El papa Francisco critica la discriminación laboral por género

Durante la audiencia al sindicato mayoritario italiano Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el papa Francisco ha rechazado todas las prácticas en las que la “dignidad humana se pisotea por la discriminación de género” y se ha preguntado por qué “una mujer tiene que ganar menos que un hombre”.

En su discurso en el aula Pablo VI del Vaticano ante los 5.000 miembros de la CGIL, Francisco también ha lamentado que despidan de sus trabajos a las mujeres embarazadas para así no tener que pagarles la baja por maternidad.

Para el papa Francisco, estas prácticas son “distorsiones del trabajo” y ha aludido, además de a la discriminación de género, a los contratos precarios de los jóvenes, a los despidos generalizados y a “que muchas personas sufren aún la falta de un trabajo o de un trabajo digno”.

Entre sus denuncias al ámbito laboral, el papa también ha expresado su preocupación por “la explotación de las personas, como si fueran máquinas de alto rendimiento”.

“Hay formas violentas, como la esclavitud de los jornaleros en la agricultura o en la construcción y otros lugares de trabajo, la obligación de turnos masacrantes, la rebaja de los salarios, el desprecio de la maternidad, el conflicto entre trabajo y familia… ¡Cuántas contradicciones y cuántas guerras entre pobres se producen en torno al trabajo!”, ha denunciado el pontífice.

Justicia laboral

El obispo de Roma también ha señalado que sigue “habiendo demasiados muertos, mutilados y heridos en el trabajo” y que “cada muerte es una derrota para toda la sociedad”.

“En vez de contarlos al final de cada año, deberíamos recordar sus nombres, porque son personas y no números. No permitamos que el beneficio y la persona se pongan al mismo nivel. La idolatría del dinero tiende a pisotear todo y a todos y no aprecia las diferencias”, ha expresado.

También ha aseverado la necesidad de “tomar en serio la vida de los empleados y las normas de seguridad”, pues “sólo una sabia alianza puede evitar accidentes, que son tragedias para las familias y las comunidades”.

Y ha recordado a los representantes sindicales de CGIL que “no hay sindicato sin trabajadores y no hay trabajadores libres sin sindicato”.

Por último, el papa Francisco ha sentenciado que “vivimos en una era que, a pesar del progreso tecnológico y a veces precisamente por ese sistema perverso que se define a sí mismo como tecnocracia, ha defraudado parcialmente las expectativas de justicia en el trabajo”.