
Portada de “El principio de Arquímedes” de Marta Mas, compartida por Plan B.
Marta Mas fotografía el duelo tras una ruptura y el amor perdido en “El principio de Arquímedes”
Para la artista Marta Mas (Begues, Barcelona, 1995) el duelo tras una ruptura se asemeja a “El principio de Arquímedes”, teorema físico que da nombre a su primer libro donde aúna fotografía y texto para darle sentido al pesar experimentado.
La fotógrafa lleva años retratando a personas, un trabajo que le apasiona y que ha logrado profesionalizar bajo su perfil artístico, Leentrelíneas, por el que han pasado actores y músicos como Carlos Cuevas, Stay Homas o Mireia Oriol y en el que explora un tipo de fotografía con la que busca “explicar algo interesante que vaya más allá de la belleza”. Este mismo objetivo motiva la publicación de “El principio de Arquímedes” (Plan B), en el que, a través de la fotografía y textos muy personales refleja el duelo por el amor perdido.
Dos lenguajes interconectados
El libro se inspira en el principio físico del matemático griego Arquímedes para hacer una metáfora sobre cómo el duelo es “aquella certeza de que por mucho que duela siempre subirá en vertical llenando el cuerpo que te ha dejado”.
“Esta metáfora para mí era algo muy aliviador, como una caricia que sirve de conclusión del libro y para decir que la pérdida, por mucho que duela siempre se acabará superando”, reflexiona Mas.
La autora considera que su obra “apela mucho a la mochila emocional de cada uno”, por lo que, aunque cualquier persona la puede leer, “hay un momento vital en el que necesitarás lo que te explico en el libro y si lo estás viviendo o lo has vivido, te devolverá a aquel lugar para hacer las paces con lo que sentiste y ponerle palabras”.
Esta conexión tan mágica entre el lector y las vivencias de la artista se crean a partir de la fotografía y el texto, dos lenguajes que van muy unidos para ella, y que en esta ocasión usa para poner en palabras sus sentimientos, que evolucionan al tiempo que lo hace su escritura.
Vertiente más humana
“Yo en este libro aprendo a hablar”, asegura Mas, y por eso “mi forma de escribir evoluciona en los distintos capítulos cuando voy entendiendo lo que siento y consigo expresarme”.
Acompañando el texto destacan cinco sesiones fotográficas a personas importantes en la vida de la artista, como la primera amiga a la que fotografió de forma profesional, el actor Carlos Cuevas, la actriz Laia Manzanares y otras personas que “directa o indirectamente ilustran parte de mi vida”, detalla.
Su fotografía, que se podría definir como íntima, aunque la artista considera que “en cuanto defines algo, lo mutilas”, procede de una “vertiente más humana, más de aquí, desde la horizontalidad”.
Así pues, todos sus retratos buscan trabajar “de tú a tú” con cada modelo, sin centrarse en la técnica o los parámetros, unas ‘tecnicidades’ que valora solo como “un medio para llegar a lo que busco”, según dice.
Fotografía tras los focos
Marta Mas empezó a publicar sus fotos a través de la red social de Instagram en un perfil artístico con el nombre de ‘leentrelíneas‘, que actualmente acoge a más de 50.000 seguidores, como medio para dar a conocer su trabajo mientras estudiaba filosofía.
“Con mucho morro y mucha suerte”, pero sobre todo con mucho trabajo, Mas consiguió consolidar su trabajo para poder dedicarse completamente a ello tras fotografiar a una multitud de artistas y actores que han viralizado su trabajo.
De ‘leentrelineas’ a Marta Mas “hay una diferencia estilística brutal” remarca, en especial porque en su perfil artístico cuelga aquellos retratos que hace más por placer, mientras que bajo su nombre real ha empezado a dedicarse a la fotografía de conciertos, una nueva disciplina que la “libera”.
“Encontré algo muy bonito en los conciertos, donde confluyen tantas emociones y donde cada bolo y cada canción es distinta”, explica la fotógrafa, que este año acompañará a los grupos Oques Grasses y Stay Homas en su gira.
Tras el duelo vivido y el amor perdido, Marta Mas seguirá haciendo lo que más le apasiona, la fotografía, siempre en un continuo proceso de “cuestionarme el trabajo, replantearlo y hacer algo que no tienes ni idea de cómo es, para sentir que estás arriesgando y conseguir hacerlo bien”, concluye.