Marieta del Rivero: Los datos son el nuevo petróleo del siglo XXI

Patricia Crespo - 25 junio, 2019

Experta en el mundo de las telecomunicaciones y en innovación, Marieta del Rivero es una de las líderes más influyentes de España. Disruptiva, visionaria y con una visión 360 del sector, tiene claro que los datos son en el XXI lo que las finanzas fueron en el XX como motor de desarrollo.

De los retos que plantea la cuarta revolución industrial, la inteligencia artificial y su impacto en todos los sectores, las ciudades del futuro “smart cities” (ciudades inteligentes), de tendencias de futuro y del liderazgo de las mujeres en el mundo empresarial hablamos con ella en el plató de Efeminista.

Pregunta.-  Consejera independiente en Cellnex Telecom, socia de Seeliger & Conde y miembro del Consejo asesor de la Mutualidad de la Abogacía. Con 25 años de experiencia el compañías de tecnología, ha sido directora mundial de marketing de Telefónica y CEO de Nokia Iberia. Es autora del libro “Smart Cities: Una visión para el ciudadano”. Desde su amplia trayectoria en el sector, ¿considera que la tecnología nos hace la vida más fácil o, por el contrario, nos está convirtiendo en sus esclavos? 

Respuesta.- La tecnología es una herramienta, no un fin, y nos debe proporcionar formas y caminos para mejorar todos los ámbitos de nuestra vida. Lo importante, al final, es para qué sirve esa innovación: el propósito. Por eso escribí hace un par de años un libro que pudiese explicar de forma sencilla al ciudadano esos beneficios. Cuando se habla de robotización se habla de desempleo y de gente que se va a quedar sin trabajo… uno de los objetivos que siempre he tenido en mi carrera ha sido hacer ver que esa tecnología, bien aplicada y con un propósito adecuado, lo que nos tiene que traer es progreso a todos los niveles.

P.- En el libro se ofrecen ejemplos de cómo funcionan las “ciudades inteligentes”. Por ejemplo, si hay un accidente, los semáforos se ponen en verde al paso de la ambulancia para facilitar su tránsito. Desde que se publicó el libro, hace dos años, ¿son más inteligentes las ciudades españolas? 

R.- Se ha avanzado bastante, sobre todo en tener disponible en las grandes ciudades nuevas plataformas de datos que sean capaces de incorporar inteligencia conectando todos los servicios de la ciudad. Es, como si dijéramos, el cerebro de la ciudad. Cuantas más conexiones haya, como en un cerebro, más inteligencia. Uno de los retos que teníamos en 2017 es que apenas unas pocas ciudades españolas, una de ellas Santander, junto a Málaga y Valencia, habían apostado no sólo por digitalizar todos los servicios de la ciudad, sino también por implantar esa inteligencia que permite una visión transversal e interconectada de todos los servicios que se prestan en la urbe.

En estos dos años, y gracias también al apoyo de Europa con fondos Feder y el plan Horizonte2020, se ha conseguido acelerar la adopción de tecnología.

P.- ¿Cuál es hoy la ciudad más inteligente del mundo? 

R.- La verdad es que no hay ninguna que destaque en todos los ámbitos. Hay un índice bastante interesante del IESE, Cities in Motion, donde hacen un análisis de diferentes aspectos de cada ciudad. En este ránking las cinco primeras ciudades en este 2019 son Londres, Nueva York, Amsterdam, París y Reikiavik. La primera ciudad española es Madrid, en la posición 24. Cada ciudad destaca en aquellos temas que han sido su prioridad en la agenda. Por ejemplo, Nueva York es una ciudad que destaca en la gestión de la movilidad, economía, planificación urbana y capital humano. 

P.- Al leer ahora su libro, escrito hace dos años, sorprende la capacidad para adelantarse a las tendencias. Le pedimos una predicción… ¿Cuál es el futuro de la movilidad? 

