“Flores en el aire”, una iniciativa reparatoria a víctimas de feminicidio en Ecuador
“Flores en el aire” es una herramienta digital de memoria y reparación para las víctimas de feminicidio en Ecuador, un mapa con rutas que narran a través de sus seres queridos los recuerdos, anécdotas y vivencias de las mujeres asesinadas.
Los relatos de los y las participantes son para recordar con cariño a sus hijas, hermanas y amigas que ya no están, pero también para demandar un cambio en los dolorosos y revictimizantes procesos en lo que están inmersos para encontrar justicia y reparación.
La presentación de la herramienta y de sus nuevas rutas se ha realizado con testimonios de familiares de víctimas de feminicidio de diversos lugares de Ecuador, en el marco del Foro Nacional “Vivir Libres de Violencias”, de la Iniciativa Spotlight, una alianza global entre la Unión Europea (UE) y Naciones Unidas para eliminar la violencia machista.
Entre los testimonios agregados a la plataforma está el de Janet Sierra, madre de Camila Aguilera, una joven universitaria que murió en junio al ser presuntamente lanzada desde un decimosexto piso de un exclusivo edificio de Quito, algo que se investigó como suicidio cuando, para ella, no hay dudas de que fue un feminicidio.
“No fue un suicidio, fue un feminicidio como muchos otros que no están en las estadísticas”, ha señalado Sierra.
Sierra también ha acusado a las instituciones estatales de ser las cómplices del feminicidio de su hija al no revisar que el sospechoso del crimen tenía tres acusaciones por violación “y no fue detenido”.
“La historia de siempre: la culpa es de la víctima”
Otro relato es el de Ruth Montenegro, madre de Valentina Cosíos, una niña de 11 años violada y asesinada en 2016 dentro de su propia escuela en el Valle de los Chillos, aledaño a Quito.
“Directivos y maestros las dejaron en soledad, omitieron el cuidado y su responsabilidad, un feminicida la abusó y la asesinó, pero para la Policía y el Estado, tan sólo es una cifra más”, ha denunciado Montenegro entonando una canción llena de dolor.
“Pese a denunciar su desaparición el mismo día, la Policía nunca activó ninguna búsqueda. Casi 24 horas después la encontramos dentro de la escuela con signos de agresión sexual, muerta. Cuando la Fiscalía y la Policía llegaron, presumieron que era un accidente, como sucede con la gran mayoría de feminicidios en Ecuador”, ha añadido.
Asimismo, Montenegro ha recordado que “no se tomaron las evidencias necesarias ni se hicieron las diligencias debidas, y ya vamos con seis años de impunidad. La historia de siempre: la culpa es de la víctima”.
Más testimonios
Similar sensación es la que vive Yanira Lavanda, madre de Angie Carrillo, otra estudiante universitaria de 19 años asesinada, cuyo cuerpo tardó más de dos años en encontrar.
“La encontré en una quebrada donde botan basura, en una tierra baldía. Solo encontré sus osamentas”, ha relatado Lavanda sobre su hija, natural de la provincia amazónica de Sucumbíos.
“¿Qué harían si les pasara a ustedes? ¿Acaso no tendrían las ganas de quemarlo absolutamente todo? Fueron dos años de agonía. Ni Fiscalía ni Policía daban respuestas sobre el paradero de mi hija, y siempre le manifesté a la Fiscalía que la persona que pudo desaparecerla era su exnovio”, ha agregado.
Otra ruta del mapa de “Flores en el aire” es la de joven Brenda García, de la provincia de El Oro, en la costa sur de Ecuador, asesinada por su pareja al enterarse que estaba embarazada de él y hasta ahora lleva tres años prófugo de la Justicia, según ha contado el padre de la víctima, Dani García.
Feminicidios en Ecuador
“Flores en el aire” se ha desarrollado con el apoyo del Laboratorio de Aceleración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), una de las tres agencias de la ONU implementadoras de la Iniciativa Spotlight en Ecuador, junto a ONU Mujeres y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
“Es una herramienta que podemos llevar para la sensibilización de la sociedad y de las instituciones, para abrir los corazones y la empatía, y de esa forma también tener un mejor servicio”, ha explicado Matilde Mordt, de PNUD.
Por su parte, la presidenta de la Fundación Aldea, Geraldina Guerra, ha señalado que “el mapa es muy importante para saber la historia vida de todas ellas”, porque “no son suicidios, son feminicidios y tenemos que desbaratar esa maraña de justicia para que algo de paz llegue a todos ustedes”.
Guerra también ha recordado que Ecuador vive el peor año de feminicidios y muertes violentas de mujeres desde que en 2014 se tipificó el delito de femicidio.
De acuerdo a la Fundación Aldea y la Iniciativa Spotlight, son 272 los feminicidios ocurridos en Ecuador desde inicios de 2022, mientras que para el Consejo de la Judicatura son 345 las muertes violentas de mujeres, de los que solo 70 se han procesado en la justicia ecuatoriana como femicidio.