
Fotografía facilitada por Columbia Pictures, de las actrices Emma Watson (i), Saoirse Ronan (2d), Eliza Scanlen (2i) y Florence Pugh.
Mujercitas: la revisión más feminista de un clásico
Pocos libros han sido objeto de tantas adaptaciones cinematográficas como “Mujercitas”, obra de Louisa May Alcott.
En las seis ocasiones que se ha llevado a la gran pantalla, sin contar obras menores, el personaje principal Josephine March, y también el de sus tres hermanas, han ido mutando, siendo las mismas y diferentes cada vez.
Nominada al Óscar en la categoría de mejor película, la última de estas adaptaciones, a cargo de la guionista y directora Greta Gerwig, es la que nos ofrece a la Jo March más ambiciosa, rebelde y feminista de todas y otorga a otras compañeras de reparto, como es el caso de Florence Pugh (que interpreta el papel de Amy), de una personalidad crítica con la situación de las mujeres de la época hasta ahora no explorada.
“Es que siento que las mujeres tienen mente, tienen alma, además de corazón, y tienen ambición. Tienen talento, además de belleza, y estoy harta de que la gente diga que una mujer solo vale para el amor, no lo soporto”, afirma Jo March, en una de las escenas finales de la película, en un diálogo con su madre que es toda una declaración de intenciones.
La transformación de Jo en Mujercitas
De la primera Jo March, interpretada por una jovencísima Katharine Hepburn en las “Mujercitas” (1933) de George Cukor, a la que da vida en esta última versión la actriz Saoirse Ronan -nominada también como mejor actriz en los Óscar, se ve cómo la temperamental protagonista expresa con más claridad sus ideales y valores y su defensa del feminismo.
“Estoy enfadada casi todos lo días de mi vida, no soy paciente por naturaleza, pero tras casi cuarenta años de esfuerzo aprendo a no dejarme llevar por la ira”, afirma la madre de Jo en la última adaptación
Si la Jo de Katharine Hepburn protestaba porque no quería ser elegante ni cursi, ni una señorita (“No lo soy. Y si es por recogerme el cabello, lo llevaré suelto hasta los cien años”) y prometía a su padre que dejaría de ser “tosca y salvaje” para “ser una mujercita en vez de querer ir a la guerra a ayudarlo”, la de Saoirse Ronan es más contemporánea y moderna.
La última Jo nos permite conocer además una cara diferente de su madre, interpretada por Laura Dern, que destila todo el malestar de una generación de mujeres rebeldes atrapadas en una vida incompletamente feliz, como se puede comprobar en este diálogo entre ambas:
Jo: – “Cuando la pasión me invade, me vuelvo tan salvaje que podría herir a cualquiera y disfrutarlo”.
Marmee: – Me recuerdas a mi misma.
Jo: – Tú nunca te enfadas.
Marmee: – Estoy enfadada casi todos lo días de mi vida, no soy paciente por naturaleza, pero tras casi cuarenta años de esfuerzo aprendo a no dejarme llevar por la ira.
Jo: – Pués yo haré lo mismo.
Marmee: – Espero que lo hagas mucho mejor que yo. Hay ciertos temperamentos demasiado nobles para refrenarlos y demasiado altivos para doblegarlos.
La otra Amy
Pero quizá el personaje que cobra más fuerza en esta versión, seleccionada por el American Film Institute como una de las mejores películas de 2019, es el de Amy, cuya interpretación le ha valido a Florence Pugh otra nominación al Óscar.
“Solo soy una mujer, y como mujer no tengo forma de ganar dinero por mi cuenta, no lo suficiente para ganarme la vida para mantener a mi familia. Y si tuviera dinero, que no tengo, ese dinero pertenecería a mi marido. Y si tuviéramos hijos serían suyos, no míos, serían de su propiedad. Así que no te sientes ahí a decirme que el matrimonio no es una proposición económica, porque lo es, tal vez no para ti, pero sin duda lo es para mi”, protesta ante un sorprendido Laurie, interpretado por Timothée Chalamet.
“Cada generación merece que se vuelva a contar esta historia”
Preguntada por este monólogo y si consideraba que “Mujercitas” es un cuento feminista, la actriz señaló a Efe que cada generación “merece que se le vuelva a contar esta historia de la forma en que lo necesite”.
El eco particular con que revive ahora la historia creada hace 152 años es fruto del momento actual y de lo vivido en los últimos años, en especial con movimientos como el “Me Too”.
El hecho de ser mujer en la época de Mujercitas
“Los temas que trata el libro son el dinero, el arte, la ambición y la creación, y la forma en la que esto interactúa con el hecho de ser mujer. Son las mismas cuestiones que están en el debate ahora mismo de manera tan intensa”, afirmó Gerwig a Efe.
Gerwig no esconde que este proyecto, nominado también al Óscar al mejor guión adaptado, ha tenido un significado personal: la película está llena de guiños a la autora del libro, Louisa May Alcott, de quien alaba su valentía y la convicción con la que vivió según sus ideales, y su libro “que permitió a muchas mujeres ser valientes”.
“Cuando May Alcott escribió la novela no quería que Jo se casara. Fue una decisión de audiencia porque su editor probablemente le dijo que era la elección inteligente para el negocio. Por eso a esta ‘Mujercitas’ quería darle un final que gustara a May Alcott, honrando la decisión empresarial que tomó pero dándole un giro”, explica la directora.
Sorprende que la necesidad de esta nueva adaptación viniera de sus productoras, Amy Pascal, Denise Di Novi y Robin Swicord, las mismas de la versión de 1994 con Winona Ryder, una apuesta que vino sin duda de la voluntad de recuperar la novela después del huracán que causó el “Me Too” en la meca del cine.