R.- Iremos a ciudades en donde el ‘carsharing’ con coche eléctrico se impondrá sobre la propiedad del coche. Veremos, por supuesto, mucha más irrupción de bicicletas, patinetes, todo tipo de formas de movilidad que sean también más ‘pago por lo que uso’. En cuanto al transporte público, un mayor desarrollo y una modernización en el uso del multimodal, sobre todo en las grandes ciudades. Ahí yo creo que todavía en muchas ciudades tenemos un ‘to do list’ (una lista de deberes).

“La inteligencia artificial ha venido para quedarse. Muchos de los trabajos que conocemos hoy probablemente sean sustituidos por máquinas”

P.- Hace dos años ya hablaba en este libro de los retos que supondrá la robotización. ¿Puede suponer la desaparición de muchos empleos que hoy conocemos?

R.- La robotización es una realidad, lo estamos viendo y en los próximos años lo veremos de forma más profunda. Que la inteligencia artificial ha venido para quedarse y que muchos de los trabajos que conocemos hoy probablemente sean sustituidos por máquinas que sean capaces de replicar lo que hacemos los seres humanos de forma más eficiente. Sin embargo, los humanos debemos adquirir nuevas competencias y conocimientos que nos permitan desempeñar nuevas profesiones, que las habrá. Los humanos tenemos algo que las máquinas hoy no tienen: la capacidad de interconectar nuestras diferentes inteligencias.

“La educación de hoy no responde a las necesidades de las empresas del siglo XXI”

Para afrontar de una forma inteligente esta situación, los gobiernos, las empresas, también las universidades, deben trazar una hoja de ruta común en donde se contemple un plan desde primaria, universidad y profesionales senior a adquirir nuevas competencias y conocimiento para poder afrontar otras profesiones que sí que van a ser necesarias. Porque lo cierto es que la educación que vemos hoy no tiene nada que ver con las necesidades de esas empresas del siglo XXI.

Tenemos que anticiparnos a esa situación. Hay una brecha entre oferta y demanda hoy en Europa para esas nuevas profesiones, desde ‘data scientist’ a un analista de datos o un matemático para escribir los algoritmos, de en torno a un millón de empleos. O aceleramos ese proceso de formación, o lo que vamos a tener, sobre todo en continentes como Europa, es una avalancha de profesionales probablemente de Asia para ocupar esos puestos.

P.- ¿Es el siglo XXI el siglo de los datos?

R.- Yo creo que sí, que el nuevo petróleo, lo que fueron las finanzas en el siglo XX como motor de desarrollo, en el siglo XXI es todo lo que tiene que ver con la economia de los datos y con la creación de nuevos modelos de negocio en función de la información de los consumidores. Es cierto que hay muchos retos y queda mucho por hacer: desde el tema de la privacidad, que ya hemos renunciado a ella, el tema de conseguir que los consumidores sean conscientes de qué información se está utilizando, no solamente información que tú das cuando aceptas compartir tus datos, sino también como fruto de esas herramientas de inteligencia artificial que hacen que se sepan afinidades de cada uno y se utilicen, por ejemplo, para influenciar en el voto como hemos visto campañas en Estados Unidos.

Hace falta una mayor concienciación en los ciudadanos para entender que en la medida en que se utiliza tu información primero te deben dar algo a cambio, y, segundo, también tener la opción de poder decir que no.

P.- Usted fue la primera mujer en entrar en el Consejo de Administración de Cellnex, anteriormente fue CEO de España y Portugal en Nokia y ocupó puestos directivos en empresas como Telefónica cuando no era habitual ver mujeres en lo más alto de empresas tecnológicas. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Ha sentido algún tipo de discriminación por ser mujer? 

R.- Al principio de mi carrera no tuve la sensación o la percepción de que por ser mujer lo tenía más difícil. Lo cierto es que a medida que fui creciendo me fui dando cuenta que había cosas diferentes si eras hombre o si eres mujer. En Nokia, por ejemplo, que era una compañía muy moderna y en donde ser mujer no era noticia lo cierto es que en el año 2006 cuando me hicieron consejera delegada, yo miraba a mi alrededor no había ninguna mujer en un puesto similar y estábamos en 190 países. Cuando empiezas a reflexionar un poco y empiezas a darte cuenta y a comparar, pues sí, ahí empecé a pensar que algo pasaba, también cuando veías que algunos colegas hombres que estaba a tu mismo nivel, hombres, tenía un sueldo superior al que tenía yo.

