y desafíos” por afrontar dentro de sus fronteras, está volcado ahora en su “política exterior feminista”.

Cuando se le pregunta al nuevo embajador de Suecia en España, Teppo Tauriainen, si se puede decir que su país es el campeón de la igualdad prefiere quedarse en un “estamos bastante bien” y reconocer que queda camino por andar.

Un camino en el que la Unión Europea avanza “a paso de tortuga”, según el informe del Instituto Europeo de Igualdad de Género, que sitúa de nuevo a Suecia en su edición de 2019 como líder en igualdad (España ocupa el noveno lugar).

Permiso de paternidad

Para entender cómo ha llegado Suecia a ocupar este lugar hay que remontarse varias décadas atrás. Por ejemplo, el permiso de paternidad se implantó en 1974. Fue el primer país que puso en marcha los permisos parentales, con tres meses para cada progenitor.

En la actualidad, la licencia remunerada parental por nacimiento es de 480 días (16 meses), de los que 90 días (3 meses) están reservados para cada uno de los progenitores y son intransferibles, mientras el resto del tiempo se puede repartir entre ambos (En España habrá que esperar hasta 2021 para que los permisos sean de 16 semanas para los padres).

“Las mujeres en Suecia han podido entrar en el mundo laboral de una manera más activa que en otros países”, explica Tauriainen. Un proceso en el que, afirma, hay dos claves: los permisos parentales y los impuestos. A finales de los años 60 se estableció que la mujer y el hombre eran individuos en cuanto a los impuestos y que podían pagarlos de manera separada (en España esto se puede hacer desde 1991). 
“La segunda parte -explica el embajador- fue cómo organizar el cuidado de los menores, porque, claro, si no hay un sistema para cuidar a los niños alguien tiene que estar en casa y normalmente era la mujer”. Hoy, en Suecia, cada familia que quiere tener una plaza de guardería para su hijo puede tenerla, con un coste además “relativamente bajo”.
En este proceso también ha tenido mucho que ver el cambio de mentalidad en la sociedad. “Al principio había muchos hombres que no cogían estos días. Hoy las cifras han aumentado muchísimo, solo hace falta caminar por las calles de Estocolmo para ver a mujeres y hombres paseando a sus hijos pequeños. Eso hace diez años no era así”.

Cuotas y representación femenina

Entre los retos y desafíos el embajador apunta al sector de los negocios. En estos momentos las mujeres ocupan el 30% de las juntas directivas de empresas (en España, según el último informe de la CNMV las mujeres consejeras en el Ibex no llegan al 24%, porcentaje que baja al 16% en la alta dirección). 

Suecia no tiene un sistema de cuotas obligatorias para que las mujeres estén en los puestos directivos de las empresas. Es un tema que se ha discutido, cuenta el diplomático, pero el Gobierno ha optado por empezar por una acción voluntaria, incentivándolas. “Si eso no resulta hay que pensar también en cuotas”, asegura Tauriainen en la primera entrevista que concede a un medio español. 

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El embajador de Suecia en España, Teppo Tauriainen, durante la entrevista con Efe. EFE

Brecha salarial en Suecia

Los datos de brecha salarial también colocan a Suecia en un lugar privilegiado. Es, junto con Islandia, el país de la OCDE con mejor desempeño en este ámbito.

Otro de los retos es la incorporación de las mujeres a las carreras técnicas. “Ahora estamos en un 35% de quienes entran en la universidad para estudios técnicos, pero quisiéramos subir”.

Teletrabajo

Suecia es también uno de los alumnos más destacados en la aplicación del teletrabajo. “Se trata de dar flexibilidad”, explica el embajador. El desarrollo de esta modalidad de trabajo “no ha sido tan rápido como se esperaba hace una década”.
Los estudios, sin embargo, como el de la Organización Internacional del Trabajo vuelven a poner a Suecia entre los países donde más se ha avanzado porque allí los jefes son más proclives a su uso. En 2018, según el Instituto Oficial de Estadística sueco, el 52% de empresas tienen implantado este modelo de trabajo. En el caso de los funcionarios el porcentaje es del 51% (un 6,7% en España).

