Lola Blasco rescata a “Marie”, de Woyzeck, para hablar de la tragedia de la mujer contemporánea
Cansada de no poder meterse en la piel de mujeres con peso propio en el teatro, la dramaturga, directora y actriz Lola Blasco decidió escribir sobre ellas y dar voz a las más maltratadas por su historia. ‘Marie’, su primera ópera, es una oda a todas las víctimas de violencia de género olvidadas en la que, además, profundiza en la libertad sexual femenina.
El libreto de Blasco (Alicante, 1983) parte del drama ‘Woyzeck’ de Georg Büchner y la ópera homónima de Alan Berg para rescatar a Marie e indagar sobre su asesinato. Esta tragedia de la mujer contemporánea, que cuenta con la colaboración del compositor Germán Alonso y el director de escena Rafael Villalobos, sube a las tablas del Teatro de la Abadía del 9 al 17 de enero en coproducción con el Teatro Real.
La dramaturga, que firma obras muy presentes en la escena teatral actual como ‘En palabras de Jo… Mujercitas’ o ‘Siglo mío, bestia mía’, Premio Nacional de Literatura Dramática 2016, comparte con Efeminista su opinión sobre la prostitución, la importancia de mostrar otros modelos de mujer y sus temores hacia un futuro incierto en la profesión, asolada por la pandemia, donde aún no se goza de cierta paridad.
‘Marie’, la tragedia de la mujer contemporánea
Pregunta.- Esta es la primera vez que se enfrenta a la escritura de un libreto operístico. ¿Cómo y cuándo nace ‘Marie’?
Respuesta.- Es la primera vez, sí, y, al principio, con un poquito de susto porque impone un poco. Pero lo bueno que ha tenido el proceso es que escribí el libreto primero, y la verdad es que Germán me lo ha puesto muy fácil, porque se ha adaptado completamente al texto. Yo pensaba que iba a tener que hacer muchísimos retoques y ajustar mucho más, y no ha sido así, ha sido un proceso muy sencillo. Sí que es verdad que para mí escribir de forma tan breve -para el compositor es larguísimo, pero para mí es superbreve- ha sido quizá lo más complicado Intentar condensar más las ideas y elevar el lenguaje para que sea más poético y musicalizable de alguna manera.
P.- Si el Woyzeck de Büchner y de Berg se considera la tragedia del hombre contemporáneo. ¿Cuál es la tragedia de la mujer contemporánea que explora Marie?
R.- La tragedia de la violencia de género, que muchos se empeñan en decir que no existe o que no utilicemos la etiqueta de ‘violencia de género’, creo que es la gran lacra que tenemos como sociedad. De hecho, me indignaba bastante que se hablara de Woyzeck siempre como ‘la tragedia del hombre contemporáneo‘ cuando la verdadera víctima allí era Marie, que acaba muerta a manos de Woyzeck. Siempre se trata a ese personaje como una parte más de la caída de Woyzeck sin darle el lugar que se merece en la historia. De ahí la necesidad de recuperar ese personaje y hablar de esa tragedia que, por desgracia, no nos quitamos de encima.
P.- La obra denuncia la violencia y el maltrato contra la mujer, pero muestra ‘strippers’ que disfrutan plenamente de su libertad sexual en el trabajo. ¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir?
R.- Realmente no sé si muestra “strippers” que disfrutan de su sexualidad (Risas). Todos los personajes que aparecen en la obra forman parte de cierta marginalidad, porque el sistema o los demás les han colocado en ese lugar. Sí es verdad que se habla en la obra de cómo la sociedad no permite que la mujer domine plenamente su sexualidad de forma libre.
De hecho, uno de los problemas que tiene Marie, y por lo que se la mata, es por querer ser dueña de su libertad sexual. Hay varios planos en la obra y algunos son como ensoñaciones -la escritura del libreto, por así decirlo- es donde Marie se apodera de su libertad sexual y es asesinada, pero en el caso de las prostitutas que aparecen en las otras escenas yo no hablaría tanto de esa libertad, porque no dejan de ser personajes un poco aplastados por la sociedad.
Tradición patriarcal ,”o vírgenes o putas”
P.- ¿Qué hace tan especial a Marie para que la Autora personaje de tu ópera quiera indagar en su figura y muerte de la misma forma que usted ha querido rescatarla de su obra original?
R.- El hecho de que siempre se haya tratado a ese personaje como una parte más de la historia y caída de Woyzeck me parecía un ejemplo más del patriarcado. Me apetecía rescatarlo porque me parecía interesante justo esto de la sexualidad, que Marie, madre soltera, uno de los pecados que comete, tanto en la obra de teatro de Büchner como en la ópera de Berg, es que, de repente, le es infiel a Woyzeck con el Tambor mayor porque le interesa más sexualmente. Esto es algo muy novedoso, pero, por otro lado, tiene todo este peso de la culpa.