“Las mujeres tenemos una forma diferente de expresar nuestra ambición. No levantamos la mano suficientemente, los hombres sí”

Fruto de todas esas reflexiones he tomado consciencia de que hay barreras a veces invisibles en las organizaciones, barreras de cultura, barreras en donde te vas dando cuenta que cuando se hacen los procesos de nominación, los procesos de evaluación, llegan pocas mujeres arriba.

Hay que hacer una reflexión práctica tanto desde el punto de vista del entorno como también desde punto de vista de nosotras mismas. A veces yo creo que las mujeres tenemos una forma diferente de expresar nuestra ambición. No levantamos la mano suficientemente, los hombres sí. 

P.- Para revertir esta situación ¿son necesarias las cuotas

R.- Antes de hablar de cuotas en consejos hay que hablar de cómo acelerar la carrera profesional de las mujeres en las empresas. Porque si en el Ibex 35 solo llegan el 15 de cada 100 al comité de dirección pues el paso para ser consejeras todavía se complica más. Hay que hacer un trabajo desde abajo, en las compañías. De la mano también de los gobiernos, que tienen que poner la presión.

“Lo cierto es que cuando hay mujeres en una mesa donde se toman las decisiones pues hay más oportunidades para otras mujeres”

Hablando de mi experiencia, Cellnex era la única compañía del Ibex 35 que no tenía una mujer en su consejo. Yo entré en el año 2017 y hoy hay cuatro mujeres consejeras. Estamos por encima de la recomendación de la CNMV del 30 por ciento. Lo cierto es que cuando hay mujeres en una mesa donde se toman las decisiones pues hay más oportunidades para otras mujeres. A veces simplemente porque cuando tienes que dar opinión de posibles candidatos pues si hay una mujer, habla también de su entorno y eso favorece.

Sobre las cuotas en consejos, la experiencia, por ejemplo, de un país como Noruega tampoco ha sido muy positiva. Allí se impusieron cuotas en los consejos para que más mujeres pudieran sentarse en los comités de administración. Sin embargo, cuando miras las cifras del país en mujeres directivas sólo llega al 7 por ciento. Es decir, la tarea y el trabajo hay que hacerlo desde abajo, porque sólo poniendo cuotas en consejos no arreglamos el reto que es que haya discriminación positiva a la hora de elegir candidatos para puestos de dirección, que se trabaje en mentorización y haya una búsqueda de talento de mujeres y que se las acompañe a lo largo de su carrera hasta llegar arriba.

P.- ¿La igualdad es rentable? 

R.- Claro, hay muchos estudios que demuestran que las compañías donde hay más de tres o cuatro mujeres en comité de dirección destacan por tener un ebitda hasta un 30 o 40 por ciento mayor, y también por tener una rentabilidad para el accionista mayor.

“Cuando hay diversidad, hay debate, entonces las compañías avanzan”

Lo cierto es que la diversidad en su más amplio sentido de la palabra aporta mucho valor a las compañías. No solamente en temas de género, hombres y mujeres. Cuando hay diversidad, hay debate, entonces las compañías avanzan. Si te rodeas de gente que se parece a ti y no apuestas por dejar espacio a gente diferente, las compañías languidecen.

P.- Cuenta que no estudió una ingeniería y que fue su pasión por la tecnología lo que le llevó a este sector. ¿Qué mensaje le daría una niña/adolescente que le interesa este mundo?

R.-Le diría que no tenga miedo a ser diferente. Le diría que estudiando una carrera técnica y de tecnología va a poder contribuir a hacer un mundo mejor, con unos conocimientos que ahora mismo se necesitan en la sociedad. Que se animen, porque es una carrera preciosa donde va a poder aportar mucho valor y donde se van a producir muchas oportunidades de trabajo interesantes.