“Creo que eso también es el futuro, que hay que organizarlo de manera que puedas combinar las necesidades del lugar de trabajo pero también las necesidades de las familias”, sostiene Tauriainen, quien pone como ejemplo a la compañía telefónica más grande del país. En su nuevo edificio no hay espacio para todos los trabajadores, sólo para el 75%, el resto se calcula que están de viaje o trabajan en casa.

“¿Salir a las ocho del trabajo? “No, no, no, no. Eso sería imposible en Suecia”, dice el embajador

Los horarios

En Suecia los horarios también ayudan a la conciliación. Allí se trabaja ocho horas al día, “pero intentamos tener un horario flexible en cuanto a cuándo se empieza y cuándo se termina”. Eso hace que quede tiempo “también para la familia en la tarde”. En Suecia no se trabaja después de las cinco y media y se tiene un tiempo para el almuerzo de entre 30 y 40 minutos.

Lo de salir a las ocho, como en muchos trabajos en España, es impensable para los suecos. “No, no, no, no. Eso sería imposible en Suecia”, zanja el embajador.

Como las ventajas no vienen solas, el “prime time” (la hora de máxima audiencia en la que las televisiones ponen sus series o programas estrella) es a las ocho, con un informativo a las siete y media y otro a las nueve.

Violencia contra las mujeres

Entre los desafíos, junto a la presencia de mujeres en el mundo empresarial, el embajador cita también la violencia contra las mujeres, donde el número de casos aumenta “pero solamente -puntualiza- en la población extranjera”.
“En los últimos años hemos recibido muchos inmigrantes de otras culturas. Hemos visto que con esto viene también  una actitud un poco diferente entre mujeres y hombres y eso explica en parte por qué las cifras han subido (…), los inmigrantes también son parte de la sociedad sueca y hay que asegurarse que ellos también puedan respetar los valores que tenemos en nuestro país”, señala. 
Los datos, en este caso, no son comparables con España porque allí se refieren al ámbito familiar, no se especifica la relación que ha tenido la víctima con el asesino (puede ser su padre, su hermano, su marido…). Durante 2018 fueron asesinadas 33 mujeres en Suecia.

Respecto a la definición de violación sobre la base de la ausencia de consentimiento, Suecia es uno de los países que cuenta con una ley basada en este supuesto, que entró en vigor en julio de 2018. “El sexo debe ser voluntario, si no lo es, entonces es ilegal”, dijo el Gobierno al anunciar el cambio normativo.

Política exterior feminista

Suecia asegura además que fue el primer país del mundo en poner en marcha “una política exterior feminista”, en 2014. Una política que se resume en tres “erres” (en inglés): Representation (representación), rights (derechos), resources (recursos).
“En cuanto a derechos, se trata de que las mujeres también puedan disfrutar plenamente los derechos humanos. En cuanto a la representación, se refiere a la política y empresarial y cuando hablamos de recursos nos referimos a empoderamiento económico”, señala el embajador, quien añade: “se ayuda a los países que tienen dificultades o que tienen peores índices de igualdad a superar esas barreras”.
Ejemplos de esta acción exterior feminista son la política comercial o la de seguridad. “Hablamos de cuál es el rol de las mujeres en cuanto a mediación, a fomentar la paz en el mundo, a evitar guerras, porque históricamente no han estado involucradas en esos temas. Tenemos un grupo de embajadoras que participan en actividades de mediación en el tema de política comercial, intentamos pensar cuál cuáles son los efectos por ejemplo de acuerdos comerciales en cuanto a las mujeres”. 
Trabajan además en los organismos internacionales, como Naciones Unidas, y promueven de manera decidida la educación de las niñas para aumentar las tasas de empleo femenino.