
El presidente del Instituto Weizmann de Ciencias, Alon Chen, durante la entrevista concedida a Efe. EFE/Javier Liaño
Las mujeres son más propensas a sufrir estrés
El estrés ha sido el enemigo silencioso de la pandemia: ocho de cada diez personas en el mundo están estresadas. No obstante, estas cifras no son iguales para ambos sexos. El neurocientífico Alon Chen, presidente del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel sostiene que “tiene mayor prevalencia en las mujeres que en los hombres”.
Esta dolencia es uno de los desafíos para salud física y mental en el siglo XXI. Sin embargo, el incremento de los casos no se corresponde con loa avances en investigación. El experto en estrés lamenta que los tratamientos no han evolucionado “lo deseable” y no existen terapias de precisión.
Chen, quien ha participado en una conferencia en la Fundación Ramón Areces sobre “Misterios de la mente humana: el futuro del cerebro y las ciencias neuronales”, subraya que es imprescindible seguir investigando para poder ofrecer una solución a dolencias y patologías mentales más adecuada a cada paciente.
La investigación: responsabilidad conjunta
“En estos dos últimos años de pandemia nos hemos dado cuenta de lo importante que es la salud mental, más aún tras revisar los últimos datos de suicidios y cómo ha afectado a todas las capas de la población, provocando síndromes postraumáticos”, advierte Chen.
Por todo ello, el estudio del cerebro, en su opinión, no es solo responsabilidad de biólogos y médicos, sino de matemáticos, físicos, psicólogos, para atender tanto los factores ambientales como los aspectos genéticos.
¿Por qué tratamos a todos igual en una enfermedad tan compleja? Es la pregunta que se hace el también director del Instituto de Psiquiatría Max Planck en Munich (Alemania), ante la falta de un diagnóstico claro.
En su labor de investigación, Alon Chen, junto con los 40 diferentes equipos que dirige, se centra en los procesos biológicos mediante los cuales se desarrollan el estrés y la ansiedad en nuestros cuerpos, así como los mecanismos en el cerebro que son activados por estos estados mentales.
Factores que favorecen el estrés
Sobre la predisposición a padecer este tipo de trastornos, menciona dos ejemplos para resaltar la importancia del desarrollo desde el vientre materno y afirma que “si pensamos en una mujer embarazadaque vive en una zona en guerra, ella está preocupada todo el tiempo en cómo sobrevivirá ese bebé en el conflicto y se lo va transmitiendo”.
Si finalmente el parto se produce en una ciudad como Madrid, resulta que “en esos nueve meses el bebé ha sido diseñado para estar atento”, alerta a cualquier peligro; lo que puede generarle desde un principio un déficit de atención, “no ha sido diseñado para estar ocho horas sentado”.
Otros factores como la pobreza pueden generar señales que se transmitirán en el desarrollo al cerebro y al organismo del bebé y, en el futuro, aunque se alimente igual que los demás niños de su clase, su organismo acumulará más nutrientes y podrá llegar a desarrollar trastornos alimenticios, obesidad, diabetes, etc.
Nuevos descubrimientos
De esta forma, Chen considera urgente no frenar el estudio del cerebro hasta que se sea capaz de descubrir “por qué un niño de 7 años tiene tendencias suicidas”.
En este campo, el profesor y sus colaboradores han descubierto genes, proteínas y circuitos neuronales que juegan un papel crucial en estos fenómenos.
También han encontrado mecanismos epigenéticos y circuitos de procesamiento de información en el cerebro que están relacionados con la ansiedad, la depresión, los trastornos alimentarios y los síndromes metabólicos