De hecho, se llama Marie, por María la Virgen y María Magdalena. En su conjunto cumple con estos dos estereotipos que se le han puesto tradicionalmente a la mujer, que o son vírgenes o son putas, y eso no es así. Me parecía interesante volver a retomarlo por esto, por toda una tradición patriarcal de cómo hemos sido colocadas en un lugar o en otro cuando la realidad es mucho más diversa. Marie tiene algo también de los personajes de ‘femme fatale’, entonces, al final, recupera todo esto y plantea que una ‘femme fatale’ es una mujer libre y no una cosificación o un objeto del hombres. Se vuelven a sacar ahora para hablar de la mujer libre, porque parece que cada vez más vamos para atrás.
P.- En el tercer acto se nombra a otras muchas mujeres como Pandora, Eva o Cleopatra, un poco también para reivindicar su figura de mujeres disidentes. ¿Es así?
R.- Sí, exactamente. Sobre todo porque se ha tildado de ‘femme fatale’ a toda mujer que ha querido llevar una vida dirigida por ella misma.
P.- El autor de teatro, como es evidente, está reflejado en toda la trama, diálogos y personajes, sin embargo, es habitual que haya uno de estos que de alguna manera represente al autor como un alter ego. ¿En su obra cómo lidias con esto?
R.- En esta obra está la voz de la Autora, que es mi alter ego. Hay una parte de autoficción en todo esto. Yo hablaría más de teatro confesional, de alguna manera, ya que estamos puestos en el tema del vía crucis y toda esta herencia católica y cristiana, y de voz confesional, que es la mía propia. De alguna forma, me coloco como espectadora de esta tragedia.
“Marie somos todas”
P.- La Marie original era prostituta y en tu relectura actualizada además hace “striptease”. ¿Cuál es su postura en torno al trabajo sexual?
R.- Es muy complicado. Por un lado, pienso que las trabajadoras sexuales deberían tener sus derechos y estar regladas, o sea, que de alguna forma estuviera contemplado. Pero también considero que legalizar el abuso de otro ser humano que va ser siempre una mujer va a fomentar siempre la trata de mujeres porque somos al final las que acabamos en este tipo de trabajos. Pero no sabría decir, para mí es un tema complejo, pero me lo he planteado mucho. Cuando lees a Virginie Despentes, pues piensas que todas deben tener sus derechos, pero en la inmensa mayoría no es así. Más bien estaría del lado de que no se legalizase nunca el abuso a otro ser humano.
P.- Lo que plantea parece una postura reglamentarista, pero que tienda a la abolición…
R.- Claro, el problema es ese. Yo cuando pienso en los prostíbulos o los sitios donde se está explotando a las mujeres, por un lado dices, ‘si van a estar ahí, que tengan sus derechos’, evidentemente, pero lo mejor es que no existiesen, que se les diera herramientas para salir de eso. No creo que haya mucha gente que se prostituya por deseo propio. Es una necesidad lo que lleva a la prostitución. Mujeres que desgraciadamente no tenían otra opción, he conocido muchas más que las del caso de Virginie Despentes.
P.- En el pasado ha hablado de su teatro como ‘fábula política’. ¿Con esta obra, de qué manera se le da voz a todas las Marie silenciadas, víctimas olvidadas y sin nombre?
R.- A través del mito. Por eso también coger un personaje representativo de la historia de la literatura y un personaje que tiene un nombre como Marie, que al final volvemos otra vez a toda esta tradición bíblica. María somos todas. Además, ahora ya no tanto, pero antes nos ponían a todas María delante del nombre porque si no no te bautizaban. Entonces, Marie para mí es un personaje que puede funcionar en esa categoría casi mítica de ejemplo de todas esas Marie, mujeres asesinadas.
Mujeres fuera de la norma
P.- Empezó con la interpretación, pero fue la escasez de papeles femeninos interesantes lo que la animó a escribir. Desde Jo March hasta Yerma, pasando ahora por Marie, su teatro ha contado con numerosas mujeres fuera de la norma. ¿Cree que ha contribuido a eso que se propuso?
R.- Intento contribuir a ello, si lo he hecho o no, ya no lo sé. Intento contribuir sacando otro tipo de modelos de mujer dentro de mi teatro. Sobre todo los últimos años más decididamente. La mayoría de mis personajes son femeninos e intento que no sean todo chicas de veinticinco años. Por ejemplo, en ‘En Palabras de Jo… Mujercitas’, los personajes potentes son señoras maduras porque también me parece interesante contar el pensamiento de una mujer fuerte, ya hecha y derecha, no solo papeles de dama.
En ‘La Pasión de Yerma’ igual. Le di una vuelta sobre la idea de la sexualidad, que parece que se nos niega muy a menudo. Y ahora con Marie, lo mismo. Intento contribuir desde mi ámbito, que es pequeñito, a mostrar otros modelos de mujer. Que están ahí, no es que me los invente yo. Es que la mayoría de las veces no aparecen.
P.- En la historia, en la literatura y en el arte, la mujer ha tenido una presencia menor que la del hombre, y eso afecta a las obras de ficción, incluso a las contemporáneas. ¿Se puede salvar esa dificultad sin reescribir la historia, o es necesario reescribirla?
R.- Yo creo que, por un lado, se deberían reescribir algunas cosas porque se ha dejado muy poco espacio a la autoría femenina. Por eso tenemos esta historia y esta tradición. Como eso es una labor que podemos ir haciendo poco a poco, lo primero es dar voz a autoras, cineastas, poetas… a todas las mujeres de todas las artes para que ellas ofrezcan su visión, porque hasta ahora nuestra visión sobre el arte ha sido parcial. Hemos tenido una herencia y una tradición fundamentalmente masculina.
P.- Me ha hablado de papeles femeninos en el teatro actual. ¿Qué espacio poseen las dramaturgas?
R.- Ahora hay muchísimas, muy interesantes y cada vez tenemos más espacio. Lo que pasa es que sigue siendo difícil porque el problema es que nuestros espacios suelen ser más pequeños y más precarios. Y desde lugares más pequeños con menos capacidad de público y menos dinero es más difícil trasladar un mensaje. Pero poco a poco vamos ganando terreno. Hay varias directoras que están dirigiendo teatros con presupuesto público. Es una batalla que vamos ganando poquito a poco. Todavía sigue habiendo desigualdad, pero vamos conquistando nuestros espacios a través de mucho trabajo.
Pandemia y premiaciones
P.- El Teatro Kamikaze de Madrid, donde estrenó ‘Música y mal’ y recibió la III Beca de Dramaturgia Contemporánea, ha anunciado que a finales de enero echará el cierre definitivamente. ¿Se está viendo más castigado el teatro respecto a otras disciplinas por el coronavirus?
R.- El teatro es uno de los sectores que se está viendo muy afectado, por desgracia. El 95% de la profesión está parada, prácticamente. Estos proyectos míos que están saliendo ahora los tenía de antes. Pero si piensas que vas a cobrar en derechos de autor, imagínate lo que voy a cobrar yo este año. Hasta el año siguiente -porque tienes que volver a generar proyectos- no sé todavía qué voy a hacer. Y soy de las personas que, en teoría, están trabajando.
Me apena muchísimo la noticia del Teatro Kamikaze. Espero que encuentren otro espacio. Que van a seguir haciendo teatro, estoy segura, porque al final el que hace teatro resiste una y otra vez. Pero, me da mucha pena que tengan que abandonar ese espacio. Si han tenido que tomar esa decisión es porque es totalmente insostenible.
En teatros privados como el Kamikaze es imposible de mantener, por los aforos que tenemos. En los públicos, no se sustentan por la taquilla. Pero, por ejemplo, los autores que cobramos por derechos de autor, no sabemos qué hacer.. Intento no pensar muy a largo plazo en este momento porque es complicadísimo. Necesitamos ayudas del Gobierno. En Francia, por ejemplo, desde el inicio de la pandemia, toda la gente que se dedicaba al sector artístico tenía garantizado un sueldo hasta marzo de 2021, pero aquí no ha habido ayudas para el sector y estamos ya en las últimas.
P.- Acaba un año y empieza otro, por lo que se han entregado muchos galardones en todas las disciplinas. ¿Considera que este tipo de premios deben buscar un equilibrio y paridad entre hombres y mujeres o deben ser reconocimientos puramente artísticos sin entrar en valoración de ninguna de estas cuestiones?
R.- No le presto bastante atención a los premios. Generalmente, todo dependerá del jurado. Si está formado por hombres, seguramente tendrán menos posibilidades las mujeres. Hasta ahora, tenemos menos posibilidades nosotras en todo.
“Tenemos más presión como mujeres en todo”
P.- En 2016 ganó el Premio Nacional de Literatura Dramática por ‘Siglo mío, bestia mía’. ¿Cómo fue recibir ese premio?
R.- El premio me ayudó muchísimo. Primero, económicamente te ayuda a continuar. Y, por otro lado, es una carta de presentación para conseguir más trabajos. Pero los premios lo mismo los ganas en 2016 y en 2020 te ves sin trabajo (risas). No aseguran gran cosa, siempre vienen bien por la difusión que pueda tener tu obra, pero los premios se acaban. Lo que necesitamos son políticas para sostenernos de otra manera.
P.- ¿Ha sentido mayor presión al recibir el premio?
R.- Creo que no. Más que superarme a mí misma, el premio me ayudó a continuar porque estaba en un momento en el que iba a dejar el teatro. Es un momento parecido en el que estoy ahora, cuando ves que estás luchando muchísimo y no hay manera de sacar nada adelante. Entonces, llegó el premio y fue un empujón. Tenemos más presión como mujeres en todo. Si un hombre gana un Premio Nacional, nadie se lo va a discutir, pero si eres mujer y ganas el Nacional, y encima eres joven, ya todo el mundo se pone a mirar y discutir si mereces o no ese premio.
P.- La última pregunta giraba en torno a sus proyectos y trabajo actual, pero me ha dicho que estás pensando en dejarlo…
R.- Estoy en un momento muy extraño (Risas). Sí te cuento que vamos a reponer ‘Música y mal’ en el Fernán Gómez y que ahora mismo estoy con ‘Marie’. No tengo otra perspectiva de estreno en el siguiente año, así que, de momento, estoy repensándome el futuro.